Extenistas salvadoreños dan una mano a la población en medio del coronavirus

Los hermanos Jaime y Ricardo Cuéllar ayudan a la población en EE.UU. y El Salvador desde su especialidad académica

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Jaime Cuéllar (izq.) ha montado una oficina en casa para poder trabajar, mientras Ricardo Cuéllar es uno de los socios fundadores de Hugo App. Fotos / Cortesía

Por César Najarro | Twitter: @cjnajarro

2020-05-04 5:30:37

Hace más de una década que los hermanos Jaime y Ricardo Cuéllar brillaban en el tenis. Su talento les permitió ganar becas deportivas para estudiar en universidades estadounidenses y especializarse en temas financieros y de administración de empresas. Hoy, en medio de la pandemia, parte de lo que aprendieron en la cancha junto con lo de las aulas, más los valores familiares, les ha llevado no solamente a destacar en el ámbito profesional, sino también a echar una mano al prójimo.

Jaime vive en Estados Unidos, a donde también estudió una maestría y trabajó en diversas instituciones bancarias. Ahora, el excampeón de Orange Bowl y Copa Yucatán en la modalidad de dobles, trabaja para la Northestern Mutual, donde da asesoría financiera en diversos rubros.

En medio de la pandemia, hace un mes publicó en su Facebook que brindaría asesoramiento de manera gratuita para toda persona que así lo requiriera, colocó su correo y su número de teléfono. “He atendido a unas 15 personas desde que lo publiqué… me di cuenta, al hablar con clientes y amistades, que tenían preguntas del tipo: ‘¿qué hago con tal crédito, o será mejor si pago primero la tarjeta? El gobierno (de EE.UU.) empezó a dar diferentes prestaciones, pero algunas no eran automáticas, tenías que hablar a tu proveedor para que te pusieran pausa. De esa manera empezó esto”, contó Cuéllar desde Estados Unidos, quien, en la vida cotidiana, vive de esos servicios pero ahora lo hace también gratis.

Parte de lo que puse en el mensaje (en Facebook) es lo que yo ya hago con clientes. Doy asesoría de presupuestos, cuánto tener para emergencias en ahorro, en seguro de vida, discapacidad, manejo de deudas, entre otros aspectos. Es tratar de entender cómo seguir avanzando, o qué tienes por medio de tu empleador en cuanto a beneficios, antes que abrir una cuenta tú solo; a veces es mejor poder maximizar lo que ya tiene tu empleador… hay bastante información en finanzas, pero es importante que sea la adecuada para cada caso”, contó sobre su vida el extenista, campeón local y a nivel centroamericano, quien jugó incluso torneos Grand Slam, a donde enfrentó a míticos del deporte, como Andy Murray, Richard Gasquet o John Isner.

Jaime Cuéllar en su etapa como jugador activo. Foto EDH / Archivo

Confinado en su con su familia, el Jaime aprovecha los pocos momentos libres que le quedan entre trabajo y atención a sus tres hijos y esposa para brindar un poquito de ayuda, de luz financiera en momentos en los que cuidar y saber manejar el dinero, poco o mucho, puede ser clave.

Negocio y expansión

Ricardo, por su parte, radica en El Salvador. Como Jaime, fue un gran tenista, aunque con una particularidad, que es ambidiestro, lo que derivó en que se convirtiera en un dolor de cabeza para sus rivales y en que fuera una pieza clave para el dobles. Fue compañero de Rafael Arévalo, hoy presidente de la federación salvadoreña de tenis, y con él incluso jugó un mundial sub-14 en República Checa, tras haber destacado a nivel de C.A.

Allá, en ese país europeo, recuerda hasta con risas la increíble derecha que tuvo que soportar de Nicolás Almagro, al que enfrentó en el evento mientras Arévalo lo hizo ante Rafael Nadal. Y juntos, jugaron el dobles contra estos crack del tenis.

“Fue una experiencia magnífica”, cuenta Ricardo con alegría, a la vez que agradece al tenis toda la disciplina, clave para que forjara su carrera profesional, según reconoce, y para crear lazos que le sirvieron, a la postre, para maximizar un proyecto que, para este año, espera facturar 100 millones de dólares a nivel centroamericano, Hugo App.

