Ana Deysi Corea es parte de una lista de 28 maestros pagados por la municipalidad de Chinameca; los profesores están distribuidos en igual cantidad de centros escolares y en su mayoría fueron contratados como maestros de informática.
Cada semana, Ana Deysi atiende un promedio de 27 infantes en edades de 4 a 6 años, su aula improvisada está construida contiguo a las instalaciones del Centro Escolar Cantón Jocote Dulce, de Chinameca, en San Miguel.
Ana es la maestra de parvularia pese a que solo logró cursar hasta el 9° grado, pero fue la misma comunidad, donde ella nació y vive, la que decidió que era la persona idónea para instruir a sus hijos en los primero pasos de la educación parvularia.
“Visión Mundial vino con el proyecto, me pagaban con una tarjeta de 60 dólares para ir a reclamar víveres en un súper mercado. Ellos construyeron el kinder. Después me pagaba la alcaldía 180 dólares mensuales, pero este año no me pagaron nada porque no han recibido mi contrato”, explica Ana Deysi.
“Teníamos una pequeña deuda con ella (Ana Deysi) y queríamos saldarla primero para poder continuar. Vamos a hablar con el director (del centro escolar) para ponernos de acuerdo para encontrar una salida a esta situación, porque ella ha trabajado (este año) pero sin contrato”, explicó el alcalde.
El Centro Escolar Cantón Jocote Dulce está ubicado a unos 30 minutos del centro de Chinameca y para llegar es necesario transitar una calle de difícil acceso.
Esa escuela recibe un promedio de 80 niños que cursan entre 1° y 6° grado, además de los y 27 alumnos de parvularia que atiende Ana Deysi.
Pese a las pocas oportunidades educativas y de trabajo que hay en el lugar, los padres se esmeran para que sus hijos estudien.
Doris Esmeralda Chávez, de 27 años y madre de una niña de 5, considera que la parvularia es indispensable en su comunidad. “Se necesita que se mejore el aula porque esta muy pequeña y cada año vienen más niños”, comenta Chávez, quien expresa estar satisfecha con el trabajo de Ana Deysi.
“Ella es buena profesora por eso nosotros la queremos y sentimos la confianza de mandar los niños porque los cuida, mi niña ha aprendido mucho. Nosotros quisiéramos pagarle, pero a veces no se puede. Ella nunca nos han pedido alguna colaboración para el sostenimiento del kinder”, explicó.
A pesar de no recibir un salario, Ana Deysi dice que no dejará “a sus niños” y continuara ejerciendo su labor de docente.
“Si viniera una maestra especializada en parvularia, pues yo me voy; pero quedo contenta porque los niños quedan con alguien que los va a atender”, expresa Ana.
Las necesidades del Centro Escolar Cantón Jocote Dulce son muchas y requieren de un muro perimetral, instalación de luz eléctrica, reforzar las instalaciones educativas, material didáctico para parvularia, entre otros.
A pesar que los maestros han tocado muchas puertas, sus esperanzas se desvanecen, ya que el proceso legal del traspaso del terreno en donde se encuentra la escuela, a favor del Ministerio de Educación, aún está en proceso desde hace 8 años.
El año pasado, del total de matricula en el nivel de parvularia, el 47.77 % (equivalente a 109,899) eran alumnos del sector rural; mientras que el 52.13 % (equivalente a 119,921) eran del área urbana, según datos del Ministerio de Educación.
