Cabecillas de la pandilla MS formaban tribunal y firmaban actas para decidir a quién matar

La Policía y la Fiscalía intervinieron los celulares de 14 cabecillas y lograron enterarse de la nueva modalidad de planificar y avalar los asesinatos. En varios casos, la Policía logró rescatar a las víctimas antes de que los asesinaran, según consta en un proceso judicial.

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Los pandilleros cometieron asesinatos en las zonas rurales de Ahuachapán. Foto EDH / Archivo

Por Óscar Iraheta

2020-07-26 4:00:53

Como si se tratara de un protocolo judicial o policial, los pandilleros de la Mara Salvatrucha que pertenecían a estructuras delincuenciales en Ahuachapán, realizaban por escrito las razones y detalles del porqué iban a asesinar a sus víctimas.

Así lo hicieron para asesinar a un agricultor que al parecer les había denunciado con la Policía, según consta en una amplia investigación que realizó la Fiscalía y la Policía en 2018.

Ese escrito tenía que ir dirigido a un cabecilla de la MS con toda la información necesaria para que el palabrero (cabecilla) lo firmara y quedará constancia del procedimiento y quedara como una especie de registro.

Aunque la Fiscalía y la Policía nunca encontraron el documento, sí lo corroboraron en las comunicaciones que fueron intervenidas a 14 pandilleros cuando planificaron los asesinatos. Todos los celulares pertenecían a los cabecillas que dominan el departamento de Ahuachapán.

La Fiscalía también corroboró la información con la declaración de un testigo que perteneció a la estructura pero que negoció su situación legal a cambio de declarar en contra de sus compinches.

“Deben hacer un buen escrito de ese viejo (la víctima), de lo que había pasado y qué es lo que había hecho para enviarlo arriba (cabecillas) y que lo autoricen”, reza una de las comunicaciones que consta en el proceso judicial contra la estructura.

Gustavo Adolfo Quezada fue asesinado por los pandilleros cuando salió a cortarse el cabello. Era alumno de la ANSP. Foto EDH / Archivo

Esa era la nueva forma de ordenar los asesinatos por parte del programa de la MS de los Ahuachapanecos Locos Salvatruchos. Las investigaciones que constan en un proceso judicial en contra de los acusados de matar a un estudiante de la Academia Nacional de Seguridad Pública (ANSP), Gustavo Adolfo Quezada Martínez.

Esas investigaciones revelaron que la estructura cometió nueve homicidios, agrupaciones ilícitas y varios intentos de homicidios agravados. Sin embargo, cometieron más ilícitos pero no pudieron indagarlos en el proceso.

La conversación intervenida detalla que los pandilleros matarían al agricultor porque este les había denunciado el lugar donde se escondía uno de los cabecillas apodado “El Danger”.

El pandillero tuvo que huir a las 2:00 de la madrugada tras la persecución de la autoridad. Además, acusaban que su víctima tenía parientes que pertenecían a la corporación policial y a la Fuerza Armada.

Así fue. Los cabecillas avalaron el escrito y el 16 de noviembre de 2017, en el cantón El Roble de Ahuachapán asesinaron a Óscar Atilio Álvarez Escamilla.

La investigación revela que los pandilleros creían que el agricultor los denunciaba con la autoridad porque los agentes llegaban a su vivienda y les atendía con café.

Los pandilleros recurrieron al escrito para evitar que la Policía encontrara pruebas de la forma de cómo se daba más órdenes; sin embargo, no sabían que sus comunicaciones eran intervenidas por la Policía.

En el escrito se debía dejar constancia que “El Danger se iba a enmontañar y que ya no iba contestar el teléfono, pero que ya tenían la misión ‘El Lágrimas’, ‘El Escorpión’ y ‘El Mal Aspecto’, de asesinar a este señor, y el que le conocía bien la casa es el ‘Lágrima’”.

“Hagan un escrito bien fundamentado, en donde expliquen bien cómo habían sucedido las cosas para evaluar si lo asesinaban o no”, fue la instrucción que se dio y que consta en el proceso. Un pandillero apodado “El Enigma”, fue quien hizo el escrito con “el objetivo de pedir un pase para asesinar a determinada persona y no tener comunicación a través de los celulares”.

Escritos para ascender en la mara

En otra intervención telefónica, un pandillero alias “Extraño”, en comunicación con un sujeto no identificado, acordaron leer otro documento de registro donde se pedía la autorización para ascender a varios pandilleros que iniciaban en la estructura.

El marero leyó un documento en el que mencionó la forma de cómo habían ascendido tras haber matado a una persona, luego a otro nivel más alto dentro de la Mara tras haber matado a dos y tres personas y luego el grado que les solicita que es “homeboy” por saber armar y desarmar armas largas y cortas y haber matado a cinco personas.

Una de las víctimas fue Gustavo Adolfo Quezada Martínez, quien tenía ocho meses de pertenecer a la ANSP y residía en el municipio de Turín en Ahuachapán.

Los pandilleros lo interceptaron cuando el joven alumno caminaba por la calle y luego lo introdujeron a los cafetales de la zona donde lo mataron, sobre la calle al beneficio Los Cerritos y finca Fátima, cerca del Puente Escalante en el referido departamento.

Como resultado de las investigación, se determinó que más de 90 pandilleros eran los involucrados en los delitos. La mitad de ellos fueron condenados esta semana a penas sumaron más de 425 años de cárcel.