Cuando Susana Rodríguez Gacio nació (España), pronto sus padres notaron que era diferente, pero no por su tono de piel, o porque apenas veía. Nació con albinismo, y con apenas el 10% de visibilidad.
Ahora, a los 33 años, se prepara para escribir historia en los Juegos Paralímpicos, a donde correrá hoy en el triatlón, y aspira a conseguir medalla. Apenas 48 horas después, lo hará en los 1500 metros en Tokio. Y todo, meses después de estar combatiendo en primera línea el covid-19, pues es doctora.
De niña, sus padres la pusieron en natación como un intento de que superara barreras y se valiera por si misma, sin saber que eso marcaría su destino. Pronto se enamoró de este deporte y comenzó a formarse, sin saberlo, como una gran paraatleta. Con el tiempo, conoció también el atletismo y el ciclismo, y encontró en el triatlón la fórmula perfecta.
Fue entonces que, con apoyo de su hermana y del resto de su familia, fue progresando, hasta que, en 2012, dio la campanada al lograr un campeonato del mundo.
Ahí se fijó como meta que quería ganar en los Juegos Paralímpicos, pero su sueño se frustró al no poder asistir a los Juegos de Pekín. Entonces, se enfocó en otra cosa, y estudió medicina, aunque nunca dejó de entrenar.
Terminó la carrera y, a la vuelta de la esquina venía Río 2016, a donde logró la clasificación y su oportunidad de brillar, pero acabó en quinto lugar. Desde entonces, ha combinado su trabajo de doctora con el deporte y se clasificó para los Juegos de Tokio 2020, a donde aspira a coronar una carrera de éxitos.
En medio de todo esto y la preparación, también enfrentó en primera línea la pandemia del Covid. Su historia da para un libro, y fue hasta portada de la revista Time.
En estos Juegos, se convertirá en la primera en competir en triatlón y a los días en los 1500 metros, y lo mejor de todo, aspira a medalla.