Con un año de retraso debido al confinamiento por la pandemia de la covid-19, pero aún en medio de la incertidumbre sanitaria y el experimento del regreso del público a los escenarios internacionales, esta tarde arranca en Guadalajara, México, el Campeonato Sub-23 de Concacaf, el popular torneo preolímpico que calificará a dos selecciones juveniles para las también postergadas y convulsas Olimpiadas de Tokio de mediados de este año.
La sola realización de este evento supone ya un éxito deportivo y humano por parte de los involucrados, pues representa la superación al temor de la crisis de salud que atraviesa el mundo, principalmente la región de Norte, Centroamérica y el Caribe, y una señal de que la disciplina y la precaución pueden ayudar a contrarrestar y erradicar los efectos del coronavirus en los diferentes países del área.
El portero de la Selecta Preolímpica quien fue tentado por el FC Barcelona
Doce selecciones han sido sometidas por ende a un estricto protocolo desde antes de su partida en sus respectivos orígenes, entre ellos un joven y experimental equipo de El Salvador que de la mano del un mundialista estadounidense con sangre cuscatleca buscará romper una maldición de 63 años sin participar en un Torneo Olímpico de Fútbol (México 1968).
Hugo Pérez comparecerá mañana en el mítico estadio Jalisco ante su primer examen al frente de la Azulita Preolímpica salvadoreña, equipo cuyas riendas tomó en diciembre pasado luego de dos procesos truncados. La eliminatoria inició muy prometedora bajo el mando del exinternacional salvadoreño Guillermo Rivera, superando la serie preliminar contra Panamá (1-1 y 2-0, en 2019), pero tras su dimisión y la posterior asunción de Rodolfo Góchez, el proyecto se paralizó por la pandemia y este fue cesado en septiembre pasado sin poder siquiera debutar oficialmente.
Por tanto, Pérez ha conducido en los últimos tres meses este proceso sub-23 a su manera, combinando a una base de jugadores de la Primera División local con algunos talentos nacidos, formados y que se están desarrollando en Estados Unidos y Europa. Es un experimento que busca retomar el proyecto, por muchos años inconcluso, de involucrar a la diáspora salvadoreña en la conformación de una selección nacional competitiva.
Los escollos de Pérez y sus 20 elegidos no estarán solo en las eternas favoritas México y Estados Unidos, a las que podría enfrentar a partir de semifinales. El verdadero reto de esta selección está en medirse y dejar una buena imagen ante Honduras y Canadá, las selecciones más competitivas y cercanas en el ranking FIFA y quienes son claras aspirantes a pelear un boleto olímpico, así como sacarle diferencia a la selección de Haití, país que desde hace tiempo se planta como gran parámetro del avance o retroceso el fútbol salvadoreño
In situ
Desde ayer, la delegación de la Selección Nacional Sub-23 entró en modo “burbuja” de manera oficial, según el protocolo que indica la organizadora Concacaf previo a su estreno de este viernes en el Preolímpico ante su par de Canadá.
Todos los integrantes se sometieron a una nueva prueba RT-PCR para coronavirus, la segunda que se realizan en tierra tapatía y la última antes de enfrentar al equipo que dirige el canadiense Mauro Biello. El resultado de dichas pruebas confirmarán el cuadro titular que tenga en mente Hugo Pérez o si deberá modificar sobre la marcha hoy, durante el reconocimiento de cancha en el estadio Jalisco.
La actividad oficial inicia hoy en el estadio Jalisco con los duelos entre Estados Unidos y Costa Rica, a las 4:00 p.m. (hora salvadoreña) y la anfitriona México ante República Dominicana, a las 6:30 p.m.
