A juicio policía acusado de asesinar a colega en Subdelegación Zacamil

Néstor Mejía es acusado del feminicidio de Lorena Hernández. El crimen fue el 31 de diciembre de 2017. Los dolientes no dudan de que hubo negligencia y complicidad de algunos policías y jefes para proteger al imputado.

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Néstor Mejía Coto fue arrestado el 1 de enero de 2018. Su abogado, según los dolientes, ha hecho gestiones para dilatar el proceso. Foto EDH / Archivo

Por Diana Escalante

2019-10-08 4:30:27

Un año y 10 meses después de que la policía Lorena Beatriz Hernández Quintanilla fuera asesinada en la Subdelegación de Zacamil, en Mejicanos, el agente Néstor Alfonso Mejía Coto, el principal sospechoso de haberla matado, fue enviado a juicio por el Juzgado Especializado de Instrucción para una Vida Libre de Violencia y Discriminación para las Mujeres de Santa Ana.

La jueza resolvió este lunes que hay indicios suficientes de que el imputado -con quien la víctima también tenía una relación sentimental- estuvo involucrado en el feminicidio y ordenó que enfrente la vista pública.

La familia de Lorena Beatriz ha denunciado que la defensa del policía ha realizado varias maniobras para intentar dilatar el proceso y que el caso quede impune.

Las investigaciones de la Fiscalía indican que Mejía Coto presuntamente asesinó a la víctima la noche del 31 de diciembre de 2017 en un dormitorio de la sede policial.

Inicialmente, las autoridades policiales manejaron la muerte de Hernández Quintanilla como un suicidio y hubo hermetismo para dar información a los dolientes y a los periodistas. Los resultados de los exámenes técnico-científicos revelaron que la joven fue asesinada.

La Fiscalía General sostuvo, en su oportunidad, que la escena violenta fue manipulada para simular que Lorena Beatriz se había disparado en la cabeza y con eso librar de cargos al responsable del asesinato.

Los fiscales agregaron que la autopsia reveló que la bala hallada en el cadáver ingresó por el cráneo y recorrió el tórax y el abdomen.

Además, la pistola fue disparada a más de 50 centímetros de distancia de la cabeza y, según la Fiscalía, eso no es posible en un suicidio. A lo anterior se suma que la prueba de bario y plomo reveló que las manos de la agente no tenían residuos de pólvora, es decir que ella no disparó el arma que tenía a su lado.

Otra prueba contra Mejía Coto es el relato de un recluso que estaba en las bartolinas de la Delegación Zacamil la noche del homicidio. El testigo declaró que el imputado aparentemente andaba ebrio en horas de trabajo. Minutos antes del asesinato, según la fuente, la pareja discutió porque la joven se opuso a que Mejía Coto saliera a departir en Nochevieja.

Según la versión del testigo, Lorena Beatriz y Néstor Alfonso se dirigían hacia el segundo nivel de la subdelegación cuando supuestamente él comenzó a agredirla físicamente. Tras asestarle varias bofetadas, la haló del cabello y la introdujo por la fuerza a una habitación. En ese momento, el agresor llevaba un arma en la mano derecha y un fusil al hombro. La víctima lloraba y pese a que había otros policías en el lugar nadie intervino, según el testigo.

Los padres de la víctima no dudan de que hubo negligencia y complicidad de algunos policías y jefes para proteger a Mejía Coto y esperan que la Fiscalía deduzca responsabilidades y también los procese.