”Ni dormimos antes de venir a jugar”, recluso vio a su esposa e hijo tras participar en los Juegos Penitenciarios 2019

Ismael Castillo y su compañero de fórmula ganaron el segundo lugar en la competencia de Voleibol de Playa de los segundos Juegos Penitenciarios. Aunque el premio fue importante, la mayor recompensa fue ver a su esposa e hijo a tres metros de distancia.

Ismael Castillo y su compañero de fórmula ganaron el segundo lugar en la competencia de Voleibol de Playa de los segundo Juegos Penitenciarios. Aunque el premio fue importante, la mayor recompensa para este recluso, al que le faltan 23 años de condena, fue ver a su esposa e hijo a tres metros de distancia.

Por Jorge Cabrera

2019-04-25 10:11:31

A sus 23 años, Ismael Castillo lleva cuatro años recluido en el Centro Penitenciario La Esperanza, conocido como Mariona. Por alguna razón, prefiere no compartir el delito por el cual está condenado, pero sí confiesa que aún le faltan 23 años para salir en libertad. “Cómo jóvenes cometemos errores, pero nunca es tarde para reivindicar”, señala y viste su uniforme deportivo con el número dos en la espalda.

En la segunda edición de los Juegos Deportivos Penitenciarios, representó a Mariona en la modalidad de Voleibol de Playa. Su hijo, de tres o cuatro años de edad, asistió al Gimnasio Nacional, Adolfo Pineda, para verlo jugar.

Ismael relata que, desde que se encuentra recluido, nunca había visto a su familia fuera de las visitas que recibe entre los muros y barrotes de la prisión. Se le vio emocionado por eso. “una gran alegría ver a mi esposa, a mi hijo, a mi familia. Algo inexplicable, una alegría muy fuerte”, resaltó con una sonrisa en el rostro.

La modalidad de Voleibol de Playa tuvo su debut en la edición 2019 de los Juegos Penitenciarios. Hasta entonces, únicamente se competía bajo la modalidad de Voleibol de Sala. La inclusión de esta nueva disciplina supuso toda una serie de coordinaciones; probablemente, la más difícil: Conseguir las condiciones indicadas para entrenar sobre arena real.

“El sistema penitenciario siempre nos brinda el apoyo, y nos proporcionan todo lo necesario para que podamos entrenar”, confirmó Ismael durante la premiación de la modalidad en donde su equipo obtuvo el segundo lugar. Él y su compañero de fórmula entrenaron por cuatro meses previo al torneo. Fue tal su emoción, que aseguran no haber dormido las noches previas al torneo. “Desde que nos encierran nos quedamos esperando el día para venir acá”, confesó.

Ismael juega Voleibol desde pequeño

Parece que el Voleibol es algo que Ismael trae en la sangre. Desde muy pequeño, ya practicaba este deporte que tanto lo apasiona. “Comencé en el colegio”, recuerda. En algún sentido, este deporte se ha convertido en la ventana de Ismael hacia su libertad.

Él está convencido que, si el sistema penitenciario le ha dado la oportunidad de salir a jugar es porque confía en su buen comportamiento, e incluso se aventura a pensar que esos 23 años que aún le faltan por cumplir pudiesen reducirse para estar de vuelta con su familia. “Pienso que no voy a hacer mucho tiempo más, ya me voy a ir”, exclamó con toda la esperanza del mundo en el tono de su voz.

De momento, Ismael se encuentra estudiando, como parte de los beneficios que otorga la Dirección General de Centros Penales. “Pienso terminar mi bachillerato y buscar un empleo al salir”, dijo y sonó a compromiso.

Después de la premiación, la familia de Ismael intentó acercarse lo más que pudo a él. Pero un muro y una valla les impidió llegar más cerca. Crisia se quedó del lado del muro con el niño en brazos. Ismael llegó hasta la valla con el balón y el trofeo en las manos. “Gracias por estar aquí, los quiero mucho”, exclamó el hombre con total alegría. “No pude tener contacto físico pero con la oportunidad de tenerlos así de cerquita, me conformo”, concluyó.