Caricia Shoe Company, la industria salvadoreña que calza a Centroamérica

En 2018, la empresa exportó un total de 300,000 pares de zapatos. El país donde tiene mayor presencia, después de El Salvador, es Guatemala, con 20 tiendas.

La fábrica Caricia Shoe Company funciona desde 1969, en 2017 fabricaron 700 mil zapatos, de estos, 300 mil fueron para exportación.

Por Jessica Guzmán

2019-05-24 10:00:30

Caricia Shoe Company tiene 48 años de trayectoria durante los cuales ha calzado a miles de salvadoreños, pero también se ha expandido a nivel regional.

En 2017 la compañía produjo 700, 000 pares de zapatos, de los cuales exportó más de 300,000 a nivel regional; su mayor presencia, después de El Salvador, la tiene en Guatemala con 20 tiendas, en Honduras dos; además de enviar producto a Nicaragua y Costa Rica.

En El Salvador, la cadena de tiendas está conformada por 50 sucursales que dan empleo a 880 colaboradores entre industria y comercialización.

La empresa no solo tiene trayectoria, sino también fama gracias al personaje “El Chele Leeshoes” que lanzó hace décadas junto a sus marcas reconocidas como la línea escolar Golden Tag; Jaguar, Turbo, Truck, entre otras.

Don Guillermo Egan con sus hijos. A su derecha, Adolfo Egan, presidente de la compañía y a su izquierda, Omar Egan, director ejecutivo. Foto EDH / Jonathan Tobías.

“Aquí tengo que ponerme las pilas”

La historia de Caricia Shoe Company empezó en 1969 gracias al ingenio y trabajo de Guillermo Egan. En ese entonces vendía calcetas y calzoncillos. En una ocasión fue a que le repararan su par de pantuflas, con las que descansaba al llegar a casa después de una dura jornada.

El zapatero le dijo que ya no servían y le hizo unas nuevas de toalla y suela. A don Guillermo no le gustaron mucho y le hizo unos ajustes, las guardó en el maletín donde llevaba su venta. Al llegar donde un cliente y abrir su maletín, la encargada de compras vio las pantunflas y le preguntó si también las vendía, a lo que don Guillermo respondió que sí. Inmediatamente recibió un pedido de 100 pares de ese calzado.

Con la idea en su cabeza, don Guillermo corrió a buscar al zapatero, lo contrató y además buscó a un alistador y a un ensuelador con los que logró entregar el pedido.

Cada par de zapatos es minuciosamente confeccionado por los colaboradores que son pieza clave en la compañía. Foto EDh/Jonathan Tobias

La historia se repitió con otro cliente quien al ver las pantuflas le hizo otro pedido. En ese momento don Guillermo pensó: “ era una señal, aquí hay que ponerse las pilas y empezamos a trabajar”.

En 1971 renunció en la empresa donde laboraba y decidió poner su venta de pantuflas, pero el mercado de ese producto se acabó y comenzó a hacer zapatos. Fundó Creaciones Caricia y luego la registró como G. Egan y Compañía. Hoy su nombre es Caricia Shoe Company.

“Ha sido un camino bastante complicado y duro por mucho tiempo. Era difícil conseguir un crédito con la banca, si no tenía algo como garantía, pero el primer crédito lo conseguí con el Banco Agrícola, con la firma solidaria de don Jorge Bahaia. Él es mi amigo y me hizo el favor de firmarme un documento para que me dieran un crédito y me ayudó unas dos veces más, luego ya el banco confió en mí”, recuerda.

“Resumir la historia es fácil, pero cada año tuvo su esfuerzo y había que ser muy ingenioso con la venta”, dice don Guillermo, quien agrega que tuvo temor a fracasar con el negocio, pero la aceptación en las tiendas le demostraba que era muy poco lo que fallaban con relación a los aciertos.

Ahora el negocio también es dirigido por sus hijos y el pequeño taller se ha convertido en una planta de producción en la que también utilizan maquinaria de última generación y sus procesos de desarrollo y producción están certificados bajo la norma ISO 9001.

Solo el proceso de creación de un par de zapatos para caballero lleva cincuenta pasos, todos con altos estándares de calidad. Foto EDh/Jonathan Tobias

Además en Santa Ana la compañía tiene la Tenería El Búfalo, que tiene capacidad de producir mensualmente 360,000 pies cuadrados de cuero.

Todo este trabajo le ha valido a Guillermo Egan para que la Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI) lo eligiera este año y reconocerlo con el Premio Emprendedor , el que le entregarán en los Premios ASI en el marco del Día Nacional de la Industria.

Don Guillermo dijo sentirse muy orgulloso y satisfecho. Agregó que este reconocimiento también será para cada uno de los colaboradores de la compañía.