España es el país europeo con más solicitudes de asilo desde Latinoamérica

España recibe más de 3.500 solicitudes por semana, con Venezuela y Colombia a la cabeza. 4% del total son de salvadoreños.

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Migrantes venezolanos se reúnen fuera del refugio La Divina Pastora en Villa del Rosario. Este refugio en coordinación con la Iglesia Católica y con el apoyo del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, alimenta diariamente a más de 4,000 migrantes venezolano. Foto AFP/ Luis ROBAYO

Por Agencias

2020-02-24 4:32:52

Cuatro de cada cien solicitudes de asilo de Latinoamericanos que recibe España corresponden a salvadoreños que huyen sobre todo de la violencia de las pandillas.
El país europeo ha roto en los últimos dos años el récord de solicitudes de refugio provenientes de América Latina, señala una nota publicada en el periódico español El País.

España suma, por primera vez, más peticiones de refugio que cualquiera de los socios comunitarios, según los datos oficiales de la Oficina Europea de Apoyo al Asilo.

“La profunda crisis en Venezuela y la violencia que se extiende por varios países de Centroamérica y Colombia han disparado los números en los tres últimos años hasta las 118,000 solicitudes en 2019. En el arranque de 2020, las cifras escalan hasta las 3,500 peticiones semanales” cita la publicación.
Los cambios de las macrotendencias migratorias nunca tienen una sola explicación, se explica en la nota de El País.

El cóctel de factores que ha hecho que España lidere la recepción de potenciales refugiados comienza en el Mediterráneo, pero las causas hay que buscarlas también en las políticas migratorias del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, frente a las caravanas de centroamericanos y, sobre todo, en relación con el régimen venezolano de Nicolás Maduro.

Los acuerdos de la UE con Libia y Turquía para contener las rutas hacia Italia y Grecia han desplazado la presión migratoria hacia España. Pero han sido la crisis en Venezuela y la violencia de las pandillas en países como El Salvador y Honduras las que han llevado a decenas de miles de personas a pedir refugio en España, por los lazos históricos, culturales y lingüísticos con América Latina.

“Hablar de asilo en España es hablar de Latinoamérica”, advierte Blanca Garcés-Mascareñas, investigadora del think tank barcelonés CIDOB.

Buena parte de los actuales solicitantes en España- refiere la publicación- provienen de Venezuela (35%), Colombia (25%), Honduras (5.8%), Nicaragua (5%) y El Salvador (4%), un perfil muy diferente del de los sirios, afganos o iraquíes que llegan a Alemania, Grecia y Francia.

“La mayor parte de los solicitantes de asilo en España no huye de una guerra en el sentido tradicional, sino que huye de violencias estructurales”, sostiene Garcés-Mascareñas.
“Es muy probable que el ritmo de solicitudes continúe así, teniendo en cuenta la situación en Venezuela, Colombia o Centroamérica”, prevé la representante de Acnur en España, Sophie Muller.

Solo 5% se resuelven

“La Oficina de Asilo está en una situación lamentable”, reconoció el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, al asumir el cargo en 2018. La Oficina, aunque reforzada, continúa al borde del colapso: resuelve los expedientes más rápido que nunca, pero cerró el año con 120,000 solicitudes pendientes.

España, que ahora solo concede un 5% de las peticiones, se ha colocado a la cola de Europa, donde se otorgan de media el 30%.

El embudo y la falta de alternativas para establecerse de forma legal en España han convertido el sistema de asilo en un salvavidas temporal para los extranjeros que no son reconocidos como refugiados. Mientras se gestionan los expedientes, los solicitantes no pueden ser expulsados y a los seis meses se les permite trabajar.

La reforma del modelo de atención a los refugiados es una prioridad de la UE. La negociación se juega en un tablero en el que el sentimiento antinmigración se extiende en varios países. Los socios del norte exigen más control, mientras que los países de entrada (España, Italia y Grecia) piden solidaridad para repartirse el peso de la presión migratoria.

Para reducir el flujo de solicitudes y frenar la migración ilegal, España prepara su nueva ley de asilo. Fue a cuenta de esta ley. Las propuestas de Interior siguen la senda restrictiva de Europa.
El texto, proponía restringir el acceso al asilo a los extranjeros que estuvieran en centros de internamiento e incluye nuevos motivos para denegar solicitudes.