El Salvador no tuvo ideas claras y la propuesta conservadora del inicio quedó desfasada a los 7 minutos con el gol del dominicano Bueno. Después no supo cambiar para ir a buscar el empate y mucho menos tras la expulsión de Jonathan Jiménez.
El esquema fue el conocido. Con la línea de cuatro atrás bien definida, con cuatro volantes , dos por el centro -Chicho Orellana y Darwin Cerén- y dos por las bandas, que nunca pudieron desnivelar: Oscar Cerén en la derecha y la Cabrita Portillo por izquierda.
Triste paso de la Selecta por República Dominicana. Perdió con justicia 1-0 ante un rival débil, no mostró juego, ni orden, ni rebeldía ni respuestas anímicas, que es lo más preocupante. Otra vez, un jugador se hizo expulsar. Todo mal.
— Gustavo Flores (@Gusflores21) September 10, 2019
Más adelante, Marvin Monterroza -el encargado muchas veces de presionar a la última línea dominicana-, y Fito Zelaya, otra vez sin trascendencia.
Imprecisos en los ataques y con poca idea colectiva, El Salvador lejos estuvo de ser un equipo arrollador en busca del empate. En cambio, se hizo previsible y hasta sufrió con cada contra de Dominicana, que además de hacer tiempo, hicieron temblar a la defensa nacional cada vez que se decidían a atacar.
En el inicio del segundo tiempo, increíblemente, nada cambió en El Salvador. Ni nombres ni esquemas. Hasta que al 62’ Jonathan Jiménez se hizo expulsar de una manera tan infantil como la de Denis Pineda ante Santa Lucía. Irresponsabilidad de ambos que dejaron a su equipo con 10 en momentos clave de los juegos.
Minutos después se dieron las dos variantes que dispuso De los Cobos. Los ingresos del Ruso Flores y de Alex Mendoza. La última no se explica, ya que con el 0-1 abajo, lo lógico era poner a un volante ofensivo (Diego Coca o Mayén estaban en el banco) o un delantero (Bryan Paz), pero nunca a un defensor.
El Ruso Flores ingresó por Darwin y buscó darle mayor volumen a una ofensiva casi inexistente. Tuvo la chance más clara sobre el final del juego cuando se pudo haber pitado penal en un ingreso suyo al área que terminó rechazado en la línea de gol por un defensa.
Mendoza se quedó en la línea de tres junto a Mancía y , ya que Trejo cambió de banda y se soltó más por la izquierda.
Ninguno de los cambios terminó dando resultado y el único delantero que estaba en la banca -Bryan Paz- no jugó ni un minuto, a pesar de que había otro cambio disponible.
Sin rebeldía ni presencia individual que funcionara, el fracaso también fue colectivo, sin ideas para ir hacia adelante y buscar variantes ofensiva. Y, lo más preocupante, tampoco hubo ímpetu para cambiar la historia ante un rival muy débil como República Dominicana.