Su presencia terrenal ya no está, pero su espíritu se mantiene vivo. Este sábado, familiares, amigos, alumnos y representantes internacionales del taekwondo y judo rindieron su última muestra de respeto a quien en vida fuera Byung Ho Choi.
Maestro coreano de las artes marciales, campeón nacional en su país, fue el fundador del taekwondo y del judo en El Salvador, a donde formó a múltiples atletas y campeones nacionales, así como a futuros entrenadores desde que arribó al país en 1965.
Después, durante la guerra, se asentó en Miami, a donde fundó una escuela para continuar con sus enseñanzas, no solo deportivas, sino de una filosofía de vida basada en el respeto, la lealtad, y, sobre todo, la disciplina y el trabajo duro.
Byung Ho Choi murió a los 81 años después de una vida entregada a la formación de atletas en distintas partes del mundo, pero, sobre todo, bajo una visión de crear mejores personas para la sociedad.
El 2 de noviembre, tras complicaciones de salud por la enfermedad de Parkinson y otras propias de la edad, se despidió de este mundo a las 4:24 de ese sábado.
La vela fue este viernes 8 en la Funeraria Caballero Rivero Westchester, en Miami, y el entierro, ayer. Esto debido a que la familia esperó para que muchos de sus alumnos y gente relacionada con el deporte pudieran viajar a rendir sus últimos respetos al gran maestro.
En el Cementerio Miami Memorial Park se dio la despedida al cuerpo de Choi, pero su espíritu y sus enseñanzas continúan vivas en el legado deportivo y en todos los deportistas que formó.
Choi recibió diferentes reconocimientos en El Salvador por su labor deportiva, bajo las gestiones de los presidentes Fidel Sánchez Hernández, Arturo Armando Molina y Carlos Humberto Romero. También fue galardonado como el mejor entrenador del año en 1992 por la Unión de Taekwondo de Estados Unidos, luego que de su escuela en Miami surgieran 3 campeones nacionales de las categorías oficiales.
También recibió una condecoración por parte del gobierno de Corea del Sur por fomentar las buenas relaciones entre El Salvador y esta nación a través del deporte, hecho ocurrido a mediados de los 70.