MARN establece como segunda área natural protegida la Isla San Sebastián-Jiquilisco

La declaratoria busca conservar los ecosistemas originales y preservar las especies, especialmente las que son consideradas como endémicas o amenazadas, y la diversidad genética.

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Por Alejandra García

2020-02-28 4:30:11

El ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN), Fernando López, anunció que el Complejo Costero Marino Isla San Sebastián-Jiquilisco, ubicado en la Bahía de Jiquilisco, Usulután, es la segunda área natural protegida costero marina de El Salvador.

Esta declaratoria fue publicada en el Diario Oficial en noviembre de 2019 y se dio a conocer en el marco de las actividades desarrolladas por el MARN en el mes de los humedales.

El área natural protegida comprende las aguas territoriales y lecho marino en mar adentro, en un tramo equivalente a 19,760 hectáreas.

La declaratoria busca conservar los ecosistemas originales y preservar las especies, especialmente las que son consideradas como endémicas o amenazadas, y la diversidad genética.

Las autoridades medioambientales explicaron que se busca promover la investigación, educación ambiental e interpretación de la naturaleza en el área del humedal protegido. También se contribuirá al ecoturismo, uso sostenible y recreación.

El escrito enfatiza que no se permitirá el establecimiento de nuevos asentamientos humanos en la parte terrestre.

Las actividades que se podrán realizar son científicas, educativas, turísticas y de cualquier otro condición, con la autorización previa del MARN, quienes se encargan de la administración y desarrollo de la zona, el plan de manejo y sus normativas.

El ecosistema funciona de refugio para la vida silvestre, contribuyendo a la conservación de especies registradas para la reserva de la Biosfera Xiriualtique, de la que es parte la Bahía.

Algunas especies que lo habitan son el mangle rojo, madresal, botoncillo, istatén y sincahuite.

También ayuda a la recuperación y reproducción de especies marinas de importancia económica.

Otra de sus características es el aporte a la disminución de los riesgos ambientales de la población cercana, debido a que funciona como barrera protectora contra tsunamis e inundaciones.

Además, evita la erosión costera y estabilizan la línea de costa, propiedades esenciales en los procesos de adaptación al clima.

Según el Inventario Nacional de Bosques de El Salvador, la concentración de carbono en el suelo de los bosques salados del país es de 1,400 toneladas por hectárea, y la zona actúa como un depósito natural que absorbe el carbono de la atmósfera, disminuyendo el Dióxido de Carbono del aire, lo que contribuye a la mitigación del cambio climático.

El MARN está realizando iniciativas de conservación y restauración de la zona, tales como el proyecto “GEF Humedales”, implementado con el apoyo del Fondo para el Medio Ambiente Mundial, y administrado financieramente por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), quienes brindan apoyo para la inclusión de humedales al sistema de áreas naturales protegidas.

El Complejo Bahía de Jiquilisco posee tres nominaciones: Sitio Ramsar otorgado por la Convención Ramsar, Reserva de Biosfera por la UNESCO y ANP terrestres y Costero-marina en 2019 por el MARN a través de la Ley de Áreas Naturales Protegidas.