Artesanía en piedras

William Ascencio comenzó a pintar piedras hace una década, cuando le encargaron hacer un nacimiento. Ahora enseña su arte a niños y adultos.

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Por Cristian Díaz

2019-11-22 4:30:11

AHUACHAPÁN. William es el reflejo de que los salvadoreños ven hasta en una piedra la oportunidad de mostrar sus cualidades y generar ingresos económicos. El joven, de 29 años, encontró en estos objetos su materia prima para plasmar su creatividad, basada en el dibujo y la pintura.

Ha hecho animales, frutas, hortalizas, flores y hasta rostros humanos; pero el atractivo principal de su arte es que lo que pinta se adecua, principalmente, a la forma de la piedra, lo que brinda un mayor impacto visual para quienes adquieren su arte.

Los viajes a la playa para William Alfredo Ascencio no son simplemente de placer, sino que va en busca de piedras que tengan la forma de alguna figura, a la que termina dándole los acabados.

Las creaciones de William los puede encontrar los fines de semana en el portal del casino municipal de Concepción de Ataco.

Otras las adquiere cuando sale a caminar a las montañas y con personas que llegan a dejar arena, extraída de los ríos, a las ferreterías en Concepción de Ataco, Ahuachapán, de donde es originario.

La idea de realizar este tipo de arte surgió en el 2007, cuando una persona le encargó realizar las figuras del Nacimiento, a base de piedras.

Para entonces, se tardó una semana para terminar las figuras; pero eso le permitió desarrollar la imaginación y a interesarse en dichos objetos.

“Eso fue un incentivo para traer la parte artística a lo que es una piedra”, contó Ascencio.

El proceso inicia, tras tener la piedra, con su lavado, limpieza y plasmar la figura que desea. Todo puede tardar hasta 5 horas, ya que dependen si hay sol pues debe secarse la pintura y el sellador que le coloca para que tenga durabilidad. Usa pintura acrílica y óleo.

El artista decora las piedras con pintura de óleo y acrílico. Los precios van desde $1 hasta $30, según el tamaño. Foto EDH/ Cristian Díaz.

“A veces encontramos cantidades de piedras; pero no todas clasifican para trabajarlas. Somos bastantes cuidadosos en la forma y textura”, explicó el joven, que estudia ciencias de la educación en la Universidad de El Salvador.

Algunas de sus obras las ha regalado a personas de su aprecio y otras han sido comercializadas a precios que van desde $1 a $30, dependiendo del diseño, tamaño, y acabado.

Las personas las utilizan, las de mayor tamaño, para sostener las puertas, y las pequeñas como adornos en escritorios.

El amor por el dibujo lo tiene desde pequeño, cuando su padre, José Antonio Ascencio, le mostraba lo que él hacía en su época de estudiante y donde había fomento a las manualidades.

Observar los cuadernos de primer grado de su progenitor terminó de incentivar su deseo por dicha área.

“Le dije ‘quiero aprender a dibujar’; entonces comenzó a explicarme lo básico del dibujo. Comencé a retomar todas las sugerencias que me daba; cuando comencé el primer grado, ya llevaba la intención de querer destacar en el arte”, contó.

Los dibujos que hacía cuando llegó a tercer ciclo llamaban la atención de sus compañeros, quienes se los compraban a precios simbólicos.

La pintura comenzó a practicarla en el 2000, cuando observó, en sus visitas a otros municipios cómo los artistas plasmaban sus obras, a través de la combinación de colores.

Lo aprendido por sus propios esfuerzos, pues es autodidacta, le ha permitido brindar, desde hace cuatro años, varios talleres en la Casa de la Cultura de Concepción de Ataco, donde han asistido niños, jóvenes y personas de la tercera edad.

Veintidós niños están actualmente cursando el taller de dibujo y pintura, que durará tres meses. Las personas que deseen adquirir dicho arte, pueden encontrar a William en el portal del casino municipal los fines de semana.