Un largo tiempo de recuperación, alejado de casa, entre el hospital y los requerimientos para obtener el alta médica, ese ha sido el último tiempo del playero Rubén Batres. El pívot de la Selecta pasó por un accidente de lancha, el 11 de noviembre, pero al fin regresó a casa.
Pero no solo eso. La alegría de conocer a su pequeño hijo, ese momento de ansiedad que había pasado, terminó. La espera se hizo realidad y vio por primera vez, en persona más que en imágenes, a su pequeño hijo. Algo que lo llena de esperanza.
De este modo, volvió a La Pirraya, con los cuidos necesarios para continuar con la recuperación. En casa, lo esperaba con mucha emoción su familia, que se creció con la llegada de Rubén, su tercer hijo, nacido hace algunos días.
“Primero, darle las gracias a Dios por estar en casa, con la familia. No había conocido al niño (por estar en el hospital). Estar con él es una gran alegría, lo que pasé y estoy pasando es difícil, pero voy avanzando. Lo importante es la recuperación”, comentó.
Tras ser impactado por las aspas del motor de la lancha, el jugador sufrió una fractura en el platillo tibial izquierdo (rodilla) y una lesión en el tobillo derecho, por lo que fue sometido a una intervención quirúrgica. Por ello, Batres salió del Hospital Rosales hasta el viernes pasado.
Por el momento, el pirrayero tiene prohibido apoyarse en su pierna, y debe mantener una buena dieta. "El tiempo de mi recuperación es de tres a cuatro meses, cuando ya podré poner el pie, trotar o algo, que ya la herida pueda estar bien cubierta de tejido", explicó y dejó claro que "la terapia iniciará cuando el doctor lo indique", sin deber "caminar antes del tiempo".
Como siempre, el jugador ha recibido el apoyo de sus compañeros y cuerpo técnico de la Playera. Lo agradece mucho, porque no está solo. Además, fue visitado por el grupo en el hospital. Ahora, el mundialista solo debe esperar para volver a las canchas, tal y como ya lo hizo después del Premundial y Mundial de Rusia, al que asistió y fue el segundo goleador de la Playera.