Airbnb, un modelo que amenaza la industria hotelera

Airbnb ya alcanzó los 500 millones de huéspedes en sus más de 12 años de historia. Es una aplicación que conecta dueños de alojamientos con viajeros. ¿Su éxito?: Bajo costo y practicidad.

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La plataforma está presente en 191 países, incluido El Salvador. Foto EDH/Archivo.

Por Tania Urías

2019-05-21 6:00:58

Airbnb es una comunidad formada por anfitriones que comparten una propiedad y huéspedes que la necesitan. Es la intermediaria que pone las reglas y las herramientas para que exista la conexión. Todo , obviamente, a cambio de una comisión.

Aún así, los precios suelen ser mucho más que convenientes si se comparan con los de los hoteles y más aún en las grandes capitales del mundo.

Su principal atractivo si bien es el costo de la habitación, que en ocasiones puede ser hasta mitad de la de un cuarto de hotel, Airbnb también está ganando clientes por su enorme oferta de más de 6 millones de alojamientos, desde una casa rodante hasta una habitación en un castillo.

“Con Airbnb, puedes hallar desde un apartamento para cuatro personas en Londres o París por menos de $100 diarios e incluye servicios como limpieza y Wifi”, contó Claudio Martínez, periodista y viajero desde hace más de 20 años. Su lista incluye la visita a por lo menos 70 países.

Martínez, que comenzó buscando alojamiento cuando no existía ni siquiera Internet, asegura que este tipo de plataformas, como la mayoría de las llamadas “colaborativas”, no solo le han permitido ahorrar dinero, sino además, sentirse seguro y “como en casa”.

Él recomienda Airbnb para viajeros que van con amigos o con familia, no para quienes lo hacen solos ya que los costos no siempre son convenientes para un presupuesto individual.

Lo primero que hay que hacer para usar la plataforma es registrarse. “Los datos personales son fundamentales, de manera que Airbnb te identifique como usuario real, ya que son cuidadosos tanto con los anfitriones como con los huéspedes”, cuenta Claudio.

El huésped elige el lugar, de acuerdo a sus necesidades, número de habitaciones y facilidades, pero el anfitrión también tiene el poder de aprobar su solicitud. Ambos están sujetos a las recomendaciones que otros pongan de ellos.

“Una ventaja de Airbnb es que uno previamente puede comunicarse con el anfitrión y despejar las dudas antes de solicitar la reserva, en ocasiones se tiene contacto, en otras nunca se le conoce. Yo renté un apartamento en Lisboa (Portugal) para mí y mi familia, y al llegar nos abrieron la puerta vía remota, nunca vía la dueña”, contó Claudio, que ya ha usado la aplicación en al menos siete países, .

A muchos anfitriones les gusta recibir en persona a sus huéspedes para entregarles las llaves. Otros, cuando no disponen del tiempo, las envían por correo junto con una lista de indicaciones, las dejan en una caja de seguridad o se las dan al encargado del edificio.

¿Amenaza para los grandes?

Esta plataforma virtual no deja de preocupar tanto a las principales cadenas hoteleras del mundo, como a las diversas organizaciones relacionadas a turismo.

Las entidades ligadas al rubro reclaman igualdad de condiciones, ya que según estas entidades, Airbnb no tributa por su operación y los alojamientos ofrecidos no se acogen a las normativas establecidas a todos los establecimientos formalmente constituidos.

Dentro de este revuelo, la marca crece a pasos agigantados alcanzando números realmente sorprendentes, lo que ha llevado incluso a ser incorporada como miembro de la Organización Mundial del Turismo, OMT, desde 2017.

¿Porqué sigue creciendo ? La primera razón citada por blogs de turismo es el factor económico ya que muchos buscan solo un lugar a donde pernoctar, sin lujos, sin equipamiento excesivo, sino que funcional y cómodo.

Los buenos comentarios o criticas del lugar, lo que generalmente recae en: “calor de hogar”, “amables”, “muy serviciales y atentos”, etc., también influyen.

