Llegar a las cadenas internacionales nunca fue fácil para nadie, y menos para un salvadoreño. Alejandra Ochoa es uno de esos nuevos fichajes y se suma a varios legionarios de las comunicaciones que se encuentran en Estados Unidos.
EDH Deportes conversó con Alejandra sobre cómo se dio esta nueva aventura que apenas empieza. Esto nos contó:
¿Cómo fue el proceso para llegar a Telemundo Denver?
Vine a Estados Unidos sin saber exactamente cómo iba a ser mi proceso, por cosas personales me tuve que venir; apliqué a la sección de empleos de Telemundo. Ingresé mi currículo un martes por la noche y el miércoles por la mañana ya me estaban llamado gracias a Dios, así fue de rápido; eso fue en febrero. En dicho mes empecé un camino que duró casi cinco meses, mandar papeles, entre todas esas vueltas para estar legal en el canal.
Tuve una pausa como de un mes y algo porque hubo una tormenta de nieve que paró todo lo que no tuviese que ver con ella, el canal estaba concentrado en brindar los detalles de este fenómeno y esto demoró más mi ingreso. Se ve sencillo, pero esa es mi historia de paciencia, estuve cinco meses sin trabajar en Las Vegas, con “Meme” Rivera (su prometido), quien me ha estado apoyando todo este tiempo. No fue fácil empezar en un mundo nuevo, mudarme, nuevo ambiente, nueva casa…
¿Qué otras cosas se complicaron?
Me siento súper afortunada por el proceso que pasé porque mucha gente pasa años intentando estar en este mundo y no lo logra, tuve un golpe de suerte que apliqué un día y al siguiente día ya me estaban llamando. Me armé de paciencia y enviaba todo lo que me pedía el canal lo más pronto posible, si a las dos de la mañana me solicitaban algo ya a las dos y media ya me encontraba enviando lo que requerían.
Necesitaba que notaran mi interés y que estaba cien por ciento comprometida con el empleo, no sabía cómo eran las cosas aquí. No fue algo complicado, pero tuve que dejar a mi familia, a mis amigos e incluso a mi prometido. Toda la familia de “Meme” está en Las Vegas, y por eso me sentía como en El Salvador; pero venirme a Denver, es lejos, y la verdad es que se siente la soledad. Vivo con una compañera de trabajo, las dos somos nuevas acá, pero de ahí no conozco a nadie, eso podría decir que es lo difícil.