Elix Alexander Crespo Segovia tiene 43 años de edad y dos hijos que sacar adelante. Elix Alexander se gana la vida haciendo trabajos de soldadura de estructuras metálicas lo que se conoce como obra de banco.
Desde el 6 de febrero pasado se encuentra desaparecido. Ese día llegó a trabajar a una casa de la colonia Nueva Apopa, en Apopa, y pandilleros se lo llevaron.
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Elix Alexander es una de las 226 personas que han desaparecido entre el uno de enero y el 9 de marzo de este año, según cifras de la Fiscalía General. El dato anterior es mayor a los registros del mismo período del año pasado en el que se contabilizaron 106 desaparecidos, lo que significa el doble según la Fiscalía.
La familia de Elix Alexander está desesperada por no tener información de su paradero.
Un pariente suyo relató a El Diario de Hoy que él fue a trabajar a ese lugar confiado de que su ayudante ahí vivía y que quizás no le podía pasar algo grave. Su ayudante se fue de la colonia después de que él desapareció.
A las 5:00 de la tarde cuando él ya había terminado su trabajo y se disponía a retirarse, llegaron de dos a tres pandilleros armados y se lo llevaron en un carro rojo. Desde ese momento ya no se supo más de Elix Alexander.
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Dos horas después, los mismos individuos volvieron a la casa donde había trabajado para llevarse la motocicleta placas M109-847 propiedad de Elix Alexander. La moto tampoco ha sido localizada.
Lo que les llama la atención a sus familiares es que 15 días antes, su pariente llegó a trabajar a un colegio en la misma colonia. No menos de dos pandilleros se le acercaron, supuestamente para extorsionarlo, pero desconocen si él les dio dinero o no.
Como a las 8:00 de la noche del día que desapareció, un familiar le llamó a su ayudante, pero este con voz casi temblorosa y nervioso le dijo que no sabía dónde estaba.
“Era demasiado el nerviosismo del tipo que me dejó con dudas si él podría estar involucrado en la desaparición”, dijo un pariente.
Este familiar preocupado e inconforme por lo que le había dicho el ayudante, decidió arriesgarse y se fue a buscar a Elix Alejandro.
Al llegar a la colonia se dio cuenta de que el ayudante se había ido junto con su familia de la casa donde vivía. Algunos vecinos le manifestaron que a Elix Alexander se lo habían llevado unos pandilleros armados.
Sus familiares han recorrido hospitales, la morgue del Instituto de Medicina Legal, pero no han tenido suerte de encontrarlo.
No saber nada de Elix Alexander hace crecer más la angustia y la desesperación en su familia. Él tiene un hijo de seis meses de nacido y otro de 20 años.
Las autoridades policiales han insistido que las desapariciones de personas han tenido una reducción significativa, pero según las cifras de la Fiscalía, ese tipo de casos aumentaron en los dos primeros meses de este año con respecto al mismo período de 2020.
“Si se ha mejorado bastante, mucho”, dijo un oficial de la Policía que desistió de ser identificado.
Agregó que hay muchos casos en los que las víctimas son menores, pero que cuando se localizan, éstos se han ido con las novias o los novios.
Pero las cifras reveladas por la Fiscalía General dicen lo contrario. Un total de 226 personas desaparecieron entre el uno de enero y el 9 de marzo de este año, cifra superior al año pasado que contabilizaban 106 desaparecidos.
El informe detalla que en febrero se registró la mayor cantidad de desaparecidos. En los 28 días de ese mes se desaparecieron 102 personas; mientras que en enero hubo 86. Sin embargo, en nueve días de marzo ya se habían reportado las desapariciones de 38 personas.
Jeannette Aguilar, investigadora en temas de seguridad ciudadana, sostiene que “la desaparición es el delito más grave que está afectando a la sociedad salvadoreña”.
Agregó que “mientras los gobiernos sigan utilizando el tema de seguridad como marketing político y la sociedad salvadoreña no se movilice para exigir más seguridad y justicia, no se va a erradicar”.
El oficial de la Policía aseguró que más del 50 por ciento de los desaparecidos tienen entre 15 y 30 años de edad.
La mayoría de las desapariciones son atribuidas a las pandillas, grupos criminales que suelen enterrar a sus víctimas para evitar dejar evidencia del crimen.
El departamento de San Salvador es el que más desapariciones registra seguido de La Libertad, Sonsonate y San Miguel, según fuentes policiales.