En cuanto el presidente Nayib Bukele se bajó de la tarima colocada a metros de la Asamblea y en la cual dijo a sus seguidores que al orar en la silla del presidente del Órgano Legislativo, Mario Ponce, Dios le había pedido paciencia, la caravana presidencial se dirigió directamente a Casa Presidencial (Capres).
A la caravana se unieron vehículos de todo el gabinete de gobierno. Todos se dirigieron a la casa de gobierno, donde según fuentes del mismo Estado Mayor Presidencial, se había dispuesto una recepción a guisa de celebración de lo que minutos antes habían protagonizado el mandatario.
La reunión no fue para analizar el golpe que habían dado a la Asamblea, fue para celebrar, refieren las fuentes. En la misma hubo comida, vinos y licores.
Las fuentes aseguran que a esa recepción asistió el entonces embajador de Estados Unidos en El Salvador, Douglas Johnson. No habían más personas del Cuerpo Diplomático: solo Johnson.
El Diario de Hoy consultó con la Embajada de Estados Unidos en El Salvador sobre la asistencia del diplomático a esa recepción. La respuesta que se obtuvo fue que no tenían nada qué decir al respecto.
Días después del 9F: el discurso de una “acción legal”
Después del 9 de Febrero, y tras ver que la acción militar contra la Asamblea Legislativa era motivo de reproche tanto nacional e internacionalmente, y que había acarreado una oleada de críticas a la Fuerza Armada, el Alto Mando inició una serie de giras por diversas unidades militares.
Las fuentes aseguran que el viceministro de Defensa, coronel retirado, Ennio Rivera, reunió a todos los cadetes de la Escuela Militar, Capitán General Gerardo Barrios, para decirles que el golpe había sido una acción legal.
El subjefe del Estado Mayor Conjunto de la Fuerza Armada (EMCFA) general Miguel Ángel Rivas Bonilla convocó a una reunión a todo el personal de la Quinta Brigada de Infantería, en la cual, según las fuentes, afirmó que la acción ejecutada el 9F había sido legal y avalada, incluso, por la Embajada de Estados Unidos en El Salvador. Eso fue lo que dijo, según los informantes.
Al respecto, El Diario de Hoy intentó obtener una entrevista o la posición del Ministerio de Defensa, sin embargo, no hubo respuesta.
De acuerdo con las fuentes del EMP, al tiempo que el Alto Mando realizaba visitas a unidades militares para decir que la acción del 9F era legal, el ministro de la Defensa, René Francis Merino Monroy, el jefe del EMCFA, Carlos Alberto Tejada Murcia, y el jefe del Estado Mayor Presidencial (EMP), general Manuel Antonio Acevedo López, se reunieron para cambiar toda la planificación del 9F.
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“Eso es cierto que destruyeron toda la planificación que hizo mi coronel Soriano Montiel”, afirmó una de las fuentes.
La planificación real fue sustituida y fue modificada para justificar el empleo de grandes unidades en un evento al que, si no se hubiese tenido la necesidad de usar a la Fuerza Armada como elemento de fuerza, habría bastado con el despliegue normal que hace el Estado Mayor Presidencial y los apoyos que suele pedir a las unidades militares cercanas.
Los informantes aseguran que a parte de destruir la planificación real que hizo el EMP, también se dio la orden a todas las unidades que participaron, que toda la planificación sobre el evento del 9F fuera destruida.