“Lloré, fue algo increíble y un sueño cumplido”: Chelo Arévalo, a una semana de la final del US Open

El tenista alcanzó el punto más alto de su carrera, al llegar a una final de un Grand Slam. El 2021 ha sido su mejor año, y espera terminar con un buen ranking, aún con torneos por disputar. Todavía se ve jugando más años

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Marcelo Arévalo en pleno duelo final. Foto: AFP

Por Varinia Escalante | Twitter: @VSkalanT

2021-09-17 5:55:13

Llegar a la primera meta ha sido parte de cumplir con sus objetivos. Era estar en la final de un Grand Slam, y lo logró el dobles mixtos del US Open. Eso ha sido un sueño. Ahora, solo le falta quedarse con un título.

El mérito del trabajo hecho, junto a la mexicana Giuliana Olmos, en su primera vez jugando esta división, ha dejado buen sabor al nacional. Ese mismo que ahora digiere, en un momento en el que espera seguir en ascenso.

“Es un momento especial, no olvidaré la bandera de El Salvador en este estadio”: Chelo Arévalo, tenista nacional

Finalmente, ¿lloraste?

Sí, sí lloré. Se me salieron las lágrimas en ese momento. Traté de aguantármelas, para no hacer el show ahí (risas), pero sí cuando estaba a puerta cerrada fueron muchas emociones juntas. De lo que más sentimiento me dio y emoción, es ver hasta dónde he podido llevar la bandera salvadoreña después de tantos sacrificios, tantos años luchando. Como lo dije en la ceremonia de premiación: nunca me imaginé ver la bandera de El Salvador en el estadio “Arthur Ashe”, que es el mejor del mundo para jugar tenis. Verla, junto con las demás, fue algo increíble y un sueño cumplido.

Hay una foto con Giuliana donde estás emotivo

Me recuerdo de ese momento. Me pareció muy interesante, porque después de perder la final le dije unas palabras a Giuliana: muchas gracias por haber confiado en mí, para jugar estas semanas. Ella me dijo: “No sabes lo que agradezco que me preguntaras para jugar, nunca me imaginé que íbamos a hacer tan buena pareja”. Y le contesté: estuvimos tan cerca de poder quedarnos con el título. “No te preocupes, que sé que vamos a ganar un título de Grand Slam juntos”, me respondió. Eso me dio muchísimos sentimientos. Y nada, me puse a llorar, y creo que ella también lloró en mi hombro. Fue un momento muy especial, porque a pesar de que ya habíamos perdido la final, ambos estábamos súper positivos, con ese ánimo de lucha y ese deseo de jugar otra final.

¿Cómo se divide el momento: llegaste a la final, estabas feliz; pero perdiste, y frustra?

Es un momento difícil, porque son emociones divididas. Unas son de tristeza, de saber que uno llegó tan lejos y tal vez por uno o dos puntos el partido pudo haber cambiado de dirección. Y las otras son positivas, de felicidad, de saber qué tan lejos uno llegó, que tal vez nunca se imaginó. Hay que saber nada más manejarlas, pero en ese momento no me había dado cuenta de lo que había logrado. A veces, uno se queda más con el momento, el partido, perdimos, tuvimos chance de ganar el torneo. Pero en frío, analizar todo, pensar de dónde uno viene.

Arévalo y Olmos con el premio que les coloca como subcampeones del US Open en Dobles Mixtos. Foto: AFP

Entrenabas en Sonsonate

Siempre fui entrenado en El Salvador. Las condiciones que tal vez uno tenía en ese momento no eran las que se necesitaban para ser un tenista profesional y aún así logramos salir adelante. Lo que se logró fue prácticamente histórico: primer salvadoreño y centroamericano en tocar una final de Grand Slam. Y junto con Giuliana, somos la primera pareja latinoamericana en llegar a una final de Grand Slam después de 30 años. Uno tiene que dejar de ser un poco duro a veces consigo mismo y ver que lo que se ha logrado es muy importante para nuestro país.

