Alcaldía cierra el rastro municipal de Atiquizaya

Comerciantes deberán ir a Santa Ana para destazar las reses, lo que incrementaría el valor de la carne. El cierre del rastro fue ordenado por el Ministerio del Medio Ambiente y Recursos Naturales.

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Por Cristian Díaz

2020-01-31 4:30:59

AHUACHAPÁN. Los destazaderos clandestinos, y por ende sin ningún control de la carne, podrían originarse en los próximos meses en Atiquizaya, Ahuachapán, debido a que la alcaldía cerrará su rastro, con más de 60 años de funcionamiento, luego que el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) le pidió hace dos años un plan de cierre técnico.

El programa fue presentado a la dependencia gubernamental en febrero de 2019 y aprobado el 13 de abril del mismo año, dando un año para su cumplimiento a partir de esta última fecha.

Otra situación que podría generar el cierre de la infraestructura es el incremento del valor de la carne, debido a que la opción que tienen las personas que destazan reses es viajar hasta el rastro de Santa Ana, lo que aumentará los costos de operación, reconocieron posibles afectados con la medida.

El plan incluía realizar algunas mejoras a las instalaciones como la colocación de biofiltros, una fosa séptica para las aguas, la intervención del área de sacrificio y los corrales. Las dos últimas no han sido intervenidas.

La alcaldesa, Ana Luisa Rodríguez, teme que con el cierre de la infraestructura se proliferen los rastros clandestinos, aunque reconoció que están consciente que no cumplen con todos los requisitos para que el lugar esté funcionando a pesar de los esfuerzos que realizan.

“Estamos conscientes de que mucha gente vive de eso y que los costos de la carne se irían súper altos, se provocaría también los rastros clandestinos con muchas personas por no llevar la res e ir a hacer todo hasta Santa Ana, que es el lugar donde van a tener que matar; pues van a salir un montón de rastros clandestinos. Estamos pidiéndole a Dios la posibilidad de tener una opción más y que el gobierno nos apoye para dar una respuesta a esta gran necesidad”, dijo la funcionaria.

Agregó que la petición del plan de cierre técnico surgió luego de una denuncia ciudadana donde exponían que no cumple las condiciones para operar.

Esto relacionado a que se ubica cerca de viviendas y porque a menos de cincuenta metros hay un vertiente y pasa el río Las Minas.

Los desechos no son lanzados a ese lugar, sino que son captados en recipientes y trasladados al relleno sanitario del municipio.

Salvador Salinas, quien tiene 25 años comercializando carne, expresó que viajar al rastro de Santa Ana implica incrementar costos de transporte y en el pago de sus destazadores.

Agregó que lo lógico sería incrementar el valor de la carne, aunque reconoció que la situación económica del país no es fácil porque los compradores siempre piden un precio menor.

Siete personas son las que comercializan carne en el mercado; sin embargo, los afectados con la medida también serán los destazadores y los que les venden el ganado.

Los primeros están dispuestos a invertir en el mejoramiento de la infraestructura para que no sea cerrado.
El número de animales destazados en el rastro varía en la semana y el máximo son seis animales, entre viernes y sábado.

“Esto (viajar) para nosotros en ningún momento es rentable, se supone que en Santa Ana hay que llevar la res tres días antes; hay que gastar para irla a dejar, luego el día que se sacrifica, la carne no se puede sacar sino que hasta el día siguiente. Significa que hay que ir desde aquí hasta Santa Ana tres días por una sola res. El ganado está carísimo, ya no daría para pagar”, lamentó Salinas.

En los últimos 35 años, Wilfredo Rosales se ha ganado la vida vendiendo ganado. Señaló que de cerrarse el rastro tendría que buscar nuevos mercados para continuar con su negocio o incrementar el valor de la res, ya que trasladarla hacia Santa Ana le implicaría cerca de $25 adicionales. “Del mismo cuero salen las coyundas”, reflexionó el sexagenario.