Marcelo Arévalo y Roberto Hernández, la historia de una amistad respaldada por los triunfos

Los mejores deportistas del país en los años 2018 y 2019, respectivamente, hablan sobre una relación de amistad que data desde los 14 y 15 años, estudiaron juntos y se ven como hermanos

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Roberto Hernández, medallista de oro en Lima 2019 con Marcelo Arévalo, ganador de múltiples torneos del circuito de la ATP. Foto EDH / Yessica Hompanera

Por Varinia Escalante | Twitter: @VSkalanT

2019-12-26 5:30:36

Tienen, aproximadamente, un año de no verse. Fue desde la Espiga Dorada de 2018 cuando compartieron momentos juntos por última vez. Y, al encontrarse nuevamente, demuestran la alegría que solo una amistad puede generar. “¡Hey!, ¿qué pasó pues?”, se dicen al estar frente a frente, en la Federación de Tenis, en el Poli de Merliot. Se enfundan en un abrazo fuerte, sincero, fraterno, con una sonrisa sin discusión. El saludo lo dice todo.

Se apartan un momento, previo a la sesión de fotos y a la entrevista, platican casi en secreto, como en código, como en sus viejos tiempos, y se ríen a placer. Es un encuentro necesario para estos dos atletas salvadoreños de alto rendimiento que se ven como hermanos.

Son Marcelo Arévalo y Roberto Hernández, quienes se describen como sinceros amigos, que se apoyan a pesar de no verse por sus carreras en el tenis y en el tiro con arco, pero que están al tanto de las competencias del otro, enviándose buenas vibras a través de redes sociales y compartiendo sus éxitos.

Nada más donde Chelo supera al “Tío”, como le dice el sonsonateco al santaneco, es en su 1.92 metros de estatura por el 1.81 del arquero. El “apodo” para Hernández es de cuando estudiaban, porque lo llamaban “Robertío” cuando jugaban fútbol, y la raqueta número uno del país lo adoptó. Y, aunque ya no lo utilizan, los hace recordar su adolescencia, cuando se conocieron.

No podía faltar la selfie de la histórica sesión. Foto EDH / Yessica Hompanera y Roberto Hernández

Del estudio a la hermandad

Fue el año 2004 cuando tenista y tirador se conocieron. Apenas tenían 14 y 15 años, pero coincidieron en la Academia Maxper, un centro de estudios solo para atletas con sede en Merliot (al interior del recinto donde está la FST). No cursaban el mismo grado, pero eran tan pocos alumnos -y las aulas tan pequeñas y compartidas- que no era difícil que se volvieran compinches.

Fue ahí donde nació y se forjó la amistad, con anécdotas que no olvidan, y que los llevó a tener -en la actualidad- una gran complicidad. “Comenzamos a ser compañeros de clases y así fue como comenzó nuestra amistad”, cuenta Arévalo.

Tarea Pendiente

“Los atletas deberíamos ser más unidos. Me gustaría que se forme alguna asociación, porque al final todos luchamos por buscar poner en alto a El Salvador”

Marcelo Arévalo, tenista

“Uno como atleta siempre está al pendiente de los resultados de los compañeros a nivel nacional y me da alegría ver a mis colegas sacar al país adelante. Pero me da más satisfacción saber de Roberto, porque he crecido con él, tuvimos muchas experiencias divertidas cuando estudiábamos, y hay un acercamiento más profundo, y me dan mucha más motivación las medallas que gana en su disciplina”, agrega.

Mientras Hernández asegura que siempre está “pendiente de dónde anda el Chelo, qué está haciendo, y de vez en cuando un mensaje: ‘¡Hey!, vamos loco, metéle’. Es sentir satisfacción de que salga bien. Incluso, las ocasiones en que ha jugado acá (Copa Davis), vengo y hago el tiempo para hacerle barra, verlo jugar y como amigo apoyarlo”.

“Crecimos aquí, estábamos bichos y vivimos cosas diferentes. A veces, nos escapábamos de los profesores para ir a jugar fútbol en el campo o le comíamos el pan a la seño de lenguaje (muchas risas)”, dice Roberto e interviene Marcelo: “La señora traía pan para llevar a su casa y se iba sin nada, y decía: ‘No se preocupen, voy a pasar a comprar más’”, recuerdan y ríen plácidos.

Roberto Hernández (izq.) y Marcelo Arévalo, tirador y tenista, juntos en el Poli de Merliot. Compartieron grandes momentos juntos.

Al ser consultados sobre si “copiaban” en los exámenes, por el hecho de estar en el mismo programa de estudios donde “prácticamente era lo mismo”, como explica Chelo, y compartían los maestros, ambos se sinceran con risas.

“No nos podíamos copiar, porque íbamos en años diferentes”, dilata Chelo; pero Roberto adelanta la verdad: “¡Ahhhh!, no vamos a decir nada pues”, y retoma la palabra Chelo: “Pero como Roberto ya había pasado, yo siempre salía ganando”, y vuelven a reír. “Si podíamos, nos ayudábamos. Si podíamos, copiábamos”, relata el campeón panamericano de tiro con arco.

