Se acabó la espera: Taekwondoísta salvadoreño volvió a su casa tras 95 días varado por el Covid-19

El director de la escuela Leones, Leo Ruano estuvo varado en Costa Rica, y luego en cuarentena. En medio de todo eso, continuó con el trabajo deportivo y hasta logró conferencias históricas para el deporte en el país

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Sesión de entrenamiento de Leo Ruano en un centro de contención en un hotel capitalino, una vez que retornó al país. Foto / Cortesía

Por César Najarro | Twitter: @cjnajarro

2020-06-10 5:20:27

La historia de Leo Ruano no es la única en el país. Como muchos otros en esa época, empacó su maleta de sueños y partió rumbo a Costa Rica, a donde algunos atletas de la escuela que dirige, Leones, tendrían un evento Open y un clasificatorio rumbo a los Juegos Olímpicos.

Era un 5 de marzo, y jamás se imaginó que tendría que pasar casi tres meses en Costa Rica por un viaje en el que planeaba estar fuera 8 días. Pero todo cambió en la región y el mundo últimamente, y a Leo no le quedó otra que asumir la situación. Trató de afrontarlo de la mejor manera, sin victimizarse y con la garra deportiva que aprendió del deporte que tanto ama, el taekwondo. Hecho mano (por suerte tenía de dónde) de unos ahorros y, cuando se acabó el evento en Costa Rica, alquiló un apartamento a la espera de que todo mejorara en la región centroamericana.

Lejos de ello, la situación empeoró. Ruano estuvo en comunicación con su equipo en la escuela, con los entrenadores, y, de manera conjunta, comenzaron a adecuar la escuela para transformarla en virtual al darse cuenta que “esto iba para largo”.

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En medio de la incertidumbre que lo albergaba, siguió entrenando por su cuenta para mantenerse física y mentalmente activo, pero, además, consiguió para su escuela y para el deporte del taekwondo echar a andar algunos proyectos especiales.

“Desde que se cancelaron las clases a nivel nacional, empezamos a encender nuestras alarmas. Yo varado en Costa Rica, comencé a comunicarme con el área administrativa del equipo, con los instructores, alumnos, primero con el equipo de competencia, que apenas dejó de entrenar un día. Comenzamos enviándoles videos, tenemos un grupo de chat, mientras yo me establecía en Costa Rica”, contó Ruano, quien alquiló un apartamento mientras esperaba por poder viajar de nuevo a El Salvador.

Charla con atletas de taekwondo y los hermanos estadounidenses Jean y Steven López, campeones mundiales y olímpicos.

Luego de 2 semanas con esa metodología, pasaron a utilizar la aplicación Zoom y a reestructurar la escuela. “La gente respondió positivamente, logramos un buen porcentaje de retención, y los chicos, desde principiantes hasta los seleccionados, siguen entrenando sin parar”, cuenta.

De hecho, también aprovecharon la alianza con Fitness Junkies, quienes les apoyan en la parte física, y desarrollaron también una estrategia de ponencias especiales. “Comenzamos con una licenciada, Evelyn García, reconocida nutricionista a nivel nacional e internacional, sobre cómo tener una buena alimentación en medio de la pandemia y con presupuesto recortado. Tuvimos casi 100 asistentes”, cuenta.

Luego, tuvieron otra con el psicólogo deportivo mexicano Daniel Garduño, con el director de una academia de taekwondo de Nuevo León, México, Benjamín Barrera, un salvadoreño radicado allá. También con el maestro de selección infantil azteca Carlos Cortés, con el dos veces olímpico Kristopher Moitland, mundialista y medallista panamericano de Costa Rica, entre otros invitados.

Pero la cereza al pastel se estaba cocinando con los estadounidenses Jean y Steven López. El primero, uno de los mejores entrenadores de la historia del taekwondo, subcampeón del mundo en 1995, multimedallista panamericano y coach de sus tres hermanos en el Campeonato del Mundo de 2005, a donde los tres fueron campeones. El segundo, 5 veces campeón mundial, 2 veces campeón olímpico (además de un bronce), multimedallista panamericano e internacional.

El problema es que, en medio de todo eso, de armar estos eventos, de lidiar con la incertidumbre en Costa Rica, lejos de la familia, con el Covid-19 expandiéndose, por fin recibió la noticia que podría viajar a El Salvador. Y cayó justo el 29 de mayo, el día que estaba prevista la charla especial con los López.

Pese a todo, al temor de que no le dieran los tiempos, de que podría terminar en un centro de contención a donde no tuviera señal para conectarse a internet, no canceló el evento. Se la jugó y tuvo éxito. Ingresó ese día al país y fue enviado a un hotel capitalino que está sirviendo de centro de contención, a donde no tuvo nada de qué quejarse, según contó.

Charla con atletas de taekwondo y los hermanos estadounidenses Jean y Steven López, campeones mundiales y olímpicos en una plataforma de videollamada.

La charla, algo inédito en el país con atletas de esta calidad, fue extensiva no solamente para los atletas de Leones, sino que pudieron conectarse de otras escuelas maestros y entrenadores, inclusive algunos de escuelas amigas fuera del país. Bajo el enfoque de “Vencer la adversidad… el reto de un campeón”, los López narraron parte de su carrera, pero sobre todo, lo más duro que tuvieron que ir superando para convertirse en leyendas.

Entre otros mensajes, Jean contó que cuando empezó a entrenar, lo hacía en un garaje, en un piso de cemento, y que cuando ya estaba en la selección de Estados Unidos, sus sparring eran sus hermanos menores, y que ni siquiera tenía un entrenador específico que lo guiara. “Eran más las ganas de superarse, y así llegó al campeonato del mundo por primera vez, a donde logró medalla de plata”, explicó Ruano.

Finalmente, tras ser examinado por Covid-19 ya en cuarentena en El Salvador, el pasado lunes regresó a su casa, 95 días después de partir, a donde tendrá que realizar una cuarentena de 15 días más.

“Lo logré, al fin en casa. Test Negativo de Covid-19”, contó en redes sociales, a la vez que agradeció a todos los que estuvieron pendientes de él, y a las personas que le ayudaron. A la vez, añadió: “espero pronto puedan regresar todos los salvadoreños que aún se encuentran varados fuera de nuestras fronteras, cada quien con diferente situación… empaticemos con ellos, si alguien puede ayudar, ayude…”.