"Por la guerra, mis padres debieron irse del país": La historia del boxeador salvadoreño que pelea por ser el mejor en Italia

El boxeador ítalo-salvadoreño, Douglas “The King” León, está despuntando en Europa. Lleva casi siete años de carrera, es pizzero de oficio, y sueña con representar a El Salvador y ser campeón profesional

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En plena concentración, en el cuadrilátero, León espera el momento para conectar un golpe. Foto EDH/Cortesía Douglas León

Por Varinia Escalante | Twitter: @VSkalanT

2021-03-05 5:55:45

Su última prueba, para que su nombre se escuchara con mayor impulso en la tierra de sus raíces, fue en enero. Douglas “The King” León se subió al ring, a pelear por el título del campeonato nacional de boxeo amateur de la Federación Pugilista de Italia, en la categoría de los 52 kilos.

Pero el ítalo-salvadoreño se quedó con la medalla de plata. Logró ser subcampeón en su otra patria, en la máxima categoría del boxeo en este nivel y de esa división, tras enfrentar y perder por decisión unánime ante el local Patrick Cappai. Una pelea que se sumó a los números que han ido creciendo junto a sus puños en este deporte.

El boxeador salvadoreño León "The King" Chávez con puños de plata en Italia

Una carrera que inició cuando tenía 18 años (más de seis) y que lo ha acompañado en su desempeño como pizzero, labor de la que ahora está alejado porque por la pandemia del Covid-19 el tema de los restaurantes se vino a la baja. Así que ahora en día, junto a sus entrenamientos, trabaja como repartidor de distintos productos, en una empresa de encomiendas, pero no deja de pensar en su futuro y en El Salvador.

¿De dónde viene la raíz salvadoreña?

Yo soy nacido en (la ciudad de) Como, de padres salvadoreños. Madre y padre que en los años 80, por motivos de guerra, tuvieron que alejarse del país. Mi mamá es de San Salvador y mi papá de Concepción Quezaltepeque, Chalatenango. Yo nací, estudié y me crie aquí. Pero siempre he estado cerca del país, sintiéndolo parte de mí.

¿Conoce El Salvador, lo ha visitado?

Son 12 años en que yo no voy, pero estamos esperando noticias y tal vez logre ir gracias al deporte. He ido a San Salvador, y al pueblo donde vivió y estudió mi papá. Esperamos que este 2021 sea el año en que pueda ir otra vez.

30

Ese es el registro, a nivel amateur con la Federación italiana, que posee. Su récord es de siete derrotas, cinco empates y el resto son ganadas (18).

¿En qué momento llegó al deporte?

Viene de mi papá, que es un exentrenador de fútbol. Siempre ha sido un aficionado al deporte. Y, desde pequeño, me apoyó en lo que yo decidiera, y opté por el básquetbol. Lo practiqué por 12 años, jugaba como el que construye la acción, llegué a altos niveles y representé a mi región en Italia. Pero lo dejé y a los 18 años empecé con el boxeo. Dejé un periodo, porque tuve que ir al exterior a trabajar, pero solo fue una pausa, y apenas regresé rápido fue a ponerme los guantes.

En plena acción. León (izq.) mete un gancho de zurda a un rival, durante una pelea pasada. Foto EDH/Cortesía Douglas León

¿Por qué dejó el baloncesto?

En esos años, cambiaba casa, escuela, amistades, ya no estaba concentrado en el deporte. Esa es la parte mala de mi historia deportiva, porque no supe seguir al deporte, preferí seguir las amistades. Luego, cuando ya lo había dejado, me faltaba el deporte, entrenarme, los vestidores. El boxeo lo empecé con unos amigos. Lo empecé no como peleador, sino solo para entrenar, como fitness.

¿Cuándo se da cuenta de quería dedicarse a boxear?

Empecé a verme como peleador gracias a mi entrenador (Suat Elaze, campeón italiano y profesional), quien es el primero y único, que me decía: podrías hacer algo, podrías exprimirte, porque lograste hacer cosas que otros tienen años y no lo logran, a vos te sale más natural. Así empecé a convencerme en que podía hacer algo en el boxeo, porque de entrenarme a pelear hay bastante camino.