La segunda es que cada vez abarca más destinos que por condiciones geográficas o por un incipiente desarrollo turístico, aún no se ha desarrollado un mercado o ha facilitado su crecimiento.

Otra razón destacada por Martínez es la inmensa cantidad de ofertas que existen. Según de la misma plataforma, Airbnb tiene más anuncios (6.3 millones) en todo el mundo que cualquier compañía hotelera. Marriott y Starwood combinados cuentan con 1.1 millones de habitaciones.

El sitio de prensa de la plataforma destaca más dos millones promedio de personas que se hospedan en un alojamiento de Airbnb por noche y una cifra superior a las 1,000 ciudades que usan ya la plataforma en al menos 191 países.

“Nos fijamos en la proporción de viviendas enteras dentro de la lista total de siete mercados norteamericanos y luego lo aplicamos a los listados globales”, explicó Ene Freitag, portavoz de STR ( Smith Travel Research), una empresa estadounidense que realiza #un seguimiento de los datos de oferta #y demanda para múltiples sectores del #mercado, incluida la industria hotelera #mundial. Esto coloca a Airbnb en segundo lugar por detrás de Marriott y Starwood y por delante de Hilton Worldwide, que cuenta con 769,000 habitaciones en todo el mundo, concluye STR.

Este negocio -de momento no regulado- tiene al sector hotelero en contra pues ahora tienen una competencia que no tiene que pagar sus mismos impuestos ni cumplir la misma legislación, mientras que la compañía defiende en sus informes el impacto que tiene al favorecer el turismo y las ciudades.

Un estudio de la Universidad de Boston, que calcula cuál es el efecto Airbnb en los hoteles, realizado en 2017, concluye que por cada aumento del 1% de la oferta de Airbnb en una ciudad los hoteles pierden un 0.05% de sus ingresos. Puede parecer una cifra baja, pero el ritmo de crecimiento de la compañía es muy rápido. Y su oferta llega al medio millón de alojamientos, desde que se fundó.

“Si el ritmo de crecimiento (de la compañía) no para, los hoteles deberían empezar a preocuparse, porque habrá cada vez más competencia y necesitarán otro tipo de estrategia. Si no, Airbnb puede convertirse en la primera empresa hotelera del mundo”, explicó a El HuffPost Davide Proserpio, uno de los investigadores del estudio The Rise of the Sharing Economy: Estimating the Impact of Airbnb on the Hotel Industry.

Uno de los cofundadores y CEO de Airbnb, Brian Chesky, resumía así su potencial de crecimiento: “(La cadena) Marriott quiere aumentar en 30,000 habitaciones este año. Nosotros lo haremos en las próximas dos semanas”.

Airbnb en El Salvador

La plataforma está presente en el país y en un sondeo rápido por redes sociales se descubrió experiencias positivas para quienes ya la han usado dentro o fuera del territorio.

La oferta (es.airbnb.com/s/El-Salvador???) incluye más de 300 alojamientos, la mayoría casas de campo, de playa o en el lago. Los precios van desde los $40 hasta los $350 por noche, dependiendo de las facilidades que ofrece el alojamiento y del sitio donde esté ubicado.

Belliny Sigüenza, representante de la Asociación Salvadoreña de Hoteles, que aglutina unos 30 establecimientos desde aquellos con 10 habitaciones hasta las grandes cadenas internacionales, asegura que Airbnb representa una competencia por que participa en el mercado pero no en igualdad de condiciones.

“Ellos no pagan el 5% de impuesto de Turismo y el 18% de IVA, no cumplen permisos que como industria nos exigen, de Medio Ambiente, de Salud, de la Alcaldía, ofrecen el mismo servicio o similar al nuestro, pero no les exigen los mismos requisitos”, dijo Belliny.

La ejecutiva aclaró que ven a la plataforma como un reto que los obliga a evaluar lo que Airbnb está haciendo y cómo lo está haciendo, para mejorar ellos la oferta.

Sigüenza cree que el elemento diferenciador de un hotel, al menos en El Salvador, tiene que ver con la calidad y la seguridad.

