El coronavirus golpeó duro al deporte. Sin duda que la decisión de aplazar los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 para el año próximo ha sido la medida más acertada. Sin embargo, trae consigo una serie de consecuencias, directas e indirectas, que vale la pena enumerar. Es una especie de efecto dominó que originará pérdidas monstruosas, obligará a replantear calendarios y a renegociar contratos, entre muchas otras cosas. Aquí van 30 detalles:
1- Posponer los Juegos tendrá un costo extra para Tokio entre 2,700 y 5,800 millones de dólares, ya que debe pagar alquiler un año más por escenarios, empleados y seguridad, además de reservar hotel para todos los oficiales del Comité Olímpico Internacional (COI) para el año siguiente. Eso se suma al costo original, que era de 28,000 millones de dólares.
2- No siquiera con los gastos extra por la postergación, Tokio 2020 no serán los Juegos más caros de la historia. Sochi 2016 tiene el récord insuperable: 51,000 millones gastaron los rusos para sus juegos invernales. Los de Beijing 2008 costaron 40,000 millones.
3- Había 8,7 millones de entradas, de las cuales 4,48 millones ya fueron vendidas al público y agencias de viaje. Aún no se ha decidido si se rembolsará el dinero.
4- Se estimaba una asistencia de cerca de 600,000 turistas extranjeros, que a partir de esta decisión cancelarán sus vuelos y sus reservas de hotel.
5- Otro problema es la Villa Olímpica. Al finalizar los Paralímpicos, el complejo de 23 torres de concreto empezaba su reacondicionamiento para convertirlos en apartamentos para vivienda. Gran parte de esos 4,145 inmuebles ya han sido vendidos e iban a ser ocupados en marzo de 2023. Ya no podrá ser así y tendrán que compensar a los propietarios.
La llama Olímpica llegó a Japón.
Así vivimos este momento histórico en la Base Aérea de Matsushima, en la prefectura de Miyagi, una de las áreas afectadas durante el Gran Terremoto del Este de Japón.
El #RelevoDeLaAntorcha comenzará el 26 de marzo. pic.twitter.com/NPG5MT2rOD
— #Tokio2020 en Español (@Tokyo2020es) March 20, 2020
6- En un hecho sin precedentes, la llama olímpica permanecerá más de un año en la ciudad anfitriona. Llegó el 20 de marzo desde Grecia, pero su recorrido quedó cancelado. El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, pidió que se quedara en Fukushima, la prefectura que más sufrió por el terremoto y el tsunami de 2011.
7- A pesar de que se disputarán en 2021, los Juegos se seguirán llamando Tokio 2020. Eso evitaría cambiar el logo y todos los souvenirs con el nombre y año de los Juegos que ya fue producido. En total, son 1,497 productos que se pueden conseguir online.
8- Las medallas también llevarán Tokio 2020 debido a que ya están listas. Son 5,000 unidades, realizadas en parte con material reciclado de miles de teléfonos celulares y otros dispositivos electrónicos. Volver a hacerlas implicaría un costo significativo.
9- El cambio de año podría costarle a Nike y Adidas, las dos principales marcas deportivas, unas pérdidas entre 50 y 100 millones de dólares, según Business Insider.
10- Si bien no se sabe en qué mes de 2021 se realizarán, la lógica indica que lo más probable es que sea entre julio y agosto. Exactamente un año después de las fechas originales. Es decir, en el verano del hemisferio norte.
11- Postergar un año los Juegos obligará a otras competiciones a cambiar de fecha. El más afectado sería el Mundial de Natación, programado para agosto de 2021 en Fukuoka, Japón… entre julio y agosto.
12- Otros eventos que podrían sufrir modificaciones son el Mundial de Atletismo de Eugene, Oregon (EEUU), en agosto. Y también el Mundial de Gimnasia de Copenhague, en octubre.
13- También corren riesgo de aplazarse los I Juegos Panamericanos Júnior de Cali (Colombia) en julio; y los Juegos del Sudeste Asiático de Vietnam y los Juegos del Mediterráneo de Orán (Argelia).
14- Nuestros Juegos Centroamericanos, programados para noviembre en Santa Tecla, podrían pasarse para 2022, pero con el inconveniente de que choquen con los Centroamericanos y del Caribe de Panamá. Si éstos pasan para 2023, coincidirían con los Panamericanos Santiago de Chile 2023. Y así sucesivamente…
15- Una saturación de calendario, sobre todo si coinciden Juegos Olímpicos y Mundiales de Atletismo y Natación, pone en aprietos a los atletas, que deberán priorizar una de los dos competiciones. Como se sabe, los deportistas -sobre todo en disciplinas individuales como natación y atletismo- trabajan con microciclos, con cargas y descargas físicas programadas para estar en su pico de rendimiento en un momento determinado, no en dos.
