Las artes marciales se han convertido en una disciplina practicada por muchos para la protección personal, deporte, mejorar la salud, obtener una mejor disciplina mental y lograr autoconfianza; pero para Gloria Chicas y Alexis Ochoa la práctica de este arte ha sido la cuna del nacimiento de su amor y la conformación de una familia que ahora vive, respira y subsiste a través del taekwondo.
“El taekwondo ha sido una parte importante de mi vida, me ha dado a mi esposo (Alexis Ochoa), a mi hija (Keila Ochoa) de tres años y medio y ahora se ha convertido en nuestro sustento, mi niña practica el taekwondo desde que tiene un año y tres meses, ahorita ya es cinta blanca con puntas amarillas”, Señaló Gloria Chicas, directora y maestra de la escuela de taekwondo Dragones.
Mientras muchos habitantes del oriente del país se deciden a emprender el viaje en caravana a Estados Unidos, Álex Lagos, se las ingenia con un negocio de venta de leche de cabra
Chicas agregó que la más pequeña de la familia ya ha participado en cinco torneos profesionales y que han decidido junto a su esposo enseñarle el arte marcial que los unió como pareja para que ella aprenda valores, disciplinas y a ser competitiva, algo que según la pareja le ayudará mucho cuando sea adulta.
Gloria fue la primera integrante de la familia Ochoa Chicas en meterse al mundo de las artes marciales, recuerda que tenía nueve años cuando empezó a practicar el Lima Lama.
“En ese momento quizás lo hice (sonríe) más porque me críe con hermanos varones y era más por defenderme de ellos, que por competir, pero poco a poco me fue gustando, pase bastante tiempo en el Lima Lama”, explicó Gloria.
Al cumplir los 17 años la ilusión por convertirse en una ingeniera en sistemas obligó a Gloria a dejar a su familia y su natal Los Naranjos, en Usulután, para emigrar hasta San Salvador, donde dejó de practicar el Lima Lama y conoció el taekwondo.