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Ricardo, junto con Jaime, incluso fueron destacados futbolistas en su juventud y militaron en la academia de la Chelona Rodríguez, aunque el primero también era muy aficionado de las carreras en motos, carros y go karts, a tal grado que eso le frenaba a lanzarse de lleno por el deporte blanco.

Sin embargo, gracias al impulso de su padre, Ricardo siguió en el tenis, lo que le valió para poder optar también a una beca en la universidad de Carolina del Norte. Ahí logró ser raqueta uno del equipo y fue campeón de conferencia en su segundo (le tocó enfrentar la universidad de su hermano más de alguna vez y toparse contra John Isner, entre otros), mientras llevaba a la par los estudios de Negocios Internacionales y Mercadeo, con especialización en finanzas.

Ricardo Cuéllar en su etapa como jugador activo. Foto EDH / Cortesía

Tras graduarse, dejó el tenis y se enfocó en lo laboral, trabajó en varias empresas en Estados Unidos y luego en El Salvador, a donde también laboró con una compañía familiar. Pero en 2016, dio el salto con Juan Maceda y Alejandro Argumedo (sus socios) y emprendió el proyecto de Hugo. Tardaron un año en echarlo andar “vía control remoto, primero en Guatemala”, cuenta. Ahora es el Chief Financial Officer (oficial en jefe del área financiera) de un proyecto que, en el último mes, ha crecido un 300%.

“Agradezco un montón al tenis por la disciplina que te forja. También nos ayudó con contactos, ya que jugábamos a nivel de Centroamérica y el Caribe. Por ejemplo, ahora tenemos socios en Panamá que jugaban al tenis; el gerente de Hugo en Costa Rica es un extenista, gente que contratamos a ojos cerrados por ser exjugadores y saber que son disciplinados, que trabajan en base a resultados, sanos y de bien, y es un esquema que nos ha ayudado mucho”, dice.

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En medio de ese éxito, también ha buscado retribuir a la sociedad pese a la pandemia, la cual ha derivado en una mayor demanda de la aplicación. “Esto ha generado oportunidad de trabajos, que en promedio andan por $800 de salario, pero ya hay casos ahorita de $1,800. Además, en estos días hemos agregado entre 400 y 500 motoristas solo en El Salvador (a nivel regional superan los 10 mil empleados – incluye todos los de la parte administrativa)”, cuenta.

Paralelamente, desde la compañía han generado líneas de acción para absorber empleados de otras empresas que tenían paralizado su trabajo. “Les decimos que absorbemos, por ejemplo sus motorizados, tienen la opción de bajarlos temporalmente de plantilla, y los empleados, la posibilidad de ganar más dinero, a veces pueden hasta cuatro veces el salario que tenían si se ponen las pilas”, asegura.

Hugo App es la aplicación que han desarrollado y ha tenido un incremento exponencial en estos tiempos de pandemia. Foto EDH / Cortesía

Otra vía es que han mejorado la comisión hacia los comercios y los tiempos de liquidación para generarles más liquidez y en menor tiempo; han incrementado las zonas de cobertura y brindado equipo completo a su personal de trabajo motorizado para prevención al Covid-19.

También crearon formas de pago con cero contacto con el personal, de tal manera que te dejan los productos en la puerta de tu casa pagando con tarjeta (pese a que eso supone un costo para la app por comisión), aunque siempre está la opción de pago en efectivo – pero se les sugiere la otra para reducir un posible contagio -.

Por otra parte, brindan canastas de granos básicos a sus empleados y también han diseñado una sección en la aplicación para promover los productos locales, sobre todo de los pequeños (los más golpeados en esta crisis). Y también están llevando productos relacionados a evitar el Covid-19.

“En línea con el crecimiento abismal que hemos experimentado, tratamos de corresponder con todos nuestros comercios, clientes, empleados. Aparte de incrementar el pago, somos la plataforma que mejor paga a los motorizados, queremos recompensar a todos estos héroes que andan en la calle por nosotros, obviamente con todas las medidas de seguridad”, cuenta. Así, estos hermanos echan una mano en medio de la pandemia por Covid-19.