Los Angeles Lakers están a punto de iniciar una nueva era. Tras 46 años bajo la propiedad de la familia Buss, la icónica franquicia de la NBA será vendida a Mark Walter, CEO de TWG Global y actual propietario de los Los Angeles Dodgers. La operación, aún en proceso de cierre, está valorada en alrededor de 10 mil millones de dólares, lo que la convertiría en la transacción más grande en la historia del deporte profesional.
La venta no solo representa un hito económico sin precedentes, sino también el fin de una de las gestiones más influyentes en el deporte estadounidense. Desde que Jerry Buss adquirió el equipo en 1979 por apenas 67,5 millones de dólares, los Lakers pasaron de ser un equipo con un solo título en Los Ángeles a convertirse en una potencia global con 17 campeonatos, un título menos que la franquicia más laureada de la historia, los Boston Celtics (18).
Pese al cambio de propietarios, se ha confirmado que Jeanie Buss —hija del fallecido Jerry Buss y actual gobernadora del equipo— mantendrá su cargo en la estructura directiva, dando cierta continuidad al legado familiar en la franquicia.
Mark Walter no es ajeno al deporte angelino. Desde 2012 es dueño de los Los Angeles Dodgers, uno de los equipos más exitosos de la MLB. Bajo su gestión, la franquicia ha sido conocida por su agresiva inversión en talento, característica posible en una liga sin límite salarial estricto. Se estima que Walter posee una fortuna personal de 6.100 millones de dólares.
Desde la muerte del Dr. Buss en 2013, los Lakers solo han sumado un campeonato más, el conseguido en la “burbuja” de 2020 con LeBron James como estandarte. Esta venta supone el cierre de un ciclo legendario y el inicio de una etapa marcada por nuevos liderazgos, mayores capitales y la promesa de mantener a los Lakers en la élite del baloncesto mundial.