Por alguna razón, Paulina de los Ángeles Carrión Espinoza, una ecuatoriana de 59 años, llamó la atención de las autoridades policiales destacadas en el aeropuerto San Óscar Arnulfo Romero que optaron por revisarle las dos maletas que llevaba a través del aparato de rayos X. Ella viajaba en un vuelo comercial procedente de Washington, Estados Unidos, pero pasaba de tránsito por la terminal aérea con destino a Guayaquil, Ecuador.
“Por algunos parámetros que generaron algunas sospechas al entrevistador, ella fue separada para una entrevista más minuciosa y el resultado fue encontrar el armamento”, dijo el comisionado, Américo Pereira, jefe de la División de Armas y Explosivos (DAE) de la Policía.
El operador del aparato detectó varios objetos sospechosos en las maletas, pero en especial había uno que despertó más el interés de los policías de Armas y Explosivos.
“El escaner de rayos X está configurado en principio para detectar formas en la pantalla y lo otro para detectar densidades, es decir, que cuando va algo de metal da un determinado color”, dijo Pereira, quien agregó que en el caso de la ecuatoriana “coincidieron las dos cosas, que daba densidades de piezas de metal variadas, pero sobretodo de que al operador del escaner le pareció que semejaba la corredera de una pistola, es decir, la parte superior del arma, eso lo llevó a generar más sospechas para abrir el equipaje y realizar el registro físico”.
Tras la revisión de las valijas, los policías hallaron una serie de piezas de pistola desarmadas en las dos valijas. También ocho cargadores para las mismas y accesorios para limpiarlas. “Se armaron las pistolas, se estableció que la señora llevaba seis armas; cuatro armas de tamaño regular y dos armas pequeñas, todas Glock (de fabricación austríaca)” dijo Pereira.
Carrión Espinoza no supo demostrar con documentación de que las armas de fuego las había comprado de forma legal.
EE.UU. también investiga
El jefe policial explicó que la Agencia de Control de Bebidas Alcohólicas, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos realiza una investigación en aquel país para establecer adonde adquirió las armas y la manera de cómo pudo haber evadido los controles aduanales en el aeropuerto de Washington.
“Estamos en constante coordinación con las autoridades de ATF y ellos de hecho ya tienen una investigación avanzada al respecto y creemos que en los próximos días también ellos van arrojar resultados sobre la investigación allá en Estados Unidos”, dijo Pereira.
Técnicos de la DAE constataron de que las pistolas están en perfecto estado por lo que Carrión Espinoza fue detenida por tráfico ilegal de armas de fuego.
Aunque las autoridades policiales no tienen todavía información sobre el destino de las armas que llevaba la mujer, Pereira cree que por la marca de las armas, puede ser que las llevaba para venderlas, porque tienen un alto valor económico en los países sudamericanos.
“Por decir algo, un arma de esa cuesta en EE.UU. entre 400 y 600 dólares, pero al llegar a algún país de Suramérica, probablemente su valor supere los 2,500 dólares o más. En algunos países como por ejemplo, Brasil, si llega un arma de esas fácilmente puede costar entre $4,000 y $7,000, dependiendo de como se venda”, explicó Pereira.
A su juicio, el alto valor de esas armas en Suramérica es una de las motivaciones que tienen estas personas, para aventurarse a traficar, pero que “al final no es la parte económica la que daña solamente, sino que el atentar contra la vida de las personas”.