María del Carmen Portal y su familia, de cuatro personas, aún residen en la comunidad Los Angelitos II de Nejapa. Ellos son parte de los afectados por el deslave que arrasó la zona a finales de octubre pasado y que ahora se encuentran entre los beneficiados con el cuestionado proyecto habitacional que el gobierno impulsa en la residencial Ciudad Marsella, en el municipio de San Juan Opico, La Libertad.
A pesar que el gobierno anunció la entrega de viviendas a sus nuevos inquilinos, María y su familia han decidió aún no mudarse a su nueva residencia, hasta enero del próximo año, cuando esperan haber solventado algunas dificultades e inquietudes que no les quedan claras con la información que las autoridades les han proporcionado.
Una de las principales interrogantes de María y su esposo es la referente a la entrega de las escrituras que los acredite como propietarios de la casa en Ciudad Marsella. Para la pareja, esa es la principal garantía que les dará seguridad de dejar el lugar en donde actualmente residen y poner en marcha cambios de carácter permanente en sus vidas y las de sus hijos.
Luego de la presentación del proyecto, por parte de las autoridades de gobierno, María y su esposo no han vuelto a recibir información sobre la fecha en que recibirán las escrituras finales que los acrediten como propietarios legales de la vivienda. Ella confirma que su esposo firmó un documento que, según les explicaron, es el punto para iniciar el proceso de escrituración de la casa.
El Diario de Hoy consultó, durante un recorrido, a algunos beneficiados si tenían una copia del documento firmado que evidencie que han iniciado un trámite legal, pero aseguran que las autoridades no les dieron copia del escrito.
“Solo nos dijeron que esa era la nueva casa y que ahí vamos a vivir. Luego mi esposo firmó los documentos para hacer las escrituras. No nos han dicho cuándo nos las entregarán”, relata María, por ejemplo.
A esa incertidumbre se suma que la pareja desconoce si en la nueva residencial deberán incurrir en gastos adicionales, pues saben que entre los estándares de la residencial Ciudad Marsella están los pagos de una cuota que incluye mantenimiento de las áreas verdes y de seguridad, algo que en su vivienda anterior no existía y que no tenían presupuestado.
“A nosotros no nos han dicho nada. Hay rumores de que vamos a tener que pagar algunas cosas, pero el gobierno dijo que va a pagar todo. Ahí (en la residencial Ciudad Marsella) se pagan impuestos, tren de aseo, alumbrado eléctrico y seguridad”, dice María.
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Anticipándose a ello, María, que actualmente es ama de casa, señala que tendrá que buscar un trabajo para apoyar a su esposo económicamente, pues esos gastos adicionales desajustarían el presupuesto familiar que ya tienen establecido.
Otra de las beneficiadas con la vivienda es Rita Méndez, una de las más de 200 afectadas de la Comunidad Nuevo Israel. Ella ya se mudó a la nueva casa y afirma que personal del gobierno le informó que dentro de tres meses tendrá en su posesión las escrituras de la vivienda, haciéndola constar como propietaria del inmueble en Ciudad Marsella.
Durante la pandemia, Rita dejó su oficio como costurera y comenzó a dedicarse a la venta de pupusas en la Comunidad Nuevo Israel, de San Salvador. Ya establecida en su nueva vivienda en Ciudad Marsella asegura que retomará su oficio como costurera. Ella confía en que al sector de viviendas que el gobierno ha destinado a los beneficiados no le afecten las normativas de la residencia, pues, según dice, le han asegurado que se le permitirá instalar su taller de costura.
Para Rita no hay más inconvenientes que el que le permitan dedicarse a su oficio; sin embargo, afirma que, entre sus vecinos, que son vendedores informales en diferentes puntos entre Nejapa y San Salvador, y cuyo nicho está en el comercio en la capital y municipios aledaños, se han organizado para gestionar el transporte para desplazarse hacia San Salvador y disminuir costos.
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Aunque algunos han resuelto esta problemática, el esposo de María no cuenta con la misma ventaja, pues desde la comunidad los Angelitos II, que se ubica a 10 kilómetros de Ciudad Marsella, donde estará ubicada su nueva vivienda, el tramo adicional le supondrá un nuevo gasto de autobús. Además surge el problema que sus hijos ya fueron matriculados en un centro escolar de Nejapa y debido a la distancia entre ambos puntos, buscará la posibilidad de matricular a sus hijos en un centro escolar de Opico, sin que esto suponga un gasto adicional.