“Estamos saliendo de una década marcada por los desplazamientos, en la que se ha disparado el número de personas refugiadas”, expuso el Alto Comisionado de la Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, durante el primer Foro Mundial sobre los Refugiados que tuvo lugar esta semana en Ginebra.
El Salvador ha sido uno de los países más marcados por este fenómeno durante esta década.
Para 2010, los salvadoreños solicitantes de asilo alrededor del mundo eran 3,776, de acuerdo al portal estadístico de ACNUR. En 2018, la cantidad de salvadoreños en busca de refugio era de 46,760.
Es decir, que a diario hubo un promedio de 128 salvadoreños que se convertían en solicitantes de asilo en distintos países del mundo.
Para 2018, El Salvador se encontraba entre los diez países del mundo desde donde más ciudadanos huyeron en busca de asilo a otros países. A escala de América Latina, es el segundo país de origen con más solicitantes de asilo después de Venezuela.
Estados Unidos se mantiene como uno de los principales países de destino de los solicitantes, pero las estrictas medidas migratorias influyeron en un descenso en 2018. Mientras tanto, las solicitudes de asilo se incrementaron en países como México y España.
En el marco del foro, se lanzó la plataforma de apoyo para el Marco Integral Regional para la Protección y Soluciones (MIRPS), cuyo objetivo es generar una respuesta al desplazamiento forzado en Centroamérica. Durante el evento de lanzamiento del MIRPS participó la comisionada presidencial, Carolina Recinos, como representante de la delegación de El Salvador.
Recinos dijo que a partir de la toma de posesión, el nuevo gobierno comenzó a retomar situaciones no atendidas y que en julio se integraron al MIRPS. El país fue el último que se integró a este marco, en el que ya participaban Belice, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México y Panamá.
Recinos anunció que lanzarán públicamente un gabinete de migración y trabajo.
ACNUR informó que cada país del MIRPS ha identificado las áreas de mayor prioridad para brindar una respuesta al desplazamiento forzado en la región y se calculó el costo de la implementación con lo que han invertidos los Estados. “ A nivel regional, la cuantificación dio como resultado una brecha de $141 millones para fortalecer la respuesta de los países”, publicó ACNUR.
“Espero que la plataforma de apoyo pueda facilitar la recaudación de los recursos basado en evidencia y también ofrezca ayuda técnica, nuevos cupos de reasentamiento, respaldo político, y una distribución de responsabilidad más justa”, dijo el alto comisionado.
En el foro global también participó Bianka Rodríguez, ganadora regional del premio Nansen y directora de Comcavis Trans.
Rodríguez expuso que en un viaje reciente a México pudo observar cómo se ha logrado una integración de las personas refugiadas y solicitantes de asilo a las comunidades donde han sido acogidas. “Pero también pude observar el sufrimiento y la violencia que continúan sufriendo los refugiados, realidad que no dista de otros países de la región”, añadió.
Rodríguez dijo que urge una generación de alianzas estratégicas en Centroamérica y México, para que se trabaje de forma integral la atención de las causas y consecuencias del desplazamiento forzado.
Sostuvo que las personas refugiadas y desplazadas no necesitan una atención que se quede en la asistencia, sino que se logre una integración real en la que se garanticen sus derechos.
“Los logros de estos esfuerzos se verán en la medida en que los estados cumplan sus compromisos para brindar soluciones y fortalecer la protección de personas más vulnerables dentro de los países de origen y de los solicitantes de asilo y refugiados que huyen de estos países”.
Por otro lado, lamentó que al escuchar los planes nacionales de cada país, no hubo mención de los compromisos para la atención, protección e integración de las personas LGBTI desplazadas y refugiadas: “No escuché las acciones dirigidas a la protección de las personas LGBTI que tienen que huir por su orientación sexual, identidad o expresión de género”.
Para un fenómeno tan complejo como el desplazamiento forzado no hay respuestas fáciles
En un viaje reciente a México pude observar la integración efectiva de las personas refugiadas y solicitantes de asilo del Norte de Centroamérica a las comunidades que los han acogido. Pero también pude observar el sufrimiento y la violencia que continúan padeciendo los refugiados.