Entrenadora de atletismo llora al narrar cómo gerente la insultaba
Sandra Valiente acusa a Roger Manzur de haberla hasta insultado verbalmente. Un juzgado ordenó medidas preventivas contra el gerente, quien niega los señalamientos.
La Federación Salvadoreña de Atletismo tiene una papa caliente en sus manos: la entrenadora Sandra Valiente demandó al gerente Roger Manzur por maltrato laboral, y el Juzgado Especializado de Instrucción para una Vida Libre de Violencia y Discriminación para las Mujeres, de San Salvador, ya giró medidas de protección para la ex atleta, las cuales iniciaron en noviembre de 2018 y finalizarán el 15 de marzo del presente año.
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El Diario de Hoy conversó con ambos protagonistas, así como con la abogada de Manzur, Emma Álvarez, para que la familia del atletismo salvadoreño en general pueda conocer las dos versiones. En medio del refuego quedan, como siempre, los atletas. Entre ellos el vallista Pablo Ibáñez, quien es entrenado por Valiente y es una de las cartas fuertes para asistir a los próximos Juegos Panamericanos de Lima 2019, en Perú, en julio.
Entre las medidas de protección que Manzur debe cumplir están las siguientes, según el documento dirigido a la Policía Nacional Civil que mostró la entrenadora Valiente.
“Se ordena que (…) se abstenga de hostigar, perseguir, intimidar, amenazar o realizar otras formas de maltrato en contra de Sandra Valiente”.
“También se entienden por actos de hostigamiento el obstaculizar el desarrollo pleno de sus funciones laborales, uso de instalaciones deportivas, material didáctico (…), accesorios e implementos”.
“Se le prohíbe (…) amenazar a la señora (…) tanto en el ámbito público como laboral”.
“Se autoriza a la PNC que puedan hacer uso del allanamiento de morada, cuando por violencia laboral ejercida (…) se arriesgue gravemente la integridad física, sexual, psicológica y matrimonial (de la entrenadora)”.
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Cuando Sandra comenzó a sentirse mal por actitudes y palabras del gerente Manzur, alertó. “Avisé a la junta directiva de la federación, en constantes reuniones, también en aspecto individual. Algunas por WhatsApp, otras con ellos directamente”, explica, y añade que lo hizo saber directamente al presidente de la federación, Juan Carlos Ramírez.
La exdeportista en pesas y atletismo, de 56 años y con experiencia desde 1986 como entrenadora, buscó auxilio a mediados de 2018 en el Instituto Salvadoreño para el Desarrollo de la Mujer (Isdemu).
Espera 12 segundos, con lágrimas en los ojos, para describir un incidente: “Fue aquí (FSA), en una reunión de trabajo, donde estaba la gerencia administrativa y otros técnicos, donde me dijo que era una pendeja, lameculo y chupahuevos. Fue en junio 2017”.
Al preguntarle cómo era antes su relación con Manzur, quien llegó a la FSA como gerente en 2014, aclara que al inicio fue cordial, ya que antes fueron compañeros como seleccionados de atletismo en un corto periodo.
Pero describe que Manzur comenzó a bloquear a sus atletas, a limitar su uso de material y espacios deportivos para entrenar; a vetarla para viajes y capacitaciones; a no brindarle trato equilibrado en cuanto al resto de entrenadores; a cuestionar su capacidad: “Cuando yo mandaba los planes de entreno, (Roger decía) que no servían. Todo lo que hacía estaba malo”, explica.