Las otras facetas del teatro salvadoreño

A la sombra de las formas convencionales de hacer teatro, pero con el deseo de obtener un lugar más protagónico en la historia de las artes escénicas, se encuentran otras manifestaciones teatrales. Algunas más y otras menos conocidas, son impulsadas por colectivos, artistas independientes, festivales y actividades culturales, y desde ya conforman una alternativa para experimentar este arte.

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Por Diana Orantes

2020-03-26 4:00:50

Desde hace un tiempo, el teatro en El Salvador se representa de distintas maneras, en escenarios muy variados y con personajes diversos.

La manera de consumir esta forma de arte ha variado y es cada vez más enriquecedor saber que la oferta es mucha.
Cada año, por ejemplo, se desarrollan encuentros, festivales, concursos y premiaciones que promueven, impulsan y animan a los amantes del teatro a generar propuestas novedosas.

Tales como el Premio Ovación —que otorga el Teatro Poma y que el año pasado dio la oportunidad de generar un proyecto sobre teatro bufón, algo poco experimentado en el país— o la primera Bienal de Dramaturgia, que reconoce la experiencia de ciertos actores.

Los eventos para proyectar las artes escénicas tampoco se han reducido a contextos específicos, las puestas en escena se llevan a cabo en la calle, plazas, cafés y parques, todo lugar en donde haya un público curioso o con cierto bagaje cultural.

Son bien conocidos por ejemplo el Festival Nómada, el Festival de Teatro Hispano Salvadoreño, el Encuentro Nacional de Teatro Universitario o el Festival Internacional Escénico.

A su vez, estos eventos son para formar a los actores a través del intercambio cultural y talleres donde se les provee de herramientas necesarias para mejorar su trabajo, como sucede gracias al Encuentro Centroamericano de Actrices y Actores Proyecto Lagartija. Toda esta variedad de oportunidades para proyectarse y aprender ha sido gracias a la gestión de artistas escénicos, directores teatrales e instituciones culturales, y con el propósito de dar otros insumos a este arte.

Este viernes 27 se celebra el Día Mundial del Teatro y en el marco de esa fecha te detallamos algunas técnicas teatrales que están ganando terreno en las tablas salvadoreñas.

El teatro de títeres

Este género es conocido de distintas formas sinónimas como teatro de marionetas, figuras, objetos o animación, asegura el actor de teatro nicaragüense David Rocha. El uso del títere tiene diferentes técnicas, puede ser de guante, de varilla, de hilos o de barra. Otras veces se subdivide según sea la técnica del espectáculo. Los elementos que lo caracterizan son básicamente la mediación del muñeco (títere u objeto) entre el público y el actor. El títere funciona como materia muerta que el titiritero (animador o quien da alma al objeto) utiliza. Este se caracteriza en función dramática para transmitir, dialogar o mostrar distintas historias ante el público. Es muy visual y necesita de la acción y movimiento. El escenario puede ser desde una mesa hasta la nada, va a elección de cada espectáculo y artista. “El público familiar siempre se deja sorprender, quizás por el origen mágico o mítico”, señaló Rocha. Cualquier tema es abordable con títeres, de hecho hay funciones específicamente para bebés, niños de mediana edad, adolescentes, adultos y de tercera edad. En El Salvador algunos colectivos que lo impulsan son Ocelot Teatro y el Taller Inestable de Experimentación Teatral. Este último está realizando talleres virtuales, a través de su página de Facebook, para educar sobre malabarismo, expresión corporal, manipulación de títeres, globoflexia, vocacalización entre otros temas.

Stand Up Comedy

Fernando Rodríguez ha hecho una amplia labor para difundir el Stand Up Comedy en el país.

El actor de teatro Fernando Rodríguez es el precursor del Stand Up Comedy en El Salvador. Explica que esta forma teatral se practica en el país porque “como salvadoreños somos muy cuenteros, aunque sean cosas trágicas, hay un tono de humor para hacerlas más llevaderas”. El género consta de varios elementos sencillos: una persona parada frente al público que desarrolla un guión previamente escrito y un micrófono. “Se logra con herramientas de comedia obtenidas a través de la formación y de una escritura cómica. La diferencia entre el cuenta chistes y el stad up es que el primero hace chistes comunes, que alguien alguna vez creó y los repite. En cambio, el segundo escribe su material a partir de dos ramas: la observación y las anécdotas”, explica el actor, quien empezó hace un poco más de seis años en esta rama y es uno de los precursores del Festival Centroamericano de Comedia, también llamado Centroamérica Ríe. Algunos esfuerzos para promover este arte son el grupo ComediaES, desde donde se hacen talleres una vez al año, se enseña la técnica de escritura cómica y le dan seguimiento a aspirantes. También hacen micrófonos abiertos, la gente se sube al escenario con o sin formación para contar sus experiencias y se divulga este arte en el segmento radial ComediaES, que se transmite en Radio Club 92.5, en turnos especiales por la cuarentena de 4:00 a 6:00 p.m., de lunes a viernes. Además, tienen el programa “Fermentados” en TVX que se transmite los jueves a las 9:00 p.m. y domingos a las 8:00 p.m. Hay tertulia cómica y sketches.

Teatro Clown

Miembros de Irreal Teatro, un colectivo que promueve el clown en el país.