36

El mejor puesto de la carrera de Chelo Arévalo. Lo logró en agosto de este año. Es el más alto de la historia de un salvadoreño.

¿Qué te significa ser histórico?

Es un gran orgullo. Realmente, nunca me lo imaginé. Cuando comencé a jugar al tenis, uno lo hace porque le gusta, porque tiene amigos ahí y poco a poco esto se va volviendo más serio. Después, uno quiere jugar torneos, comencé con Juniors, luego profesionales. Pero nunca me imaginé que se podían lograr grandes cosas, por el tenis. Y ahora, ser el primera salvadoreño y C.A. en llegar a una final de Grand Slam me llena de orgullo y satisfacción, que todo el esfuerzo hecho con el equipo, familia, esposa, entrenadores, instituciones, patrocinadores, no ha sido en vano. Este es un trabajo de todos juntos, para llegar a donde estamos.

Estuvo tu esposa, hijo, padres en la final, ¿cómo te motivó?

En ese momento, uno ya está tan metido en el torneo, después de haber jugado cuatro partidos antes de la final, y ver en tu zona del estadio a la familia fue algo increíble. Me recuerdo cuando comencé a salir con mi esposa, por el año 2015 que nos conocimos, en 2016 jugaba torneos Futuros, y clasifiqué por primera vez a la “qualy” del US Open (singles).

Recuerdo que fui con ella, entramos al estadio a tomarnos fotos, y le dije en ese momento: sería un sueño para mí poder jugar en un estadio como este y que en estuvieran mis papás. Sería como un regalo después de todo lo que ellos han hecho para mí. Años después, se dio, pero nunca imaginé que en una final, solo quería que ellos estuvieran presentes, pero nunca que iba a ser una final de un Grand Slam.

Marcelo Arévalo en pleno duelo final junto a Giuliana Olmos. Foto: AFP

Del dobles masculinos, te fuiste rápido (primera ronda)

Tuvimos (con Matwé Middelkoop) un partido muy cerrado. Tuvimos muchísimas posibilidades para poder ganar. La pareja con la que jugamos (Sam Querrey y Steve Johnson) es muy complicada, son dos buenos singlistas que han estado dentro de los mejores 30, Querrey creo que ha estado dentro de los mejores 20. Fue un partido difícil para jugar en primera ronda, especialmente para abrir. En el US Open, era duro. Ellos ya había jugado sus partidos de singles, cinco, seis sets, antes del dobles.

Eso quiérase o no eso te saca presión, y para nosotros era nuestro primer partido. Por ahí, sentimos un poquito la presión, pero cuando el partido avanzó nos sentimos bien, pero fue un partido difícil y simplemente ellos fueron mejores en el último tie-break y se quedaron con el partido. Ellos hicieron semifinales del torneo y eso también explica que no perdimos con una pareja cualquiera, sino una difícil.

Marcelo Arévalo y Giuliana Olmos cayeron en la final del US Open

En tus primeros mixtos, ¿te imaginaste tanto éxito?

Realmente, sinceramente, no creía que podíamos llegar a una final, en el primer torneo en el que iba a jugar mixtos. Era básicamente después de haber jugado mixtos en los C.A., hace seis, siete años. Nunca había jugado mixtos en torneos profesionales. Mi mentalidad era: voy a jugar este año para aprender cómo se juega mixtos, ir conociendo a las demás parejas. Pero sí, a futuro sabía que podía ser un jugador de dobles mixtos y podía tener resultados grandes.

No había podido jugar antes porque el ranking no me lo permitía. Pero gracias a los resultados de las últimas semanas subí a la posición 36 y eso me dio acceso. Obviamente, no me imaginé que en el primer torneo en el que iba a jugar dobles mixtos iba a llegar a la final. Pero sí tenía la confianza, porque sé que tengo la capacidad, de que lo iba a lograr en un futuro.

