50 kilómetros de manglar de Usulután serán restaurados

Ayuda en Acción El Salvador en coordinación con el Fondo de Inversión Ambiental de El Salvador (Fiaes) y Cordes implementan el proceso de Manejo Sostenible y Restauración del bosque de manglar, en Puerto Caballo, Samuria e Isla San Sebastián.

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Por Evelia Hernández

2019-12-14 9:40:50

Más de 7,000 familias que residen en la costa de los municipios de San Dionisio, Concepción Batres y Jucuarán serán beneficiados a través la implementación del proyecto de Manejo Sostenible y Restauración en 5,000 hectáreas del bosque de manglar, en Usulután, el cual es ejecutado por varias instituciones.

Las zonas que el programa está restaurando son los manglares de Puerto Caballo, Samuria e Isla San Sebastián. Este tipo de ecosistemas (manglares) se caracterizan por poseer biodiversidad, ser de gran beneficio ambiental y de productividad económica para las comunidades costeras y sus alrededores.

La ejecución del proyecto se desarrolla de manera integral, trabajando componentes como mitigación de desastres e iniciativas productivas sostenibles.

Entre las actividades que se realizan están: limpieza de canales, conservación de cangrejo, construcción y producción de colmenas.

“Hemos iniciado un proyecto en conjunto con FIAES (Fondo de Inversión Ambiental de El Salvador) … nos beneficia porque al limpiar los canales nos ahorramos tiempo y gasto de gasolina cuando nos trasladamos. También nos ayuda a conservar el área natural del manglar; el agua esta bastante retenida y a través de la limpieza ha fluido más y ha llegado a su nivel. Hay otros (beneficios) como la conservación de cangrejo, el apiario que nos ayuda a mucha familia”, dijo Elvín Antonio, miembro de una de las 53 familias beneficiadas en el municipio de Concepción Batres, Usulután.

El coordinador del proyecto Ayuda en Acción, Damián Córdova, explicó que la destrucción de los bosques salados impacta el entorno costero y la biosfera debido a que los manglares tiene capacidad de capturar y regular grandes cantidades de dióxido de carbono (CO2), por lo cual se convierte en un ecosistema de gran importancia social y económica.

También es una barrera natural que sirve de protección contra los huracanes, los oleajes fuertes, vientos fuertes, ayudan a regular las inundaciones en las cercanías de ellos y son grandes zonas de infiltración de agua, explicó Córdova.

“Pero la más importante es que captura grandes cantidades de dióxido de carbono, por ejemplo de 3 a 4 veces más que un bosque de tierra dulce porque captura en el tejido, en las raíces, en el suelo. Como sabemos el CO2 es un gas de efecto invernadero que está provocando el calentamiento global”, manifestó Córdova.

Además destacó la importancia del proyecto ante el impacto que causa el desarrollo del turismo, el cambio de uso de suelo, el urbanismo y entre otros, actividades que han provocado el deterioro de los bosques salados.

Entre los principales beneficios que trae este bosque se destaca que el suelo del manglar tienen la capacidad de captar 1,513.86 toneladas de dióxido de carbono por hectáreas.

Las principales coberturas boscosas en el país están en la Bahía de Jiquilisco, La Unión, Estero de Jaltepeque y Barra de Santiago.

Entre todos se considera que hay cerca de 40,000 hectáreas de bosque salado, compuestas por seis especies de mangle.

En la zona de Jiquilisco se encuentra la mayor superficie de manglares de El Salvador (19,449 hectáreas) y que por su extensión se considera el principal ecosistema del pacífico en Centroamérica, el cual está altamente vulnerable ante múltiples amenazas, entre ellas el sedimento, razón por la cual se lleva acabo el programa de restauración con coordinación de Ayuda en Acción El Salvador , el Fondo de Inversión Ambiental de El Salvador (FIAES), a través del programa de Manejo Sostenible y Restauración en 5,000 hectáreas del bosque de manglar, en el cual se desarrollan Planes Locales de Aprovechamiento Sostenible (PLAS), que incluyen mecanismos de autorregulación y acciones de desazolve y limpieza de canales, para el restablecimiento del flujo hídrico.

Los trabajos están siendo desarrollados por un aproximado de 140 personas de las comunidades de Siracantique, Conventos, El Espino, Puerto Caballo y la Bocanita.

Además de la coordinación de las Unidades Ambientales de las alcaldías de San Dionisio, Concepción Batres y Jucuarán, Asociaciones de Desarrollo Comunal (Adescos) y grupos organizados de las comunidades de la zona Sur.

Oscar Meza, coordinador de Monitoreo y Seguimiento del Jaltepeque, manifestó que el proyecto contempla que las familias tengan otras opciones como medio de vida en este caso se están otorgados 15 colmenas y se está apoyando con establecimiento de huertos familiares para diversificar la dieta alimenticia de las familias de la zona.