Salió barata en el primer tiempo, y al arranque del segundo. Un México muy superior se plantó en el estadio Cuscatlán con hasta 8 cambios en relación a su último encuentro, cuando goleó a Honduras, aunque mantuvo su esquema 4-3-3, con dos carrileros con mucha profundidad.
Ahí, en el Coloso, no pesó ni el público, ni la poca experiencia en eliminatorias para la mayoría de los aztecas. Nervioso parecía El Salvador, que no encontraba el balón, que recurría al pelotazo para poder salir, porque perdía la bola en zona comprometida ante una presión alta muy inteligente y eficiente de la visita cuando intentaba salir jugando a lo que sabe, lo que no le permitió el rival.
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Los primeros minutos fueron casi totales de los aztecas, que llenaban de centros el área con sus llegadas por las bandas, sobre todo con las incursiones por izquierda de Osvaldo Rodríguez.
Ya sobre el 12’, tuvo la visita el primer gol, pero el cabezazo de Osvaldo Rodríguez se fue desviado por muy poco, ante la desatención defensiva, pues llegó sin marca alguna.
En todo ese lapso, apenas una incursión salvadoreña al área rival, tras un pelotazo de Vigil que encontró a Dueñas en el extremo izquierdo, burló a su defensa, y centró, pero a nadie. Todos los ofensivos estaban muy retrasados, muestra inequívoca que el Tri tenía a la Selecta acorralada en su feudo.
Tras 15 minutos, lo mejor es que la Azul y Blanco no había recibido gol. Y al 18’, se animó Larín. Se juntó con Dueñas, centró este, rechazó Araujo primero y luego Vega, y la pelota quedó en un costado del área justo para la zurda de Larín, cuyo remate pasó saludando el poste de Memo Ochoa en la primera, y la única clara en todo el partido.
Tras 23 minutos disputados, bajó el ritmo de presión México, retrocedió un poco sus líneas, y esto compaginó con el hecho que la Selecta se soltó, comenzó a robar balones y a generar por derecha. Así, llegó un centro de Tamacas para Rivas, pero le falló la brújula.
Justo cuando parecía que ESA se animaba, perdió el balón Roldán al 30’, cedió Funes Mori para Carlos Rodríguez, y el remate lo salvó a tiro de esquina Mario González. Parecía controlado el peligro, pero perdió la marca Enrico Dueñas y llegó sólo a cabecear Héctor Moreno para poner el 0-1.
El tanto trastocó al equipo nacional, que apenas comenzaba a creérsela y a generar algo al frente, muy limitado (hasta cinco bajas por sanciones y lesiones), pero sobre todo, por el oficio azteca.
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Pasó su peor momento el conjunto nacional, y la sacó barata. Con nervios y todo, Mario González desvió varios disparos rivales a tiro de esquina, incluido un remate envenenado de Lozano.
Ya no duraba nada el balón y el primer tiempo cerró con un tímido y perdido remate de Portillo, apenas el segundo para ESA en todo el primer tiempo.
Pesadilla
El segundo, casi no podía comenzar peor. Se escapó Funes Mori a Mario Jacobo, quien debutaba en esta octogonal. Lo tomó del cuerpo el defensor y vio roja directa al bajar al azteca a centímetros del área. Con la moral abajo, con uno menos, el marcador en contra, se vino el silencio en grandes sectores del estadio Cuscatlán y la esperanza también se perdía.
Orbelín Pineda tuvo el segundo en el área, en un balón rebotado que le quedó, pero tiró desviado poco después. Parecía que se venía una pesadilla, pero, por ilógico que parezca, la Selecta no lució tan mal, aunque México tuvo que recomponerse en ese momento por lesiones y varios cambios.
Pero entonces, se escapó en una Larín, y Néstor Araujo le puso el brazo en el rostro. Corría el 67’ en un partido que tenían controlado los aztecas, pero el defensor del Tri vio ahí la segunda amarilla y se quedaron también con 10.
Entonces revivió el Cusca, no por el fútbol nacional, sino porque México se quedaba en igualdad de hombres en cancha, y eso abría la puerta de la esperanza, de nuevo.
Pero la realidad era otra. Si bien México se desordenó, nunca sufrió como para que corriera peligro su victoria. Es más, tuvo el segundo en varias ocasiones, pero apareció de nuevo Mario González, como cuando le tapó un mano a mano a Jesús Corona, al 81’.
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Con más ganas que fútbol, y con el ímpetu de los hombres de refresco, complicó por momentos ESA a México, pero sin generar peligro real en el último tramo, más allá de un remate desviado de Roldán, o un centro perdido.
Ya en el descuento, Raúl Jiménez se escapó de Vigil, este barrió por detrás, tocó balón pero también al delantero de la Premier League y este mismo se hizo justicia, al trasformar el penal en gol, en la sentencia, en el 0-2 que no dejó lugar a dudas. México fue mejor, devolvió a ESA a su realidad, una que refleja que es penúltimo de la octogonal.