Artesanías, tradición familiar en Santo Domingo de Guzmán

Este arte se ha convertido en el sostén para unas seis de cada 10 familias en el municipio. La familia García es una de las que ofrece sus productos, que son comprados por varios restaurantes.

Don Nicolás Sánchez es el actual que responsable del taller de alfarería "El rinconcito de mi pueblo", un negocio familiar que se ha mantenido vivo por varias generaciones.

Por David Carpio

2019-05-18 5:30:28

SONSONATE. Vasijas, ollas, platos, cucharas, tenedores y hasta lámparas, todas hechas de barro, abundan en la casa de la familia García, ubicada en el barrio El Rosario, caserío El Rincón, de Santo Domingo de Guzmán, en Sonsonate.

Las artesanías no solo son una expresión del arte que han adquirido de generación en generación, sino que, además, se han convertido en un negocio que les provee comida, educación y todo lo necesario para subsistir día con día.

“La mayor parte de la gente del municipio trabaja en esto, porque no es estudiada para ir a pedir trabajo en una oficina. Esto no deja la gran cosa, pero, por lo menos, da para comprar los frijoles”, señaló Nicolás Santos García.

El hombre, junto a su esposa Adelina de García, son los dueños del taller El Rinconcito de mi Pueblo, un negocio instalado, desde hace 35 años, en la casa de la familia.

Junto a los esposos trabajan en el taller cinco de sus siete hijos, tres varones y dos hembras. “Las otras dos mujeres ya se acompañaron y tienen sus propios talleres”, indicó Nicolás.

“El aprendizaje de este arte viene por tradición, cuando yo era pequeñito mi abuela trabajaba el barro, porque la familia de ellos eso hacía, después mi mamá, mis hermanas, mis tías, es decir aquí en Santo Domingo desde que uno nace va agarrando el ritmo de este arte”, explicó Nicolás.

 

Agregó que en el caso de su matrimonio ha sido su esposa, Adelina de García, quien se ha encargado de enseñarles a sus hijos y ahora a sus cuatro nietos. En los últimos años algunas instituciones también han dado apoyo a los talleres del municipio con capacitaciones de emprendedurismo, que han ayudado para que ya no se elaboren solo ollas, sartenes y comales.

“Nosotros ahora somos de los pocos talleres que hacemos una variedad de artículos como ollas, vasijas, lámparas, sartenes, jarrones, oasis, floreros, comales, tostadores y adornos. Los comales y las ollas andan entre un dólar y los 10 dólares dependiendo el tamaño”, apuntó Nicolás.

El matrimonio García comentó que el arte del barro les ha servido para darle educación a sus siete hijos. Ellos también han recibido becas debido a sus excelentes calificaciones.

Añadió que a pesar de que la venta de los artículos de barro ha bajado en los últimos años, el negocio les ha ayudado para tener y pagar todo lo que necesitan como familia y que han aprovechado en agosto, noviembre y diciembre, temporadas en las que sus artículos tienen mayor demanda.

Foto EDH / Mauricio Cáceres

Agregó que su mercado más fuerte es fuera de Sonsonate y que le hacen artesanías y los platos a por lo menos tres cadenas de restaurantes ubicadas en Ataco y Metapán. Los precios de los productos elaborados en el taller “El Rinconcito de Mi Pueblo” van desde los $0.50 hasta los $60.

Si estás interesado en comprar alguna artesanía, puedes solicitarla de lunes a domingo a los teléfonos 7616-8559 y 2413-5426. La familia García trabaja todo tipo de pedidos y hasta artículos personalizados.

Un arte con amplias raíces

En Santo Domingo de Guzmán existen 150 talleres, el arte del barro es por ahora el negocio que brinda sustento a, por lo menos, el 60 % de las familias del municipio.

Pese a que las artesanías de barro son el principal sostén económico en Santo Domingo de Guzmán, las ganancias dejadas por este rubro en una temporada normal solo van de los $0.15 a $0.25 por pieza cada día.

La familia García concuerda en que, en la actualidad, los jóvenes no se involucran en el arte del barro, pero están conscientes de que el arte nunca se perderá en el municipio debido a que este siempre es transmitido de generación en generación.

Actualmente al menos 10 talleres de los 150 ubicados en Santo Domingo de Guzmán se han esmerado por elaborar artesanías variadas que ya no solo sean comales y ollas.

La familia García acude cada semana a una montaña llamada El Barrial, de donde se extraen las porciones de barro que luego es mojado para ser molido hasta formar una masa que es utilizada para la elaboración de las artesanías.