“Siempre habrá clientes para ellos y para hoteles como los nuestros, que buscan atención de calidad, servicio garantizado, contratos colectivos ( grupos empresariales), entregamos factura, somos amigables con el medio ambiente y aportamos a la ciudad”, explicó.

La empresaria reconoce que Airbnb es una excelente oportunidad para ganar dinero y está segura que crecerá, pero por ahora la oferta en el país todavía es pequeña y no va más allá de casas de campo o de playa.

 


Una rentabilidad segura

“Una de las filosofías de Airbnb es: Es tu casa, vos pones las reglas”, dice Alfonso Reyes, un salvadoreño que se convirtió en anfitrión del servicio por que tenía una habitación vacía en su casa, ubicada en San Salvador.

Llenó los formularios de la página web, subió las fotos y de inmediato fue contactado.

“Tuvimos muchos tipos de clientes, estudiantes, profesores, turistas, gente que venía a un concierto, personas del interior que vienen por trabajo a la capital”, contó.

Recibió huéspedes de El Salvador, Costa Rica, Colombia, México, Estados Unidos, Panamá, Francia y Noruega. Cada uno se quedaba según la necesidad, pero la mayoría de los que recibió llegaron por negocios y permanecieron desde tres días hasta dos semanas.

Alfonso les ofrecía uso de servicios básicos (agua, energía eléctrica e internet), el uso de área común, lavadora, refrigeradora, cocina, comedor, etc. También les incluyó algunos insumos de limpieza y por un valor adicional, televisor con cable.

En general, la experiencia fue buena ya que Alfonso tuvo un ingreso mensual mayor a lo que podía tener por el alquiler de la habitación. Además tuvo la oportunidad de conocer gente con diferentes culturas, logró hacer contactos y hasta cerrar negocios.

El salvadoreño reconoció que ser anfitrión implica cierto riesgo, por que se desconoce el tipo de persona que se recibirá, pero aclara que la plataforma tiene varios filtros de seguridad. “Es nuestro caso (su esposa y él) es un poco más fácil porque solo vivimos personas adultas, por lo que el riesgo es menor”, contó.

Para reducir el peligro, Alfonso siempre se tomó el tiempo para evaluar las personas a las que dio alojamiento para decidir si alquilarles o no. “Antes de rentar el cuarto, uno puede ver su perfil (el del huésped) en Airbnb y mantener una conversación vía chat de Airbnb (no por correo, ni WhatsApp solo por la herramienta de la aplicación) con el objetivo de conocer a la persona y la razón de llegar al país o a la capital, si es del interior”, explicó.

Adicional a esto y como protección y facilidad tanto para anfitriones como para viajeros existen dos procesos principales para alquilar una habitación, propiedad u otra en Airbnb, estos dependen del tipo de cliente.

Airbnb clasifica el tipo de cliente de acuerdo al tiempo de registro y principalmente la evaluación que un anfitrión le ha dado a un usuario cada vez que ha alquilado una propiedad.

Si un cliente es nuevo o no es confiable, el usuario hace la solicitud de alquiler, luego el anfitrión evalúa y puede aceptar o denegar, mientras que si la persona es confiable acorde a las políticas de Airbnb, no requiere preaprobación del anfitrión, detalló Alfonso.

Lo mismo sucede con los anfitriones, al que le asignan la categoría de “Superhost” ya no necesita más filtros.

“Los Superhosts son anfitriones con experiencia y valoraciones excelentes que se esfuerzan para que la estancia de sus huéspedes sea siempre perfecta”, detalla el sitio.

Reyes reconoció que es más rentable usar la habitación con la aplicación que rentarla de manera tradicional.

“Depende del número de personas que lleguen en el mes, pero se puede llegar a obtener hasta un 100% mas de lo que se gana normalmente, es decir si la habitación se alquila en 200, puedes ganar hasta $400 con Airbnb”, detalló. En promedio, Alfonso cobraba $10 por día.

Por ahora alquila la habitación a un amigo extranjero pero cuando se vaya, regresará al modelo anterior de ser anfitrión de Airbnb, ya que la rentabilidad es segura, concluyó.