El Salvador estuvo lejos de acercarse a sus mejores desempeños en Juegos Olímpicos, pero los atletas que representaron al país lo dejaron todo en Tokio 2020 y se marcharon con la frente en alto.
Este lunes pasado, culminaron su participación, en donde se marcó el debut a este nivel de la nadadora Celina Márquez, Argentina Solórzano (primera boxeadora del país en olimpiadas) y José Salazar (atletismo), mientras que Enrique Arathoon y Marcelo Acosta asistieron por segunda ocasión.
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Los cuscatlecos se fueron con la frente en alto tras dar lo mejor de sí al tomar en cuenta las condiciones estructurales del país.
En el caso particular de Solórzano y Salazar, básicamente la preparación fue local. El de atletismo tuvo un evento internacional, y la pugilista aprovechó una estadía en Florida para poder foguearse un poco. Acosta y Márquez sí estuvieron practicando y compitiendo en Estados Unidos, y lograron tener ciertos eventos de corte internacional.
Arathoon fue el que más estuvo fuera del país, pero la mayoría de eventos en los que participaría, se cancelaron debido a la pandemia.
En relación a Centroamérica, ningún atleta de la región ha logrado aún presea, aunque Guatemala estuvo muy cerca con Kevin Cordón, quien disputó medalla de bronce en el bádminton masculino, pero cayó con Anthony Sinisuka, de Indonesia.
Además, tuvo otro atleta en una final, el nadador Luis Martínez, en los 100 metros mariposa, quien acabó séptimo. Y también colocó a Luis Grijalva en la final de los 5000 metros. Hasta la fecha, Guate es el país que más lejos ha llegado de la región en Tokio 2020.
Del lado de El Salvador, Chelo Acosta acabó 31° de 34° nadadores en los 800 mts. libres con un tiempo de 8:03.01, su mejor marca de la temporada; y fue el 25° en los 1500 metros, siempre estilo libre, con 15:27.37, entre 29 competidores.
Márquez logró ser la mejor latina en los 200 metros dorso con 2:14.72, su segundo mejor tiempo en su historia, y acabó en la casilla 23, nada mal para la debutante de este deporte en olímpicos; y acabó en la casilla 36 de 43 en los 100 mts., del mismo estilo, con 1:03.75.
Por su parte, Enrique Arathoon llegó a estar en el top ten tras las primeras regatas de la vela en la modalidad láser, pero, en la medida en que avanzó el evento, fue relegado y no pudo clasificarse a la “Medal Race” o carrera por las preseas, a la que se meten los mejores 10. Cerró su participación en el puesto 23° de 35°.
Además, el corredor Salazar acabó 45° con 21.66 en los 200 mts. planos de 50 atletas, y no consiguió establecer un nuevo récord nacional, que era su objetivo personal. Este sigue en poder de Rubén Benítez (impuesto en 1997 con 21.05 segundos).
Por su parte, la cuscatleca Argentina Solórzano se convirtió en la primera salvadoreña pugilista en Juegos Olímpicos, tras clasificarse gracias a su ranking mundial.
Después de haber quedado fuera en el preolímpico, pero con la cancelación de múltiples pruebas por la pandemia, la Federación Internacional de Boxeo tuvo que buscar otro método para definir a todos los que irían a Tokio 2020, y ahí le valió a Solórzano el haber competido a nivel internacional previamente. Vale aclarar que Arathoon se clasificó directamente, mientras que tanto los nadadores como el corredor lo hicieron vía cuota de país.
“Feliz por competir en unos Olímpicos, tener la experiencia de hacerlo con los grandes”, dijo Salazar. Acosta resaltó que “fue mejor de lo que esperaba, respondí bien. Se hizo lo que se pudo con el tiempo y los recursos que tuve”.
“Di lo mejor, pero la rival era mucho más rápida. Me voy súper feliz”, dijo Solórzano, tras caer por decisión unánime contra la japonesa Sena Irie, ganadora del oro eventualmente en la división pluma. Por su parte Márquez, reflexionó hacia futuro: “Contenta por mis primeros Juegos... todavía falta más y espero la próxima sea mucho mejor”.
En Atlanta 1996, una salvadoreña, Maureen Kaila Vergara fue quinta en la carrera por puntos del ciclismo, lo más cerca que ha estado un salvadoreño del podio olímpico.