Como todos los días desde que viajaron a Moscú, Rusia, para disputar el Mundial de Playa, el seleccionado salvadoreño Frank Velásquez complace a sus seguidores. En horarios accesibles, ya sea de madrugada para ESA, mañana rusa, o al mediodía nacional, noche europea, el de la Barra de Santiago se conecta a sus redes sociales.
Sus fans piden los enlaces de en vivos, y al 11 playero le gusta complacer a sus amigos y seguidores, con vídeos en su cuenta de Instagram o de Facebook. Sin embargo, es por Instagram el medio donde más comparte momentos con su gente, envía saludos y cuenta anécdotas o pone su toque particular a todo lo que hace.
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Y este miércoles, en el en vivo que realizó a mediodía, Frank siguió con su rutina de saludos a todos los que se lo piden. No olvida poner la música que le gusta y que le solicitan como es la cumbia, y ameniza con grupos salvadoreños, como la orquesta de los Hermanos Flores. También baila y, por momentos, conversa con su compañero de habitación: el pívot Rubén Batres.
A él, desde el lado que no se mira de la cámara, lo hace participar de las conversaciones. Y “el Cañón” Batres accede, también con su toque de humor.
Sin embargo, en el vídeo que Frank compartió este miércoles, contó algo breve, pero valioso para su vida. Solicitaron un saludo para la gente del Hospital Bloom y no dudó en hacerlo. “Saludos al Hospital Bloom. Sí, especial para mí. El Hospital Bloom para mí es un lugar sagrado, me salvó la vida a los 11 años”, contó, brevemente.
Sin entrar en mayores detalles, reiteró el saludo y complementó: “Me ayudó (el hospital), me sacó de un problema (grave)”. Hubo inquietud por cuál habrá sido el inconveniente de salud que padeció el playero, en su infancia, pero Velásquez no entró en mayores detalles.
El en vivo siguió su curso, y a las preguntas de sus seguidores, que en la red de la camarita tiene hasta 40 mil seguidores, de cómo está el clima y de si tiene novia, Frank respondió: “De todos los climas, a veces frío, a veces hace calor, hace lluvia”, y luego dijo: “No, no estoy casado, estoy soltero, ‘solteralo’”, se sinceró.
Como todos los días, su interacción con sus seguidores continuó durante varios minutos. Al final, el seleccionado nacional no dudó en despedirse con el mismo saludo que lo ha hecho últimamente: “Bendiciones. Los quiero”. Ese sentimiento que llena a la afición y por la que se ha ganado el corazón de la gente salvadoreña.
