El cáncer de colon es igual de silencioso que muchos otros, pero extremadamente peligroso y molesto.
La American Cancer Society indica que desde que aparecen las primeras células anormales y hasta que se convierten en pólipos transcurren entre 10 a 15 años. Por eso son importantes los chequeos periódicos antes que sea muy tarde.
Este día se realiza el Día Mundial contra el Cáncer de Colon para visibilizar este padecimiento que, según la Organización Mundial para la Salud (OMS), es el cuarto más común en el continente americano.
El panorama que genera esta enfermedad no es alentador, ya que se cobra la vida de 112 mil personas de forma anual.
Las principales víctimas son personas de 45 años en adelante, y recibir este diagnóstico a esa edad complica cualquier solución.
Según Javier Sastre, médico oncólogo del Hospital Clínico San Carlos de España, hay síntomas o señales que “no quiere decir que vayas a tener cáncer de colon, pero sí que te deben poner en la pista para, al menos, descartar que lo tengas”, explicó a una entrevista con EFE.
A veces son muy sutiles, y a veces puede ser simplemente “un dolor abdominal crónico, que lo tienes leve, que es una molestia, pero pasan semanas y semanas y ves que eso no se acaba de corregir”, mencionó el experto.
“Puede ser tan sencillo como esto y luego hay síntomas mucho más, digamos, de alerta clara que es el sangrado con las heces”, apuntó.
Lo que también ocurre y a veces desconcierta es que se dé alternancia, es decir alguien con deposiciones normales empiece a tener episodios diarreicos, seguidos de episodios de estreñimiento.
La primera etapa también produce anemia. En este caso, defiende el doctor Sastre, es muy importante hacerles ver a los pacientes que la anemia ferropénica es una alerta de algo, no es una enfermedad per se, y debe hacerse una colonoscopia para descartar si es un síntoma de cáncer de colon”, mencionó.
Antes de desarrollar un cáncer es posible tomar medidas preventivas. Las sugerencias no difieren a las que se darían para evitar cualquier enfermedad cancerígena: hacer ejercicio, bajar de peso, comer frutas y verduras.
La alimentación es fundamental
Algunos estudios han encontrado un vínculo entre la ingesta de carnes rojas, como de cerdo y res, y las procesadas, como embutidos, en la aparición del cáncer colorrectal. Los médicos aconsejan comer mucha fibra, alimentos integrales, frutas y verduras, porque son ricos en vitaminas. También semillas, quinoa, cilantro, almendras y salvado de trigo, ya que contienen magnesio, y mucho pescado, leches, yogur y vegetales verdes como fuentes de calcio.