El presidente de Bandesal, Juan Pablo Durán, dijo ayer que de los $140 millones destinados para entregar subsidios de planilla a empresas formales afectadas por la crisis del COVID, pretende trasladar $77.9 millones “que le han sobrado” para financiar al sector informal, por medio de créditos y subsidios sin reembolso para los que no se necesitan muchos requisitos.
Inicialmente estos fondos estaban destinados para pagar dos planillas de empresas con menos de 100 empleados que tuvieron dificultades para pagar salarios debido al cierre económico que duró varios meses.
Sin embargo, las empresas debían cumplir con una serie de requisitos y solo tenían hasta el 14 de diciembre para tramitarlo.
Pasada esa fecha, Durán dijo que se otorgó un total de $62.1 millones a 13,500 empresas salvadoreñas, lo que representó solo un 44 % de los beneficiados con el dinero.
“El subsidio (a las planillas) ya terminó el 14 de diciembre, ya se cerró y nos han sobrado $77 millones”, explicó.
Y por otro lado, los $100 millones en créditos que estaban destinados para el sector informal, ya fueron colocados casi en su totalidad (95%).
Ante esto, Durán dijo que están próximos a presentar a la Asamblea una modificación para que los $77.9 millones que no se colocaron en el sector formal, se trasladen al sector informal a través de dos montos diferentes: solicitarán que $50 millones se utilicen para otorgar más créditos y que el resto ($27.9 millones) se entreguen a través de subsidios a cuatro diferentes segmentos del comercio informal: músicos y artistas, pescadores, taxistas y transporte escolar y emprendedores con alguna discapacidad.
Sector formal, el menos beneficiado en los créditos del Gobierno para reactivar la economía
Además, Durán afirmó que propondrán que $30 millones se destinen para reactivar a los colegios privados y las universidades más pequeñas que han tenido que cerrar sus centros por la baja matrícula.
Según Durán, estos últimos cuatro segmentos no tendrán que reembolsar los montos que se les entreguen pues su situación económica ha sido muy complicada y no podrían pagar un préstamo.
“Si le donamos $5,000 (a los taxistas o transporte escolar) va a poder cambiar sus unidades”, dijo a manera de ejemplo.
Agregó, además, que se buscarían mecanismos de control para entregar el dinero a las personas que más lo necesitan.
Al respecto el economista Carlos Argueta, consideró que la medida puede beneficiar a las personas que trabajan en la informalidad, así como a su núcleo familiar, tomando en cuenta que la informalidad representa más del 70 % de la economía nacional.
Sin embargo sostuvo que para que este fondo ayude a reactivar la economía es necesario que Bandesal dé a conocer los criterios en los que se basarán para seleccionar a las personas que serán beneficiadas de estos apoyos económicos y, además considera necesaria la oportuna rendición de cuentas del uso de los recursos, para que la población conozca cómo se han usado los fondos públicos destinados para este apoyo y cuáles han sido los resultados de esta medida.
“Es necesario que estos fondos públicos sean manejados de la mejor manera posible no solo en términos de eficiencia sino también en términos de transparencia”, dijo Argueta.
Agregó que los criterios deben establecerse bien con el objetivo de que el dinero sea utilizado realmente para la reactivación económica de sus negocios y no para otras finalidades como el consumo de las personas.
Requisitos para créditos de Bandesal son primer obstáculo para mipymes
Sector formal tiene “trabas”, dice Durán
Por otro lado, el presidente de Bandesal explicó que aún se sigue colocando el dinero de $360 millones en créditos para el sector formal, pero que este monto es el que más dificultades ha tenido para su entrega.
De los $360 millones destinados para créditos a las empresas formales solo se han colocado $41.6 millones, lo que significa apenas el 12 % de los beneficiarios.
Según Durán, esto se debe principalmente a tres principales trabas: la solvencia fiscal y la solvencia del seguro social; el destino estaba limitado a capital de trabajo y eso limitaba a las empresas; y los montos que se limitaron a $25,000 como máximo, lo que a muchas empresas les resultaba insuficiente. Según Durán, pedirán aumentar el techo.
Estas dificultades ya habían sido señaladas con anticipación por empresarios y economistas.
El consultor Ernesto Hernández Otero advirtió desde un inicio que estos créditos tenían una “trampa” que bloquea automáticamente a muchas empresas que no podían cumplir con los requisitos.
Para Hernández Otero estos créditos deberían promover la formalidad de los negocios y no al contrario.
“El problema es que el programa no contempla asesoría, tampoco hay claridad de cómo van a manejar las garantías”, dijo en su oportunidad.