Los Dodgers vencieron 3-1 a los Rays y 4-2 en el sexto partido de las finales: duelo de picheo, en el que todo cambió en la sexta entrada. Hasta entonces, Blake Snell dominó desde la lomita al cuadro angelino.
Después de cinco entradas, los Rays estaban tranquilos porque Snell tenía el juego en la bolsa, un duelo defensivo puesto que los de Tampa tampoco producían. Salvo el chico maravilla, Randy Arozarona, quien sigue rompiendo marcas.
En la primera entrada, el cubano se convirtió en apenas el segundo novato (tras el Yankee Charlie Keller, en 1939) en lograr tres cuadrangulares en finales.
El mánager de los Dodgers, Dave Roberts, llegó con la grúa y mandó al montículo a Dylan Floro para sacar el out que faltaba. Desde entonces, desfilaron cinco del bullpen por el conjunto angelino, que se articularon muy bien para mantener a raya a los Rays.
Se viraliza curiosa fotografía que publicó José Mourinho de los jugadores en el vestuarioDel otro lado, Snell era un espectáculo. En la cuarta entrada, se convirtió en el primer lanzador en un partido de final con nueve ponchados a esa altura desde que Sandy Koufax lo lograra para los Dodgers, en 1963. Pero en la sexta, Austin Barnes le pegó apenas el segundo imparable de la noche y el mánager Kevin Cash decidió sacar a su mejor lanzador.
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— Los Dodgers (@LosDodgers) October 28, 2020
Llegó a la lomita Nick Anderson y de inmediato recibió un doblete de Mokkie Betts. Su compañero avanzó a tercera. Un lanzamiento descontrolado del relevista dio paso a que Barnes empatara el juego. Llegó al bateo Corey Seager, quien conectó fácil a primera, pero Betts pegó una corrida impresionante y le ganó al disparo de Choi para anotar la segunda y darle la ventaja a los Dodgers.
Increíble, pero cierto. En un abrir y cerrar de ojos, tras sacar a Snell, los Dodgers le dieron vuelta al partido. Después, Betts pegó jonrón en la octava a Pete Fairbanks para ampliar la ventaja, y, desde la lomita, Julio Urías aseguró el título, el primero desde 1988.
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