Capacidad de innovación frena la competitividad de El Salvador

En el Índice de Competitividad Global 2019 del Foro Económico Mundial, el país cayó cinco escalones. El pilar de la capacidad de innovación evalúa la cantidad y la calidad de la investigación y el desarrollo que tiene la economía.

descripción de la imagen
Foto: Facebook de la FSG

Por Vanessa Linares/ Daniel Serpas

2019-10-11 4:00:37

La escasa capacidad de innovación que tiene El Salvador se ha convertido en una de las mayores anclas de peso que no le permiten a la economía local ser más competitiva, según el último Reporte Global de Competitividad elaborado por el Foro Económico Mundial (FEM).

De acuerdo con el organismo, fue precisamente en este pilar en el que el país obtuvo su calificación más baja. De 100 puntos posibles, El Salvador logró 27.9 y se colocó en la posición 121° de un total de 141 economías evaluadas.

El pilar de la capacidad de innovación del Índice de Competitividad Global 4.0, incluido en el reporte del FEM, evalúa la cantidad y la calidad de la investigación y el desarrollo formal que tienen las economías. Considera también la medida en que el entorno de un país fomenta la colaboración, la conectividad, la creatividad, la diversidad y la confrontación a través de diferentes visiones y ángulos; y la capacidad de convertir ideas en nuevos bienes y servicios.

Así, califica, por ejemplo, la sofisticación del comprador y las solicitudes de marca registrada, y componentes como la diversidad de mano de obra (45.6 puntos) que responde a la pregunta de “en su país ¿en qué medida las empresas tienen una fuerza laboral diversa (por ejemplo, en términos de origen étnico, religión, orientación sexual, género)?”.

También considera el nivel de los Co-inventos internacionales (según el número de solicitudes de familias de patentes con coinventores ubicados en el extranjero por millón de habitantes) y la Colaboración de múltiples partes interesadas (que promedia las respuestas a si las personas colaboran y comparten ideas dentro de una empresa, si las organizaciones colaboran para compartir ideas e innovar y en qué medida las empresas y las universidades colaboran en investigación y desarrollo).

 

Quizá le interese:

El Salvador cayó cinco posiciones en el último Índice de Competitividad Global

El Foro Económico Mundial evalúa el desarrollo económico y la atracción de inversiones de los países.


 

Además de la baja capacidad de innovación, otro de los frenos de competitividad de la economía salvadoreña, según el FEM, es su lenta adopción de tecnologías de información y comunicación (TIC), puesto que, de nuevo, de 100 puntos posibles solo obtuvo 40.6.

Vale aclarar que aunque esta fue su segunda calificación más baja, El Salvador se colocó en la casilla 105° y a nivel centroamericano superó los resultados en este pilar de Guatemala (37.7 puntos, 110°), Nicaragua (35.9 puntos, 114°) y Honduras (30.2 puntos, 124°).

De manera general, las calificaciones del país por grupo de pilares han sido heterogéneas. Para el caso, en el indicador de Capital Humano, mientras en el pilar de Salud – que evalúa la esperanza de vida ajustada a la salud; es decir, el número promedio de años que un recién nacido puede esperar vivir con buena salud- fue en el que El Salvador logró su calificación mayor (78.1 puntos) en todo el índice; en el pilar de Habilidades, que incluye la medición de los años medios de escolaridad, el alcance de la capacitación del personal, la calidad de la formación profesional, el conjunto de habilidades con que cuentan los graduados y la facilidad de encontrar empleados calificados, el puntaje del país fue de apenas 48.4 y lo colocó en la casilla 112°, la antepenúltima de toda América Latina.

El segundo pilar mejor evaluado de la economía salvadoreña fue el de Sistema Financiero, con 62.3 puntos, una calificación que le permitió ubicarse en el escalón 62° de todo el ranking, el octavo lugar a nivel de Latinoamérica incluso por encima de economías más grandes como México y Costa Rica.

Según el reporte del FEM, este pilar considera elementos como el crédito interno al sector privado, la financiación de las pequeñas y medianas empresas (pymes), qué tan fácil es para los emprendedores de nueva creación con proyectos innovadores pero riesgosos obtener fondos de capital, el valor total de las empresas nacionales cotizadas en bolsa de valores y la solidez de los bancos y los volúmenes de primas de seguros, entre otros.

 

Además:

La ANEP se reunió con Bukele para conocer la apuesta del Gobierno en materia económica

En declaraciones anteriores, miembros de la gremial habían afirmado que veían apertura en el gobierno y que trabajar de la mano sería lo más adecuado para sacar adelante al país.


 

Por otro lado, en el indicador de Ambiente Apto para los negocios, que incluye el pilar de Instituciones (que evalúa la seguridad, los derechos de propiedad, el capital social, los controles y equilibrios, la transparencia y la ética, el desempeño del sector público, la orientación futura del gobierno y el gobierno corporativo), aunque logró 52.8 puntos, la calificación le valió al país para quedar en la casilla 132°, su peor lugar en todo el índice, solo superando a algunos países africanos como la República Democrática del Congo y Angola; y otros suramericanos y del Caribe como Haití y Venezuela.

El gerente de productividad del sector privado de la Oficina de Crecimiento Económico de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), Carlos Arce, recordó que el crecimiento económico de un país deviene de la dinámica del sector privado; por ende, mientras mejores condiciones para hacer negocios haya, más fácil será generar empleos y mejorar el bienestar de la población.

Carolina Alas de Franco, economista de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades), recordó que una menor calificación que provoque una caída en un índice como el del FEM, significa que cada vez el país es menos competitivo frente a otros y con ello se convierte en uno menos atractivo para la inversión extranjera.

Necesidad de inversión en infraestructura se mantiene

En el pilar de Infraestructura, que evalúa la calidad y la extensión de la infraestructura de transporte (carretera, ferrocarril, agua y aire) y la infraestructura de servicios públicos (electricidad y agua) del país, El Salvador obtuvo una calificación de 61 puntos y se colocó en la casilla 90°, igual que en el Índice anterior. De Centroamérica, solo Panamá y Costa Rica lograron mejoras en este pilar.

Federico Villalobos, Socio de Infraestructura de Deloitte para Centroamérica, República Dominicana y Panamá, consideró que precisamente porque solo estos dos países mejoraron su calificación, esta “es una llamada de atención no solo para los gobiernos sino también para la empresa privada de la necesidad mantener de manera sostenida el esfuerzo de inversión en el sector”.