“Algunas veces, el coraje y la impotencia duelen tanto que uno no pueda ni gritar ni llorar”. Albert Camus en “Les Muets” (Los sin voz) en l´Éxile et Royaume (El Exilio y el reino), París 1957.
Esta semana, los europeos siguieron conmemorando el fin de la Segunda Guerra Mundial, que se llevó consigo tantas situaciones diversas que están siendo celebradas y deploradas hasta en la actualidad.
Consideramos el contexto para los escritos y publicaciones de Albert Camus (1913-1960), interlocutor de la posguerra y la Guerra Fría, que abarcan el período desde el Armisticio en Europa en 1945, incluye la derrota de Francia en Indochina, además de los acuerdos que terminaron la Guerra en Argelia y el comienzo del envío de asesores militares de EE.UU. en 1960, año en que murió Camus.
Vale recordar, como trasfondo, que Francia durante la posguerra perdió su imperio en el sureste de Asia, en el Caribe y en África. Los territorios gobernados por Francia desde Dakar eran sus colonias de Argelia, Tunicia, Guinea Francesa, Sudán, Senegal, Dahomey (Benin) la Costa de Marfil, Mauritania, Níger y Burkina Faso. Gobernando desde Brazzaville había otras colonias francesas en África: Cameroon, la República Central de África, Chad, Gabón y El Congo (Brazzaville).
El fracaso del imperio colonial francés (denominado la Unión Francesa) comenzó casi inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial, en Indochina, y terminó con la Batalla de Dien Bien Phu en 1954, cuando los vietnamitas de Indochina se unificaron al país y a la liberación de sus colonias en África.
Casi simultáneamente, el mismo año, los árabes musulmanes de Argelia, en el norte de África, escogieron 1954 para comenzar su guerra de liberación de Francia, aprovechando, estratégicamente, la debilidad militar, diplomática y política de Francia. Ellos atacaron los cuarteles militares y sedes de la policía francesa en Argelia, solo cuatro meses después de Dien Bien Phu, causando una suerte de histeria nacional en Francia y en su gobierno. El general Charles de Gaulle de los Free French (resistencia no-comunista francesa contra la ocupación nazi de Francia) declaró que el imperio francés no sobreviviría la pérdida de Indochina. Y enseguida, comenzó la guerra de Argelia.
Además de la Guerra en Argelia, internacionalmente surgieron las situaciones en Yugoslavia bajo Tito y en Albania bajo Enver Hoxha, la independencia de la India del Reino Unido en 1947, la independencia de Indonesia de los holandeses en 1949, la crisis del Canal de Suez en 1956 (cuando Gamel Abdel Nasser nacionalizó el Canal), la formación del nuevo Estado de Vietnam, el Bloqueo de Berlín y el Puente Aérea. Encima de todo, comenzó la Guerra Fría cuando Sir Winston Churchill anunció:
“Desde Stetin en el Báltico hasta Trieste en el Adriático, una cortina de hierro ha descendido a través de nuestro continente”.
Churchill pronunció este mensaje en Missouri, Estados Unidos, el día 05 de marzo de 1946.
El Plan Marshall había comenzado casi inmediatamente después del Desembarco en Normandía (junio y julio 1944), y eso impulsó la formación de la Comunidad Económica Europea, precursora de la Unión Europea. Enormes terremotos políticos, militares y culturales también caracterizaron la posguerra. Ejemplos, entre otros, son la Guerra Civil Griega y la Revolución China bajo Mao tse-tung y, en 1950, la Guerra en Corea, con las tensiones en la península coreana entre China y Estados Unidos.
Así es que, el armisticio firmado el 10 de mayo de 1945 en Riems, Francia, no se llevó acabo en un globo de cristal suspendido y separado del contexto internacional de la posguerra. Ni marcó la paz inmediata.
Albert Camus, participante en la resistencia contra la ocupación de Francia por los nazis, con su periódico Combat también estaba colaborando con Jean-Paúl Sartre y Simone de Beauvoir en Francia, habiendo abandonado (temporalmente) a su Argelia natal.
Camus, en un principio, fue clasificado públicamente como existencialista, clasificación que él rechazó fuertemente cuando llegó el momento de la separación dolorosa de Jean-Paúl Sartre y Simone de Beauvoir, quienes quedaron en el campo de la revolución y sus absolutismos.