El clown es una técnica teatral, que traducida quiere decir payaso. La técnica busca un encuentro con las personas. “La complejidad es que hay que encontrar el clown y abrirse a partir de nuestros miedos”, comenta el actor de teatro Yasser Ballestas y miembro de la Asociación Cultural Irreal Teatro. El clown busca desarrollar la creatividad en el actor, la imaginación y capacidades corporales. Ayuda a crear un personaje para una tragedia, un melodrama o una pieza psicológica, porque esta forma de teatro otorga las herramientas necesarias para ello como el manejo de la emoción, del cuerpo y, además, lleva a desarrollar la percepción de lo que el artista quiere comunicar y proyectar al espectador. “A diferencia del teatro tradicional, en este construimos un personaje a partir de nosotros mismos, a partir de las guías del dramaturgo, eso lo hace más complejo. Es también tratar de construir al payaso desde la derrota y el fracaso”, agregó. El clown crece a la medida que crecen los artistas con respecto al maquillaje, vestuario y la forma de actuar. En el país esta rama se impulsa con eventos como el Festival Internacional Escénico, que organiza Irreal Teatro desde hace siete años. “El público salvadoreño valora el esfuerzo de desarrollar una propuesta alternativa. La sociedad necesita propuestas de ese tipo”, concluyó Ballestas.

Danza Teatro

La Compañía Nacional de Danza en una puesta en escena.

La danza contemporánea se presta mucho a combinarse con el teatro. Para la actriz Eunice Payés “es una rama que constantemente está en la investigación de nuevas formas de moverse, más creativa y con mayor esencia en el movimiento. Te lleva a explorar tanto los caminos con el teatro y la música”. El teatro danza es la combinación de un trabajo entre la interpretación y las emociones. Aparte de bailar, el individuo tiene la tarea de interpretar a un personaje. “En El Salvador, hay mucha gente que ha trabajado desde hace años una danza más teatral e interpretativa que no se queda solo en la forma y estética, pasa a la dramaturgia y los personajes”, subrayó. Desafortunadamente, para ejercer teatro danza como tal no hay una formación artísticas completa e integral en el país. “En estas piezas debe haber una dramaturgia, un guion y dependiendo de ello los elementos que pueden ser videos o música en vivo. Se aplica mucho el trabajo físico, es más que aprenderse textos, es hacer movimientos, gesticular”, apuntó Payés. En el país, lo han realizado muchos directores teatrales que tratan de buscar una danza más realista. Uno de los mejores ejemplos es el Festival Nómada.

Estatuismo

Carlos Córdova es un reconocido estatuista.

El actor independiente y también estatuista Carlos Córdova explica que esta técnica involucra el cuerpo del actor conectado con su mente, que entra en un espacio, genera una incomodidad, acción o vínculo y comunica algo a un público que lo ve y se acerca. “Lo más importante también sería cuando el público se cuestiona”, recalcó. El estatuismo implica la elaboración de vestuario, requiere tiempo e investigación del personaje. El camino está lleno de dificultades pruebas y errores para hallar texturas y colores adecuados a la representación. También es importante la técnica del maquillaje y tener una utilería y peluquería. “El estatuismo tiene implícitas técnicas de respiración, lo ideal sería permanecer constantemente en talleres de teatro, entrenamiento físico, tener flexibilidad corporal, hallar el equilibrio, la mejor postura de la columna y conocer los pesos del cuerpo, cómo tratar la relajación y concentración y cuidar la salud”, enfatizó. Todo ello requiere entrenamiento y ejercicios, funcionan el yoga, tai chi o la natación. Sin embargo, Córdova cree que en la sociedad salvadoreña falta desarrollar el sentido de sensiblidad más allá de que la gente se sorprenda al ver a alguien disfrazado. Otros artistas que han desarrollado bien la técnica son Alicia Chong y Tania Ramos.

Teatro Mimo

El actor Mariano Espinoza en una interpretación de mimo.

Mimo significa en latín “imitación” y se apoya del lenguaje del gesto, está ligado a las leyes universales del movimiento, la danza, el teatro, y aunque no utiliza lenguaje verbal sí recursos mínimos de utilería, escenografía y vestuario. El trabajo del mimo consiste en transmitir pensamientos, sentimientos y experiencias por medio de acciones corporales, pero con el cuidado de no quedarse en dominar patrones físicos del cuerpo sino también llegar a profundizar en su significado. El actor de teatro Mariano Espinoza cuenta que en El Salvador, durante los años 80, existió un grupo de teatro llamado Grupo Bululú, dedicado a hacer títeres y pantomimas, además de teatro didáctico. Actualmente Espinoza tiene un proyecto encaminado a integrar el mimo con el teatro y hacer teatro físico. Además, en el país hay otros actores que hacen esfuerzos individuales, algunos, sin embargo, no tienen plena consciencia del estilo y su actuación coincide con una similar a la de un payaso. Para promover el arte mimo, Espinoza considera que es necesario reorientar la concepción de hacer teatro y permitir que se haga desde la lógica de la expresión física y no solamente literaria. “Tomando en cuenta que el mimo es un arte teatral básico, una forma de comunicación que es desarrollada por el ser humano, que no solamente consiste en hacer gestos que sustituyen a las palabras”, enfatizó.