Después de la historia de Instagram, ¿volverán a jugar con Olmos?

Sí. De hecho, ella fue clara y me dijo: “No te preocupes, sé que vamos a ganar un Grand Slam juntos”. Y después de eso, prácticamente, quedamos como una pareja ya fija. Vamos a jugar Australian Open, que es el próximo torneo en el cual se juega dobles mixtos. Y así, sucesivamente, vamos a ir jugando todos los Grand Slam.

Foto: Cortesía Indes

Solo falta el título a tu carrera, ¿hay algo más que busqués?

Tengo varias metas y objetivos, muchos ya se han ido cumpliendo. Pero cuando uno cumple un objetivo, quiere seguir subiendo. Uno de los que me falta es ganar un Grand Slam, después me gustaría llegar en un punto en mi carrera estar dentro de los 10 mejores jugadores del mundo. Esa es otra meta que tengo. Y después, el último, pero no menos importante, sería dejar un legado en El Salvador, para que los niños se motiven y vean que para un salvadoreño no hay imposibles.

Que las futuras generaciones se vean en un futuro jugando torneos y finales de Grand Slam, porque cuando uno lo habla, lo dice, tiene 15-16 años, parece que es una locura. Quizás nuestro país no es muy conocido por el tenis, pero eso es lo que quiero dejar y hacerle entender a los niños que sí se puede, que ellos trabajando fuerte, con disciplina, puedan hacerlo. Hay talento en El Salvador, hay niños que quiere jugar tenis profesional y por alguna razón no lo terminan haciendo, por miedo, porque no confían en ellos mismos, porque creen que está muy lejos o es muy difícil. Eso quiero lograr, que se pierdan todas esas cosas negativas y que ellos vean que sí se puede lograr.

¿Qué has mejorado de tu juego, para llegar hasta aquí?

Hemos venido trabajando constantemente con mi entrenador Yari (Bernardo), con Carlos Texeira. Hemos trabajado muy bien la parte física, me siento más fuerte, eso lleva a que pueda pegarle a la pelota un poco más fuerte, que el saque -que es una de mis armas- pueda ser más fuerte. Pero más que eso que sea más consistente con mi saque. Esa es una de las cosas que sí considero que he mejorado, porque son pocas veces en las cuales yo me siento como con posibilidades de perder mi saque cuando juego. Eso es algo muy importante, cuando uno se siente seguro con el saque, y esa es una de las cosas que más he mejorado en los últimos meses.

HISTÓRICO: Chelo Arévalo, el primer salvadoreño en jugar una final de Grand Slam

¿Te ha ayudado jugar con tenista top?

Por supuesto que sí. En lo personal, considero que cuando tengo la oportunidad de jugar con gente mejor ranqueada que yo me pongo en modo esponja. Tratar de absorber todo lo que veo, lo bueno que ellos hacen, tal vez cosas diferentes que ellos hacen y que yo no hago porque no sabía o porque no conocía por alguna razón. Absorbo todo y después trato de aplicarlas a mi persona, a mi juego. He tenido la oportunidad en varias ocasiones de poder entrenar con Stéfanos Tsitsipás, y eso me ha ayudado mucho. Lo veo a él, veo la actitud que tiene en la cancha, es un peleador cuando entra a la cancha, hace todo lo posible para ganar y esas cosas uno aprende de los jugadores top, top, top.

El nacional Chelo Arévalo, disputando uno de sus partidos en EE.UU., tras su recuperación de una lesión. Foto: Cortesía Indes

Ha sido el 2021 el mejor año de tu carrera

Definitivamente, sí. Creo que en cuanto a resultados y números el 2021 se pinta como mi mejor año, hasta el momento. Nunca había llegado a unas semifinales de un Master 1000, este año ya lo logré dos veces en Roma y en Cincinnati. Hice cuartos de final en el Miami Open, cuartos de final del Australian Open, gané el segundo título ATP 250, final de dobles mixtos en el US Open, mi mejor ranking hasta el momento también. Es el año de muchos momentos gratos, mucho aprendizaje, y sí lo considero mi mejor año profesionalmente.

