Conoce la Casa de Mamapán, con una historia de 200 años en Ahuachapán

El hotel tiene diez años de haber iniciado a operar, oficialmente, con 15 habitaciones; pero sus paredes guardan objetos que fueron utilizados para realizar el trabajo de finca y una piedra para purificar el agua.

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En su interior hay decenas de artículos que fueron utilizados por sus propietarios en tiempos pasados, incluso, de la época colonial. Foto EDH/ Cristian Díaz

Por Cristian Díaz

2020-12-25 9:20:56

AHUACHAPÁN. Más de 200 años de historia guarda lo que ahora es el hotel La Casa de Mamapán, en Ahuachapán, no sólo porque su infraestructura aún conserva paredes de adobe, bahareque, y sistema mixto, de casi un metro de grosor con columnas de roble y encino y puertas de madera; sino porque en su interior hay decenas de artículos que fueron utilizados por sus propietarios en tiempos, incluso, de la época colonial.

En uno de los pasillos del hotel está una enorme estructura de madera que para los más jóvenes se asemeja a uno de los chineros actuales; pero en realidad es un escritorio que tiene múltiples espacios para guardar la correspondencia.

Además aún conserva la marca que refleja cómo era enclavada la máquina de escribir.

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En otra zona existe una piedra grande que servía para purificar el agua, que caía en otra piedra más pequeña y de donde se podía beber el líquido.

Máquinas de escribir, teléfonos antiguos de disco, planchas que eran calentadas con carbón, maletas que utilizaban los propietarios de la casa para viajar, un armario importado, una caja fuerte y la bolsa de cuero donde guardaban el dinero que después era entregado como salario a los empleados de la finca son otros artículos que adornan la antigua casa.

Esta se encuentra contiguo al pasaje La Concordia y en las proximidades del parque del mismo nombre y la iglesia Nuestra Señora de la Asunción.

Claudia Gazzolo de Munguía, propietaria de la vivienda, relató que la infraestructura fue la casa de la familia, que tiene más de 200 años de antigüedad y que en la década antepasada fue declarada como Patrimonio Cultural Inmobiliario de El Salvador.

“Fue una casa prácticamente de mujeres. Al quedar viuda mi abuela (Elena Arriaza viuda de Calderón), vivió en ella mi abuela, mi mamá (Tere Calderón Arriaza), después con los años que nací yo, y siempre vivimos las tres. Fue la casa de reunión de toda la familia de mi abuelita; venía toda la familia de San Salvador en las actividades importantes como las fiestas patronales, cumpleaños, Día de los Difuntos. Fue una casa que siempre estuvo llena de amor por la familia”, contó la empresaria.

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Más de 200 años de historia guarda lo que ahora es el hotel La Casa de Mamapán, en Ahuachapán, no sólo porque su infraestructura aún conserva las paredes antiguas. Foto EDH/ Cristian Díaz

De Munguía relató que cuando su madre falleció, hace 21 años, ella regresó a Ahuachapán, tras residir en la capital, y comenzó a alquilar la vivienda en pequeños locales comerciales.

Eso despertó en ella buscar la forma de llevar turistas a Ahuachapán porque quienes comenzaron a visitarlo, regresaban a sus ciudades satisfechos sobre todo por la tranquilidad del pueblo, que se mantiene en la actualidad.

En el 2009 abrió un hostal con apenas tres habitaciones y el 9 de septiembre del siguiente año, inició oficialmente la historia del Hotel de La Casa de Mamapán, cuyo nombre, incluso, se debe a una anécdota familiar.

Mamapán significa mamá de Ahuachapán y hace referencia a Tere Calderón Arriaza. Un día, entre 1996 y 1997, la hija mayor de la empresaria, quien para entonces comenzaba a hablar de forma más fluida, le llamó Mamapán.

Al consultarle del porqué, la respuesta fue “porque mi mami dice que tú sos la mamá de Ahuachapán”.

“Como hotel hemos tratado que se mantenga la esencia de la casa como tal, que es una casa colonial de familia, para enseñarle a los huéspedes cómo se vivía más o menos en la época de la colonia; pero que en las habitaciones tienen todas las comunidades y modernidades de hoy. Los salvadoreños cuando vienen a visitarnos se regocijan porque muchos de ellos recuerdan cómo vivían en las casas de sus abuelos. Es el sentimiento más importante que ellos sienten; sobre todo cuando conocen el porqué del nombre de La Casa de Mamapán”, recordó de Munguía.

Las paredes son de adobe, bahareque, y sistema mixto, de casi un metro de grosor con columnas de roble.

La calidez que demuestra les ha permitido ser uno de los hoteles más reconocidos no sólo a nivel nacional sino que también internacional.

Este mes recibieron el reconocimiento Solidaridad Nacional, que fue entregado por Hábitat para la Humanidad El Salvador, ya que La Casa de Mamapán recibe muchos voluntariado internacional que llegan a realizar obras en beneficio de la cabecera departamental.