La doble campeona del mundo de patinaje de velocidad, Elise Christie, es la protagonista de una historia que ha conmovido al mundo. Nada detiene sus deseos de estar en los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín 2022, tanto, que se ha visto obligada a combinar el tiempo de sus entrenamientos con un trabajo como repartidora de pizzas para recaudar parte de lo que necesita para acudir a la cita deportiva.
Y es que el británico “Daily Mirror” destaca que los deportistas de invierno de ese país se han visto afectados con un recorte de presupuesto de unos 10 millones de dólares, por lo que no pueden dedicarse a tiempo completo a entrenar, lo que los obliga a buscarse cómo subsistir sin tener que sacrificar el deseo olímpico.
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Christie, que vio cómo su equipo perdió la financiación para los Juegos de Pekín, reparte su tiempo con los entrenos, durante el día; y su trabajo “alterno” por las noches en Nottingham, aun sin perder el optimismo. “De atleta por las mañanas a pizzera nocturna”, escribió en sus redes sociales.
Campeona mundial en 1,000 y 1,500 metros en 2017, la vida de Christie muestra el sacrificio que tienen que hacer muchos deportistas para llegar a cumplir sus sueños deportivos. Ella quiere sacarse la espina de Sochi 2014 y Pyeongchang 2018, donde no ganó medalla y que incluso le generó amenazas de muerte.
Está convencida de que estos serán sus juegos y que los culminará con una medalla olímpica. “Estoy entrenando para ganar una medalla olímpica en los próximos juegos. Y entonces espero tener una retirada feliz y un final feliz para mi carrera deportiva”, le dijo la patinadora de 30 años a la BBC. Quién sabe y la próxima vez algún vecino de Nottingham reciba su pizza de manos de una medallista mundial.