BÉISBOL: El oro salvadoreño que cumplió 30 años

La selección de béisbol que ganó la presea centroamericana en 1990 recordó la hazaña

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Foto: Cortesía COES

Por Colaboración COES

2020-01-13 4:00:01

Vivencias, alegrías y deportividad. Todo eso se reunió en la celebración y el recuerdo del 30 aniversario de la medalla de oro regional, que obtuvo el equipo de béisbol salvadoreño en los IV Juegos Deportivos Centroamericanos, en 1990. El homenaje se desarrolló en Santa Tecla, y fue organizado por el Comité Olímpico de El Salvador (Coes), en coordinación con la Federación Salvadoreña de Béisbol (Fedebeis).

Contra todo pronóstico, El Salvador se adjudicó en aquella ocasión la presea dorada en Tegucigalpa, Honduras, al vencer en la final a la poderosa Nicaragua. Y el sábado, el grupo se encargó de rememorar esa hazaña deportiva.

El presidente del Coes, Eduardo Palomo, dijo en su mensaje: “Agradecemos a Juan (Cárcamo), de la Pizzería la Clásica, que nos recibe como en nuestra casa. Lo más importante en el deporte es la amistad, uno de los valores del olimpismo, y queremos que esta medalla que obtuvieron en el ‘90 siga viva”.

El primero que se presentó al evento fue Carlos “el Cipote” Avilés, quien fue el preparador físico del equipo. “Lo que más recuerdo fue la integridad y la entrega del equipo, para el triunfo”, declaró.

También asistieron Óscar “Pipa” Ruiz, que jugaba en la tercera base; Vladimir Acosta, el catcher y el más joven del equipo, quien inició como carga bates; y Cirilo Errington, el entrenador, y quien además le dio la oportunidad a Acosta de jugar.

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De igual modo, se sumaron Alberto “Chele” Valdivieso, quien jugó de primera base; Armando “Choco” Renderos; Mario “Petunia” Flores, el más veterano del equipo; también Rubén “Bicho Ben” Rosales, que se desempeñó de jardinero izquierdo y de derecho, y quien fue el que hizo el último out.

Por su parte Elman Villalta, el delegado, manifestó: “Mi labor era atender a los jóvenes, sus necesidades, y lo sigo haciendo voluntariamente”. Un punto especial es que su hijo, Aurelio Villalta, jugó de lanzador. “La vivencia que no olvido es cuando le ganamos a Nicaragua y los periódicos dijeron que los hombres sabíamos llorar, porque mi hijo me había contagiado y se me salieron las lágrimas en ese momento”, recordó Elman.

Otros asistentes del equipo que estuvieron presentes fueron Aurelio, Clemente Monterrosa, David Nolasco, Wilfredo “Barbie” Flores, Jaime “Tuga” Platero, José Marroquín y Jorge Bahaia, quien reiteró que se encomendaron a la Virgen de Suyapa, y cumplieron la promesa de ir a visitarla a pie desde el estadio.

El entrenador Errington, quien también era jugador, expresó: “Todos trabajamos por la medalla, alguien dice que necesitamos otra medalla, primero Dios se dé. Ahora, las nuevas generaciones deben trabajar mucho, pasar en el terreno de juego y asimilar los consejos que le dan sus entrenadores ”.

Por su parte, Jorge Cabrera, el titular de la Fedebeis, indicó: “Es un orgullo ser parte de la familia del béisbol. Todas estas anécdotas me motivan a seguir trabajando por el béisbol. He aprendido a amar este deporte”.

Las anécdotas y las vivencias son únicas en este equipo de béisbol que obtuvo ese metal de oro. El equipo, además, se reunió ayer por la mañana, y realizó una misa de acción de gracias en Capilla Santa María, contiguo al Parque de Pelota.

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