16- Aunque no cambiarán de fecha, los Juegos Olímpicos de Invierno Beijing 2022 perderán algo de protagonismo. Se disputarán apenas seis meses después de Tokio 2021 -en caso de realizarse entre julio y agosto-, con lo cual no tendrían la promoción habitual.
17- El comité organizador emplea 3,500 personas, de los cuales muchos serán cesados para reducir costos. En el mejor de los casos, algunos podrían volver a ser recontratados el año próximo.
18- Salvo excepciones, la mayoría de los 43 escenarios son privados y estaban alquilados por la organización de Tokio 2020 a un costo de 477 millones de dólares. En muchos casos, las sedes ya estaban acondicionadas para los deportes y desmontarlas llevaría tiempo y dinero. Solución: pagar un año completo de alquiler. Problema: varios lugares ya están reservados para otros eventos en 2021.
19- Un dolor de cabeza para los comités olímpicos y gobiernos es que tendrán que decidir si mantienen por un año más las becas a los deportistas, es decir hasta que terminen los Juegos.
20- Se supone que ningún deportista ya clasificado para los Juegos perderá su plaza por el cambio de fecha, pero en muchos casos el cupo es del país y no de alguien en específico. Dependiendo el deporte, podría ser que el representante del país sea el que esté mejor en 2021 y no el que iba a ir en 2020.
21- De los 11,000 deportistas que participarán, solo el 57% ya tienen plaza segura. El 43% aún está pendiente. Surgirán de los torneos clasificatorios, cuya mayoría fue suspendido por la crisis del coronavirus de los últimos meses. En el caso de El Salvador están pendientes del tiro con arco, fútbol, surf, karate y pesas, entre otros.
22- Los clasificados en tenis surgen, salvo algunas excepciones, de los primeros 90 del ranking de la ATP y WTA. Los que estaban bien ubicados en junio de 2020 iban a estar en Tokio, pero el ranking de junio de 2021 puede cambiar todo.
23- Uno de los más perjudicados es Roger Federer, a quien la edad empieza a pasarle factura en lo físico. Llegará a Tokio ya no con 39 años sino con 40.
24- Entre los más beneficiados por el cambio de año hay que apuntar al nadador francés Mehdy Metella, que en enero sufrió una intervención quirúrgica en su hombro y había dicho adiós a los Juegos. Tokio 2021 le devuelve la oportunidad de participar.
25- Algunas marcas de indumentaria como Nike, Adidas o Puma podrían perder a algunos de sus deportistas emblemáticos. Muchos contratos de patrocinio finalizan en 2020, tras el cierre del ciclo olímpico. ¿Qué pasará con ellos en 2021?
26- El fútbol olímpico también genera dudas, ya que el reglamento dice que los jugadores tienen que ser menores de 23 años, salvo tres refuerzos mayores. Ahora, al realizarse en 2021, muchos jugadores excederían el límite de edad. Por ejemplo, Lautaro Martínez podría haber jugado para Argentina en 2020, pero no en 2021. ¿Darán permiso especial para que el fútbol sea Sub24 por esta vez?
27- Los organizadores deberán hacerse cargo de los gastos de mantenimiento del Estadio Olímpico durante un año más: se estiman en 21 millones de dólares.
28- La industria hotelera esperaba ocupar 46,000 habitaciones por día durante los Juegos. Ahora habrá habitaciones de sobra.
29- A pesar de que a todos los sponsors oficiales del COI se verán afectados, cinco de las marcas principales, Procter & Gamble, Intel, Airbnb, Coca-Cola y Samsung reafirmaron su compromiso con los Juegos. Otro, como el caso de Bridgestone, anunció que “buscará soluciones creativas” para afrontar la postergación.
30- Uno de los grandes perdedores es el canal estadounidense NBC, dueño de los derechos televisivos a cambio de 1,000 millones de dólares, según The Washington Post. Planeaban transmitir más de 5,000 horas de programación deportiva en sus diferentes plataformas y ya tenían vendido la mayoría de sus espacios. Ahora tiene la grilla vacía para julio y agosto de este año, y además debe negociar con los sponsors para trasladarlos un año más tarde.