¿Qué estás haciendo ahora?

Estamos en unos días de vacaciones, que pasamos junto con mi esposa en México, después de lo logrado en el US Open y las semanas anteriores también. Y se vienen ya unos torneos.

¿Qué competencias tendrás todavía?

Prácticamente, regresamos a casa. Empiezo a entrenar nuevamente y nos vamos para un ATP 250 en San Diego, California. Después, tenemos el próximo Master 1000 que es el Indian Wells. Y luego, quedan unos torneos más en Europa que serían dos en Rusia, y dos en París y Suecia.

Chelo Arévalo devuelve un servicio, durante uno de sus juegos en el Roland Garros 2021. Foto: Cortesía Indes

¿Cómo te ayudan para cerrar el ranking este año?

Es un buen momento para tratar de seguir subiendo algunos peldaños en el ranking. Sería increíble terminar el año dentro de los mejores 30, es decir 30, 29, 28, porque eso me daría ya acceso el próximo año a salir sembrado en los Grand Slam. Por qué sería importante, porque si salimos sembrados con mi compañero significaría que en las primeras rondas no podríamos jugar con la pareja número uno del mundo, dos, tres, cuatro, cinco. Son partidos mucho más complicados para enfrentarse en una primera ronda. Cando uno quiere jugar un torneo, en algún momento debe enfrentarse a esa pareja, pero si se puede evitar jugar con los mejores del mundo a las primeras de cambio sería mejor, para agarrar un buen calentamiento antes.

Fue un año de Olímpicos, y no lograste asistir, ¿te ves en los próximos?

Siempre me veo para los Olímpicos. El problema que tenemos en este momento o mala suerte es que no tengo a otro compañero salvadoreño que esté compitiendo profesionalmente en dobles o singles. En los Olímpicos, necesito a alguien que me acompañe y esté dentro de los mejores 300 del mundo, para al menos optar por una invitación. Aunque yo esté número uno del mundo, pero si no tengo a alguien más de mi país que esté compitiendo profesionalmente o dentro de los mejores 300, va a ser prácticamente imposible clasificarse a unos Juegos Olímpicos en la modalidad de dobles, que es en la que yo estoy dedicado ahora al cien por ciento.

¿Hay todavía más Chelo Arévalo por delante?

Quiero pensar que por muchos años más. Me siento excelente físicamente, en uno de mis mejores momentos, a pesar de la lesión que tuve hace un mes y medio. Siento que me recuperé súper bien y me siento físicamente impecable. Mi objetivo, y si Dios me lo permite y me mantengo libre de alguna lesión grave, quiero seguir jugando por lo menos hasta los 40.

¿Qué le decís a la gente que te apoya?

Dar las gracias infinitas. Al final, es lo que lo motiva a uno como atleta, a ganar títulos, a poner la bandera en lo más alto: la afición, el público, que lo mueve a uno. Toda esa gente que me mandó mensajes de apoyo, mis más grandes agradecimientos. Este segundo lugar es para mi gente en El Salvador y aprecio muchísimo también a quienes cuando no tenemos una buena semana, dos, tres seguidas, siempre están ahí, constantes, con apoyo. Esa gente es la que realmente aprecio más, porque cuando uno gana es más fácil recibir apoyo, pero cuando uno va perdiendo continuamente es donde uno necesita esa fuerza para levantarse. Tengo mucha gente que siempre está ahí y que sepan que estoy muy agradecido con todos.

Chelo Arévalo (i.) vuela para devolver una pelota, junto a Middelkoop. Foto EDH/Cortesía Winston-Salem Open