La campeona de la categoría fitness coreográfico de los Juegos Panamericanos Lima 2019, Paulina Zamora sigue en su preparación para eventos internacionales de su disciplina deportiva, pero también ha aprovechado para darse la oportunidad de conocer un exótico destino a nivel mundial, como es Indonesia.
Zamora está desde hace algunos días en el continente asiático, pero se ha mostrado sorprendida de la belleza de la región de Bali, perteneciente al país oriental. Eso lo ha evidenciado en muchas fotografías que ha compartido en sus historias y publicaciones en las redes sociales para sus miles de seguidores.
Incluso, la medallista salvadoreña ha compartido con sus fans las razones por las cuales siempre se mantiene en ejercicio a pesar de estar al otro lado del mundo, todo por mantenerse en el mejor estado físico posible previo a otras competiciones donde representará a El Salvador.
“Hace poco me preguntaron qué consejo le daría a un joven que quiere dedicar su vida al deporte. Le diría que debe estar consciente que no es para cualquiera, pasará años sin ver ni reconocimiento ni mucho menos remuneración económica, por lo que su pasión debe ser más grande que cualquier otro deseo o sentimiento”, aseguró la salvadoreña.
Así mismo expresó que el estilo de vida del atleta siempre requiere de sacrificio y trabajo, pero que al final de todo siempre dará resultados si el deportista se compromete a dar “el kilómetro extra, darlo todo o nada, entregarte en cuerpo y alma, estar dispuesto a hacer lo que los demás no. No es para cualquiera, pero cuando alcanzas esa cima, el sentimiento es indescriptible en palabras”.
La salvadoreña ha recibido un sinfín de comentarios positivos por su visita en el continente asiático, donde no desaprovecha la oportunidad de compartir los paisajes y la comida que está elaborando, pero además sin dejar de lado su trabajo deportivo.
“De forma inesperada, como llega todo buen amor, conocí el pole. Me volví a enamorar, los pedacitos de aquella Paulina soñadora fueron regresando a su lugar, sentí cosas que había olvidado que yo podía sentir, el pole me sanó. Por el pole retomé la danza y la gimnasia, y eventualmente, el fitness coreográfico llegó a mí sin yo buscarlo. Ahora, 15 años después, de la forma en que menos imaginé, el sueño se va cumplir. Nada de lo que viví fue por gusto“, aseguró Zamora luego de obtener su presea dorada el año pasado.