La presión de la comunidad internacional sobre China en relación a las violaciones de Derechos Humanos continúa y, paralelamente, avanzan también los llamados a boicotear los Jueos de Invierno, que se disputarán en dos meses en Beijing.
A inicios de noviembre, la tenista china Peng Shuai, excampeona mundial de dobles, denunció al ex viceprimer ministro, Zhang Gaoli, de haberla obligado a tener relaciones sexuales. Lo hizo a través de una red social conocida como Weibo, una especie de Twitter chino pero que es controlado por el estado.
Rápidamente, el mensaje fue eliminado por las autoridades, pero las capturas de pantalla de usuarios se viralizaron y alertaron a diversas organizaciones, entre ellas, la Asociación de Tenistas Profesionales, una de las primeras instituciones en pedir públicamente a China pruebas de vida de la jugadora.
A dos meses y medio de que arranquen los Olímpicos de Inviertno, cada vez son más las voces que se pronuncian a favor del boicot con el fin de presionar a China para que garantice los Derechos Humanos de su población.
Joe Biden, presidente de Estados Unidos, dijo que están considerando un boicot diplomático a los Juegos, pero no hay nada oficial hasta el momento. A esto, se han sumado activistas de varias organizaciones que critican la situación en China.
“Es cada vez más difícil decir: ‘No estamos haciendo nada político. Sólo hacemos negocios’”, dijo al diario The Washington Post Yaqiu Wang, la investigadora principal de China en Human Rights Watch.
La Asociación Femenina de Tenis emitió un comunicado tras unas imágenes que China emitió sobre la tenista: “Aunque es positivo verla, no está claro si está libre. Este video por sí solo es insuficiente”. La organización ha amenazado con retirar todas las competiciones oficiales que se realizan en China y excluirlo de la lista de sus miembros si no dan garantías reales de que Peng Shuai está bien.
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