Un fin de semana inusual. Y triste. Ese es el que ha vivido el jugador de Sonsonate, Levin Espinal, después de que el sábado perdiera a su perrito Messi, en las afueras del estadio Óscar Quiteño de Santa Ana. Su equipo fue a jugar al cubil, su familia le trabajo a su mascota desde el oriente del país, pero Messi se extravió en las afueras del recinto.
Más allá de que en lo deportivo el cuadro cocotero salió con una victoria de Santa Ana (0-2), para el delantero esa visita a la “Ciudad Morena” no fue del todo agradable. Según contó a Cancha, tiene a Messi desde hace ocho años, y ante la desesperación de no poder encontrarlo ahora está dando una recompensa de $300, a quien se lo devuelva.
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“Estoy desesperado. Hay que acordarse de que, más allá de que son animalitos, son parte de la familia”, manifestó el jugador.
“Tengo ocho años de tenerlo, nunca nos habíamos separado, y ahora que me vine a Sonsonate ha sido el tiempo en que más hemos estado lejos. Él estaba triste y mi familia vino a verme desde San Miguel y me lo trajeron. (…)
Cuando estaba el partido, lo andaban afuera del estadio y no se sabe cómo se soltó, y se fue”, relató.
El pequeño Messi, de color café y de raza chihuahua con pequinés, porta un collar celeste con amarillo y un cordón rojo. Además, Espinal imprimió afiches y los ha pegado en los alrededores del estadio y en otros sectores de Santa Ana, con el fin de que alguien pueda ayudarlo y recuperarlo.
Pero no solo eso. La agonía ha sido tan grande que, tras finalizar el partido, Levin no se pudo retirar de Santa Ana. Se quedó ahí, durmió ahí gracias a la ayuda y hospitalidad del técnico Nelson Ancheta, y lo buscó todo el sábado y el domingo, desde muy temprano.
“Gracias al profesor Ancheta, con quien ya hemos trabajado antes, que me abrió las puertas de su casa. Y también su hijo me ha ayudado. Como no conozco, solo en oriente he jugado, ha sido con él con quien he andado buscándolo. Más allá del fútbol, siempre hay una buena relación con él”, expresó.
Al jugador de los sonsonatecos, se le unió también su familia, para acompañarlo en la búsqueda dominical de Messi. “Primero Dios, alguien pueda ayudarme a encontrarlo”, se sinceró Espinal.