“No hay más que agradecimiento de llevar los colores de El Salvador y ponerlo en alto, porque es lo quisiera hacer: representarlo”

Douglas León, La Frase.

¿En qué momento da el paso a lo formal?

Desde la segunda pelea, yo no quería boxear ya. Empecé con dos peleas, dos derrotas; la tercera, la empaté; y la cuarta, perdí. Dije: no, ya no tengo ganas, voy a seguir entrenando, pero ya no más. Y ahí fue donde mi entrenador supo mantenerme interesado en encontrar la victoria. Ahí fue donde continué entrenando con la mentalidad de querer ganar. Después de la cuarta pelea, hubo unas cuantas que ya no perdí y dije: sí, tenía razón, es mejor escuchar a quien tiene más experiencia.

Tuvo una corta pausa...

Vino el periodo en que me tuve que ir de Italia. Fueron dos años. Antes de boxear, ya había empezado a trabajar, para ayudar a mi familia y para sostenerme. Así que cuando se me dio esta oportunidad en el exterior, en Dinamarca, decidí irme. Este deporte no te sostiene económicamente, no te da la oportunidad de vivir de esto, hay que a sacar otras opciones.

Pero lo retomó rápido

Cuando regresé, me di cuenta de que estaba dejando pasar mucho tiempo y tenía que regresar a lo que realmente me gusta, a mi sueño. Y, desde que volví, solo he perdido dos veces: hace dos años, una calificación para las fases finales de los campeonatos nacionales; y la otra, la final de este año (2021), donde conquisté la plata a nivel nacional.

¿Cuáles son sus números en peleas?

Estoy con la Federación Italiana. En el boxeo, hay dos diferencias: el amateur y el profesional. Yo hago parte de la primera, y mi récord es de 30 peleas, tengo siete derrotas, cinco empates y el resto son ganadas (18). Y, desde que regresé, tuve la oportunidad en noviembre 2020 de enfrentar al número uno de la clasificatoria AIBA, que es de la nacional de India (Amit Panghal), y empaté con él, quien es el favorito para las próximas olimpiadas. Y con el que perdí (Cappai), en la actividad juvenil, ha sido fuerte y ha participado mundiales.

Un afiche de León por parte de la Asociación Salvadoreña de Boxeo. Foto EDH/Cortesía ASABOX

¿Cuáles fueron las peleas que recuerda?

Desde que regresé, tuve la oportunidad en noviembre 2020 de enfrentar al número uno de la clasificatoria AIBA, que es de la Nacional de India (Amit Panghal), y empaté con él, quien es el favorito para las próximas olimpiadas. Y con el que perdí (Cappai), que en la actividad juvenil ha sido fuerte y ha participado en mundiales.

¿Cómo lo han marcado?

Con el indiano, empatar fue una gran satisfacción, porque hacerlo con el favorito para la próxima olimpiada, ya con solo pelear, es un privilegio. Y empatarlo, de manera buena, fue importante. Luego, la derrota de la final del campeonato italiano me ha dado fastidio, porque perdí simplemente por inexperiencia y emociones.

¿Qué valor les da?

Esto no lo había dicho. Pero hace dos semanas, participé de un campamento de 10 días con la Nacional italiana, en el que asistí y tuve la oportunidad -a nivel de entreno- de volver a enfrentarme con el de la final (Cappai) y demostré que hubiera podido ganar. Ha sido una experiencia que no me esperaba. Así que (de las peleas), a nivel de resultado, lo mejor fue con el indiano; a nivel de satisfacción personal, esto es más grande (la segunda con Cappai), y aunque solo fue un entreno, hacerlo (ganar) es bonito, satisfactorio.

¿Cuáles son sus fortalezas?

Físicamente, siempre he sido entrenado por alguien que le gusta bastante el golpe fuerte, por eso muchos me ven proyectado al boxeo profesional respecto al amateur. Luego, me ha ayudado ser bastante cercano a mi familia, que siempre me ha apoyado, y esto me da fuerza a nivel mental.

