Este jueves se cumplen 50 años de una de las victorias más recordadas a lo largo de la historia de la Selecta, la que derivó en la eliminación de Honduras rumbo a la Copa del Mundo de México 1970 y que se dio en un contexto social y político muy difícil.
Durante ese tiempo, las relaciones diplomáticas entre ambos países estaban en un momento muy tenso, debido a las irregularidades que se cometían contra los salvadoreños en la zona limítrofe con el país hondureño, que días después del partido terminaron en la Guerra de Legítima Defensa, que tuvo dos denominaciones que quedaron para la historia, “Guerra de las 100 horas” y “Guerra del Fútbol”.
Para contexto del partido, cabe resaltar que esta era la penúltima etapa eliminatoria de Concacaf para el Mundial de México, ya que El Salvador había pasado ante Antillas Neerlandesas (hoy Aruba) y Guayana Holandesa (hoy Surinam) en la primera ronda.
La eliminatoria la ganaba el equipo que lograra dos victorias, ya que una victoria por partido mandaba al desempate. Dicho y hecho. Honduras ganó su partido de local el 8 de junio por 1-0, mientras El Salvador ganó el suyo por 3-0 el 15 de junio en San Salvador. Por tanto, el tercer duelo era en sede neutral, fue el Estadio Azteca de la ciudad de México, el 27 de junio de 1969.
El Salvador jugaba con Gualberto Fernández (Jorge Suárez), Roberto Rivas, Mauricio Manzano, Jorge Vásquez, Salvador Mariona, Salvador Flamenco, José Quintanilla, Mauricio “Pipo” Rodríguez, Juan Ramón “Mon” Martínez, Mario Monge y Elmer Acevedo. Gregorio Bundio era el técnico.
Del otro lado, Honduras jugaba con Jaime Varela, Jorge Deras, Rafael Dick, José Bulnes, Leonard Welch, Marco Mendoza, Domingo Ferreira, Donaldo Rosales (Reynaldo Mejía), José “Coneja” Cardona (Juan Ramón Lagos), Rigoberto Gómez, Jorge Bran.
El partido según cuenta la crónica de El Diario de Hoy de la época, fue un duelo donde “la altura fue el peor adversario para el conjunto salvadoreño y cuando ya parecía que por su flaqueza, la victoria del adversario o el empate se impondrían finalmente, Pipo Rodríguez clavó el gol definitivo que apagó toda esperanza de los hondureños”.
El primer gol del partido fue por parte de Mon Martínez, quien a los nueve minutos le colocó un tiro cruzado al portero. Rigoberto Gómez empató de chilena a los 23′, pero nuevamente Mon Martínez volvió a tirar de forma colocada para el 2-1 al 28′, finalmente, como arriba se indica, Mauricio “Pipo” Rodríguez definió en el minuto 101, ante la salida del portero Jaime Varela.
Por las circunstancias y el ambiente hostil que se vivía en esos momentos, los salvadoreños fueron recibidos como héroes, recibidos por el Presidente de la época, Fidel Sánchez Hernández y luego fueron al Estadio Nacional donde los recibió la emocionada afición, que unos meses después vivió la primera clasificación salvadoreña a una Copa del Mundo.