El Acuerdo de Asociación (AdA) entre la Unión Europea (UE) y Centroamérica fomenta la integración comercial, económica, productiva y el acercamiento político para tener una ruta interconectada hacia el desarrollo y la sostenibilidad.
De acuerdo con François Roudié, Embajador de la Unión Europea en El Salvador, la integración regional ayuda a esta meta, pero necesita normativas y marcos jurídicos. La idea de este acuerdo es, precisamente, crear herramientas que faciliten el diálogo político, la cooperación para el desarrollo social inclusivo y el comercio sostenible entre regiones.
"Para eso impulsamos políticas comerciales y promovemos valores como la democracia, la integración y la seguridad que guían ese diálogo político entre la UE y Centroamérica", asegura Roudié.
Por otra parte, detalla que estas acciones de cooperación tienen como eje transversal la economía verde y en particular, el cambio climático.
En cuanto a la parte comercial, Europa es un mercado único con más de 450 millones de consumidores, con una seguridad jurídica absoluta, sin barreras, y las normativas para acceder a él se encuentran fácilmente en internet. Además, está el euro, una moneda estable.
"Somos, por tanto, un mercado enorme y diverso, con muchos nichos, pero con la condición de mercado único para todos. Tenemos una red de Pymes sumamente activa y fuerte, que son nuestros socios naturales. El Salvador es un país que tiene mucho que ofrecer, no solo por el tipo o precio de los productos sino por la calidad de los mismos", enfatiza.
"Les invito a que miren hacia Europa, porque es un lugar de enormes oportunidades que están al alcance gracias al AdA", añade el Embajador de la Unión Europea en El Salvador.
EL ACUERDO DE ASOCIACIÓN SE ARTICULA EN TORNO A TRES PILARES
-Diálogo político
-Cooperación
-Libre comercio
Retos actuales y oportunidades para los empresarios salvadoreños
Como respuesta a uno de los mayores retos actuales y a las expectativas de sus ciudadanos, la Comisión Europea pone la sostenibilidad en el corazón de su nueva estrategia comercial, apoyando la transformación fundamental de su economía para volverla climáticamente neutra.
El Jefe de la Sección Económica y Comercial de la Unión Europea para Centroamérica, Massimo De Luca, considera que “otro de los desafíos que aún existen al día de hoy radica en la diversificación de socios y productos. Pese a que el AdA ya es aprovechado por exportadores centroamericanos, hay mucho espacio para que más empresas y otros tipos de productos puedan hacerlo”.
Adicionalmente, se agregan otros retos como la competitividad e innovación de los productores centroamericanos; la calidad en los productos y procesos; y los costos logísticos que se han profundizado en el contexto de la pandemia y la situación global posterior.
“Si bien existe un momento de crisis profunda debido a la pandemia por el covid-19 por los desafíos y retos que han afectado también al comercio, la respuesta que dieron las autoridades centroamericanas para reactivar la actividad comercial ha sido positiva”, menciona Massimo De Luca.
La apertura de las fronteras al transporte de carga, cumpliendo los protocolos biosanitarios, o la accesibilidad a alternativas virtuales que se dispusieron para continuar haciendo negocios, han sido clave para continuar con el trabajo.
El Jefe de la Sección Económica destaca que “hay desafíos que estamos viviendo, como el costo de transporte y la necesidad para los productores locales de tener lazos directos y visibilidad en el mercado europeo, sin embargo, nuestros programas de cooperación y el uso creciente de las denominaciones geográficas están ayudando a estrechar relaciones con los consumidores finales”.
Además, señala otro factor que se ha convertido en una fuente de oportunidad “la pandemia nos enseñó a facilitar mejor el comercio con la Unión Europea porque se tuvo que dar espacio a documentos electrónicos y hacer los trámites más ágiles”.
Resalta también que uno de los aspectos primordiales que brinda El Salvador, es que ofrece al mercado internacional productos de calidad con matices culturales y de biodiversidad como frutas, café, miel y cacao, elementos naturales con un fuerte potencial y especial interés para la Unión Europea.
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