“Sin una ayuda, uno no se puede seguir adelante. Una economía lo hace parte al ser humano, no es una película de Hollywood de ‘sigue tus sueños’, esto es vida real, y del boxeo no se vive”

Douglas León, La Frase.

Y en sus puños, ¿cuál es el dominante?

Soy un peleador que le gusta bastante hacerlo con inteligencia, pero si logro resolver el problema lo hago con mi gancho derecho.

¿Qué acercamientos hay para que vista el azul y blanco?

De El Salvador, he recibido contactos a nivel informal, no oficiales, que no puedo tenerlos más que como palabras. Que a mí me gustaría es obvio, porque yo me reconozco aquí como salvadoreño en Italia. Para mí, sería lo máximo representar a El Salvador.

Y qué le genera pensar en representar al país

Siempre he visto junto a mis papás eventos deportivos, y verlos y escuchar el himno es satisfactorio. Cuando las
personas han emigrado, ese calor del país es una cosa que hace falta. Es un sueño de cualquier deportista desfilar con los colores de su propio país, y siempre me he reconocido como salvadoreño.

Con orgullo, este ítalo-salvadoreño muestra al pecho la plata que cosechó en las finales del campeonato de su otra patria. Foto EDH/Cortesía Douglas León

¿A qué se dedica, además de boxear?

Siempre he trabajo en lo que es la cocina, soy pizzero, alguien que hace pizzas. Pero ahora, en Italia, por el tema de la pandemia, los restaurantes han resentido eso. Pero gracias a un amigo de mi barrio tuve la oportunidad de entrar en una cadena de correo que llevamos y retiramos paquetes. Es el único trabajo seguro, porque no paran. Lo hago de lunes a sábado, por ocho horas, y luego entreno.

¿Cómo es su día a día?

Mi rutina es, normalmente, de las 7:30 de la mañana a las 6:00 de la tarde. Luego, me entreno de las 7:00 a las 8:30 de la noche, cinco veces a la semana. Pero cuando tengo una preparación, como la de diciembre y enero, para participar en los campeonatos de Italia, era de las 5:00 a las 6:00 de la mañana, correr, prepararme para ir al trabajo, regresar; y luego, por la tarde, igual entrenar otra vez (mismo horario). Bajo preparación, me entreno el sábado por la mañana, sino descanso.

¿Qué ha significado para usted el boxeo?

El deporte en general lo ayuda bastante a uno, cuando está joven. Es algo sano, para uno como persona es mejor, pero hace parte de la vida cometer errores, y cuando uno crece y tiene ojos diferentes lo ve. Yo le aconsejara a los menos expertos, sin considerarme experto, pero quizás con más experiencia, el hecho de que escuchar a la familia es importante, y mis papás siempre me lo han dicho. Además, me gustaría decir que quisiera recibir esa ayuda de El Salvador para poder representarlo. Pero sin una ayuda no se puede seguir adelante, una economía lo hace parte del ser humano, no es una película que es solo seguir su sueño, es vida real. Hay que decirlo. Sigue tus sueños es de película, de Hollywood, y uno debe vivir su realidad.

¿Qué le dice su entrenador de representar a El Salvador?

Desde que le dije que había sido contactado de El Salvador me dijo: aseguráte de que sean cosas verdaderas, efectivas, porque hasta ahorita solo son palabras, han quedado en el aire. Mi entrenador como sea, me apoya en lo que sea, solo quiere mi bien, me lo ha demostrado muchas veces.

¿Cuáles son sus sueños en el boxeo y las ilusiones que anhela lograr?

Representar a El Salvador, a nivel amateur. Este es mi sueño más cerca, para 2021 y 2222. Luego, pasar al mundo de los profesionales, representar mi apellido León y buscar un título. Llegar lo más alto posible como Douglas León.

En plena acción. León (izq.) mete un gancho de zurda a un rival, durante una pelea pasada. Foto EDH/Cortesía Douglas León