Una mágica intervención de David de Gea y un disparo de Marouane Fellaini en el descuento le bastó al Manchester United para ganar de manera ramplona y por la mínima al Young Boys (1-0) y dejar sellada su clasificación para los octavos de final de la Liga de Campeones. La celebración no podía ser menos que espectacular…
El crono, impasible, corría y el United no. La triste imagen del público de Old Trafford abandonando el estadio con tres minutos aún sin jugarse hacía justicia a un equipo perdido en el campo y sin el alma que requiere una camiseta tan importante.
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Aún con todo este mal rato, el United aún tiene suerte. Un pelotazo en el descuento encontró a Fellaini dentro del área. El belga bajó el balón de espaldas, se hizo hueco, disparó e hizo el solitario gol del partido. Suficiente para el United, suficiente para estar en octavos.
Pero a quien no le fue suficiente fue al entrenador Jose Mourinho, porque inmediatamente el balón tocara la red, salió entusiasmado a tomar lo primero que se le puso en frente, que fueron unas botellas con bebidas isotónicas, cuya primera caja fue botada hacia un lado y sorpresivamente tomó la otra, le dio vuelta con toda la fuerza posible y las reventó en el suelo.
De esta forma, el equipo de Mou estará en la ronda de octavos de final.