El deseo para su amigo

“Quisiera que el Chelo siga creciendo tanto en lo personal, como en lo deportivo. Que logre todos los objetivos y se meta en los Olímpicos, que por ahora son lo principal”

Roberto Hernández, tirador con arco

En cuanto a si alguna vez han coincidido en otro país, en alguna competencia, aseguran que sí y es una grata experiencia. “En Medellín, (Colombia), cuando él (Roberto) andaba en un Mundial y yo en un torneo Challenger”, relata el tenista. “Nos vimos, salimos a comer con unos amigos. De ahí, solo en los Juegos”, complementa el tirador, sin dejar de lado que “la intención siempre está de verse” en el país.

Estos atletas también aseguran que no intentaron practicar el deporte del otro, aunque por pasatiempo -alguna vez- lo jugaron. “Una vez, me enseñaron a tirar”, cuenta uno; y el otro agrega: “Yo me quedé un par de noches que me iban a enseñar tenis, y me acuerdo que Chelo me tiró un par de pelotazos, pero solo para decir que jugué”.

Marcelo Arévalo probando su trabajo con el arco, respaldado por Roberto Hernández. Una amistad de muchos años los une. Foto EDH / Yessica Hompanera

Los mejores deseos

Hernández y Arévalo conocen las dificultades de la carrera del otro y tienen respeto del camino forjado por ambos. “Todos los deportes son difíciles, por eso llevamos años practicando el nuestro, y tenemos la oportunidad de estar ya en grandes ligas, como se puede decir. Y la carrera de Roberto lo ha hecho estar dentro de los mejores 10 del mundo, somos tantos y no todos practican tiro con arco, y estar ahí es un logro grandísimo”, expresa el tenista.

Chelo, es obvio, es el mejor tenista que ha habido en El Salvador. Ha estado donde ningún otro tenista estuvo antes, ha tenido la oportunidad de jugar grandes partidos y traer logros por el país. Todavía tiene muchísimo por recorrer, su deporte es complicado, hay millones de tenistas en el mundo queriendo lograr lo mismo, y que tengamos la posibilidad de que un salvadoreño esté poniendo en alto el nombre del país, es de admirar”, comenta Bob.

“Falta mucho de su carrera y esperamos verlo en los Olímpicos y que se meta a los Grand Slams a nivel individual, que es lo que todos queremos ver algún día. Sabemos que lo puede lograr”, añade.

El deseo para su amigo

“Quisiera que Roberto, ahora que está dentro de los mejores 10, fuera número uno del mundo. Si tiene el apoyo, podemos tener al uno del mundo hecho en El Salvador”

Marcelo Arévalo, tenista

Hernández acepta, de este modo, que “admira mucho” a su amigo: “Y me gusta su estilo de juego. Es agresivo, no se deja morir tan fácil y pelea hasta el último punto”, complementa el tirador.

Ambos coinciden en que su amistad no es casualidad. Que es un privilegio el haberse conocido. Y es un total regalo del deporte. Ese que, en el pasado, los hizo vivir experiencias inolvidables. “Me acuerdo que el Chelo tenía una scooter y hubo un tiempo en que ya no le daba la onda para ir a la casa, se le quedaba, y un par de veces tuve que darle ‘ray’”, cuenta Hernández.

“Mi scooter era de motor, pero como era para niños chiquitos y yo la agarraba para mí y ya estaba más grande, ya no subía, y entonces Roberto me llevaba a la casa”, relata Chelo. Historias únicas de dos atletas a los que el deporte los unió.

Marcelo Arévalo (derecha) cuando ganó en el Abierto de Los Cabos. Foto / Cortesía

Su perfil

Nombre: Marcelo Rafael Arévalo González.

Data: Sonsonate, 17 de octubre de 1990.

Edad: 29 años.

Deporte: Tenis.

Posición ranking mundial: 357 de singles, 71 de dobles (actualmente).

Mejores logros: Campeón de dobles ATP de Los Cabos (2018); tres títulos individuales ATP Challenger (2017 y 2018); dos títulos singles ITF (2012) ; 16 títulos de dobles ATP Challenger en (2013, 2015, 2016, 2017, 2018 y 2019); dos títulos dobles ITF (2011, 2012); Espiga Dorada (2018 y 2019) y Estrella Masculina del Año (2018).

Roberto Hernández con su medalla de oro en los Juegos Panamericanos. Foto EDH / Varinia Escalante

Su perfil

Nombre: Roberto Alexander Hernández Maldonado.

Data: Santa Ana, 9 de enero de 1989.

Edad: 30 años.

Deporte: Tiro con arco.

Posición ranking mundial: 8 (actualmente).

Mejores logros: Dos veces campeón Panamericano Río 2006 y S.S. 2012; plata Copa del Mundo Medellín (2015); bronce Juegos Mundiales Cali (2013); bronce Copa del Mundo China (2019); campeón C.A. y del Caribe Barranquilla (2018); campeón Panamericano Lima (2019); Espiga Dorada (2018 y 2019) y Estrella Masculina del Año (2019).